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Amenazar, intimidar, asesinar; anular, desacreditar, controlar. Desde las formas más crueles a las más sutiles, la censura sigue presente en nuestros días y gobiernos van y vienen cambiando únicamente la forma en la que intentan acallar las voces disidentes, las que no coinciden con sus ideas.
Este 7 de junio, Día de la Libertad de Expresión, nos recuerda que la censura se trata de impunidad pero también de ausencia de controles institucionales que permitan mejorar la relación Estado-Medios, desde una base más equitativa y justa para toda la sociedad.
El 7 de junio es una oportunidad para manifestar nuestro rechazo al tipo de censura que se manifiesta cuando se invalida a los medios críticos, tal como lo hace el Poder Ejecutivo federal.
El Día de la Libertad de Expresión es un buen momento para señalar que el Poder Legislativo sigue en deuda con una Ley de Comunicación Social que retome las propuestas del colectivo ciudadano #MediosLibres; y es también ocasión para rechazar el gasto excesivo y discrecional en publicidad oficial desde el Poder Ejecutivo de Sinaloa.
El Derecho a la Libertad de Expresión solo se entiende de la mano al Derecho de Acceso a la Información Pública, y poder ejercer ambos plenamente nos convierte en una sociedad más libre.
Por eso el 99 por ciento de impunidad que arrastran los crímenes contra periodistas registrados por la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión del 2010 a la fecha, es una forma de censura. La organización civil Artículo 19 señala que el Estado y el crimen organizado siguen siendo los principales riesgos para el ejercicio del libre periodismo. Un Poder Judicial incapaz de identificar a los autores materiales de los más de mil 600 periodistas asesinados en México en la última década, preocupa.
Otra forma de censura se da al anular el derecho de acceso a la información a través del control del presupuesto público para comunicación social, haciéndolo de manera discrecional porque no hay reglas transparentes para la distribución del mismo. Por eso preocupa que hasta hoy no sean claros los criterios de operación de los recursos destinado a los medios de comunicación de Sinaloa.
El Día de la Libertad de Expresión nos recuerda que al Sistema Anticorrupción de Sinaloa también le competen estos asuntos, porque hay prácticas vinculadas al tráfico de influencias, uso indebido de recursos públicos y obstrucción de la justicia.
Este 7 de junio es un buen día para recordar que es necesario fortalecer a los medios de comunicación, profesionalizándolos, acercándoles capacitación y oportunidades de mejora laboral. Pero también ese día es una oportunidad para reconocer a aquellos periodistas valientes que no se dejan censurar, que ejercen sus derechos sin miedo a perder sus trabajos y amistades, siendo críticos y éticos.
La libre manifestación de la ideas es el espíritu de una democracia. Por eso este Día de la Libertad de Expresión no hay mejor manera de conmemorar sino con el compromiso de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de Sinaloa para mejorar las condiciones en las que operan los medios de comunicación, haciendo cada uno lo que les toca.
Pese a los obstáculos para el libre ejercicio de la libertad de expresión, es necesario seguir señalando las conductas que atentan contra este derecho. El silencio no es opción.