Editorial
Mientras en el mundo se está avanzando en las investigaciones que permitan contar lo más pronto posible con una vacuna que ayude a frenar la propagación del Covid-19, en México, y en Sinaloa, el personal médico y de enfermería sigue sufriendo por la falta de equipo que les garantice cuidarse de manera correcta ante los contagios.
El número de muertos del personal médico y de enfermería ha sido alto en esta pandemia por el Covid-19. Estar en la primera línea no ha sido tarea fácil para quienes atienden a los enfermos y su riesgo a enfermarse se multiplica.
Y en su momento hicieron el reclamo: estaban desprotegidos, sin los insumos necesarios y suficientes para protegerse ante la nueva enfermedad. Y ese reclamo, todavía existe.
En Culiacán, personal médico se manifestó con mantas frente a Catedral en la forma en cómo se ha manejado la pandemia en la entidad, por la falta de apoyo y además, por la intención de que en esa ciudad se permita la reapertura de bares, centros nocturnos y discotecas.
Durante los primeros meses de la pandemia, el personal de hospitales y centros de atención de Covid-19 estuvo haciendo un reclamo constante a las autoridades por la falta del equipo adecuado y suficiente para protegerse.
Hoy, el personal médico y de enfermería es alto y los casos de contagios también.
Frente a ello, en los diferentes niveles de gobierno, se ha ido dando una permisividad en la reapertura de diferentes actividades, aún cuando la pandemia por el Covid-19 ha sido alta.
Sí, habrá que revisar hasta dónde fue efectiva la estrategia del Gobierno frente a la pandemia y hasta dónde llega su responsabilidad en los contagios que se supone debió tener controlados, como el sector Salud.
Sí, habrá tiempo para sacar cuentas de las responsabilidades, de las autoridades, del sector salud, de los sectores productivos y de la población, por mantener atizada una pandemia que aún no logra controlarse.
Hay que cuidarse. Y quedarse en casa, siempre que se pueda.