“El síndrome de Doña Florinda” es el título del libro escrito por el autor Rioplatense Rafael Ton (2016), en el que hace una crítica a la clase media de la actual Argentina haciendo una analogía con los personajes del popular programa de televisión mexicano creado por Roberto Gómez Bolaños. Este síndrome, según el autor, consiste en el desprecio o rechazo a la clase obrera, por parte de un sector de la población que cree pertenecer a una clase social superior, a la que realmente no pertenece.
Para él, existe un sector de clase media que cuando logra elevar su estándar de vida, rápidamente manifiesta su menosprecio por el resto de su “vecindad”, por la cultura que la rodea, y en algunos casos hasta le molesta la posibilidad que el resto tenga progresos.
Aunque en el ensayo de Ton, “Doña Florinda” encarna a la clase media que siente y expresa aberración por la clase obrera, creo que el personaje en el caso sinaloense, bien podría representar a un sector de la población en condición de vulnerabilidad, que no alcanza a formar parte de la llamada clase media, pero que aún siente una fobia hacia las personas que se encuentran en condición socioeconómica menos favorecida.
En México una persona/familia se encuentra en situación de “pobreza” cuando no tiene un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades, y además presenta al menos una carencia social (ya sea rezago educativo, acceso a servicios de salud, seguridad social, acceso a la alimentación, calidad y espacios de la vivienda y acceso a servicios básicos urbanos).
Para una persona o familia que tiene tres o más de estas carencias sociales y no tiene un ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria, entonces se categoriza como “pobreza extrema”.
Tomando estos indicadores, tenemos que en Sinaloa el número de personas en situación de pobreza hasta el año 2018 es de 946,900, esto es el 30.9% de la población total de la entidad (CONEVAL, 2018). Volviendo a la analogía manejada en este texto, tendríamos a “Don Ramón” en este segmento de la población sinaloense, quien tiene carencias sociales como acceso a la educación, a servicios de salud, o seguridad social.
De este total de población en condición de pobreza (946, 868) el 2.7% son los “Chavos del Ocho” (82,300 personas) aquellas que están en condición de “pobreza extrema”, sin un ingreso al menos para poder comer y con más de tres carencias sociales; ya sea acceso a la salud, educación, de acceso a vivienda, etc.
Del total de la población sinaloense, el 34.5% se encuentra en situación “vulnerable por carencias sociales”, es decir que tiene menos de tres carencias mencionadas arriba. Y el 6.5% de la población del estado está en condición de “vulnerabilidad por ingresos”. En esta categoría de “vulnerables” ubicamos a los y las “Doña Florinda” que tal vez tienen acceso a vivienda y servicios urbanos, o acceso a alimentación, pero que por ejemplo, tienen rezago educativo o acceso a la seguridad social, y que sus ingresos son vulnerables por diferentes causas.
Finalmente tenemos que sólo el 28% de los sinaloenses están en condición de “no pobres” y “no vulnerables”, somos los “Profesores Jirafales”, o los pequeños y medianos empresarios encarnados en el “Señor Barriga”, que tienen ingresos más o menos seguros, con seguridad social y podemos darnos el lujo de tomar unas vacaciones al año. Esa clase media que tiene acceso a estudios, paga sus impuestos, y no en pocas ocasiones es compasivo ayudando a los “Chavos del Ocho” y “Don Ramones”.
Ahora bien, si en Sinaloa sumamos a la población en condición de “pobreza”, “pobreza extrema”, “población vulnerable por ingresos” y “población vulnerable por carencias sociales” juntos suman el 71.9 de la población total del estado. Es decir, la gran mayoría de la población sinaloense ni siquiera alcanza a formar parte de la llamada “clase media”.
Lamentablemente existe en Sinaloa el desprecio o rechazo hacia el pobre, hacia esa población que “Doña Florinda” se expresa como “La Chusma”. Esa población que critica los programas sociales para que los pobres dejen de ser pobres, pues competirían con sus hijos Kikos, en el mercado laboral y búsqueda de oportunidades.
Es cuanto…..
*Doctor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa
*Consejero Consultivo de la CEDH de Sinaloa