Ayer, representantes de todas las fuerzas políticas, candidatos con partido e independientes se reunieron con el Secretario General de Gobierno, Gonzalo Gómez Flores, para demandar que se garantice la seguridad en estos comicios electorales.
Aunque es cierto que no se han presentado casos de violencia en el estado en contra de los candidatos y el mismo Gobierno dice que no hay “focos rojos”, sí preocupa a los involucrados en los comicios los ataques, secuestros y sobre todo asesinatos en otros estados del país.
En la actual contienda electoral han asesinado a 94 personas involucradas en el proceso, entre candidatos, funcionarios e integrantes de partidos políticos.
Además, más de mil aspirantes han renunciado a contender a puestos de elección popular, siendo la violencia la principal razón por la cual han decidido retirarse.
Hace unos días, Jesús Antonio López Rodríguez, aspirante a la Alcaldía de Guasave por la coalición Por Sinaloa al Frente, renunció a contender a la Presidencia Municipal, denunciando violencia.
Gómez Flores sostuvo que si algún contendiente siente que su seguridad corre peligro, el Gobierno del Estado valorará el custodiarlo con policías, durante el proceso electoral.
Ni para papel en el Pediátrico
Desde que la Secretaría de Salud se hizo cargo del Hospital Pediátrico de Sinaloa nos cuentan que las cosas están peores.
La crisis se manifiesta en cada área del hospital. Nos dicen que lo tratamientos de quimioterapias siguen estando incompletos.
Nos cuentan que hay enfermeras que han externado que les dan ganas de comprar de su bolsa los medicamentos que hacen falta y suministrarlos a los niños de Oncología.
El área de intendencia batalla hasta para conseguir lo indispensable.
Mencionan que hay trabajadores de intendencia que han comprado de su bolsa trapeadores, aromas y cloro porque el hospital no lo suministra.
Que no hay dinero ni para comprar papel higiénico.
En la parte laboral no hay avances
También nos mencionan en el Pediátrico que hay trabajadores que tienen 7, 8 años y no tienen un contrato ni seguridad médica. Indefensos, totalmente.
Según el personal del hospital, los directivos de la institución se limitan a quedar bien con el Gobernador Quirino Ordaz Coppel y no dan la cara por el personal que administran.
No hay dinero para el hospital infantil, pero qué tal para conciertos y fiestas. Millones de pesos ahí.
Algo no cuadra en este gobierno.
A muy buena hora les llegó su ‘estrellita’
En medio de una licitación de un préstamo de 4 mil 500 millones de pesos, para pagar lo que dejó Malova de deuda a largo plazo, la empresa Fitch Ratings que se encarga de decir qué gobierno o empresa puede pagar algún préstamo o apoyo financiero informó que Sinaloa es muy buena paga
Y que cualquier banco que le preste dinero al Gobierno del Estado, cuenta con la calificación que da todas las garantías de que somos una entidad muy responsable.
Carlos Ortega Carricarte, Secretario de Administración y Finanzas andaba muy feliz por esta calificación y señaló que sólo tres estados de la República tienen una mejor calificación que Sinaloa: Guanajuato, Puebla y Aguascalientes.
De vez en cuando hay que admitir cuando nuestro gobierno hace bien las cosas, como para que haya recibido una calificación A+, una calificación sobresaliente.
El patio trasero en pleno Centro
Es una lástima que el Ayuntamiento de Culiacán sea tan descuidado con lugares tan céntricos y queridos de la ciudad.
Lugares tradicionales, como los primeros barrios lejanos del Centro, que representaban zonas llegando a la Leyva Solano, a la altura de la Francisco Villa o la Ramón F. Iturbe, cruzados con la Manuel Bonilla, la Morelos o la Donato Guerra.
Es común transitar por esos lugares y ver cómo hay lotes totalmente abandonados, vegetación incómoda para el tránsito peatonal y por supuesto, la malísima situación en que se encuentran la calles.
Está claro que con una llamada de atención quizás no alcance para hacer entender que el centro de Culiacán debiera ser un ejemplo en todos aspectos, y que no debería ser tratado como un patio trasero, por más que sean calles o lugares que estén medios ocultos al tránsito normal.
La calle Manuel Bonilla entre Villa e Iturbe luce, en estos días, como si la hubieran bombardeado; el pavimento antiguo tiene pegotes secos de una reencarpetado de una malísima calidad.
Ojalá y no saquen la barra de que hay campañas, de que no hay dinero o que no deban decidir los chatos de visión que no quieren hacer nada sin cacaraquearlo, porque no les sirve para presumir, y se pongan a invertir de buena manera los impuestos de los culiacanenses.
Y aunque no representan una zona “bonita” o turística forma parte de la historia de una ciudad, y lo menos que le debemos es que sea funcional.