Rafael Morgan Ríos
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Ante las intenciones del Presidente López Obrador de resucitar, reorganizar y capitalizar a la empresa estatal Petróleos Mexicanos, convirtiéndola en motor y fuente de recursos para el desarrollo del México del futuro, conviene entresacar información sobre la situación actual de la empresa y ver las posibilidades de que en efecto se convierta mañana en la solución básica que el País requiere.
En primer lugar, se debe estar consciente de que lo que se invierta ahora, en cualquiera de las operaciones de Pemex, son recursos que también pueden invertirse en muchas otras alternativas de inversión, cuyos resultados se recibirían varios años después. Se requiere pues calcular el costo de oportunidad para decidir en qué invertir recursos que son muy escasos.
En segundo lugar, analícese la problemática financiera, de productividad y administrativa de la empresa:
- Pemex actualmente es la empresa petrolera más endeudada del mundo, con pasivos de alrededor de 105 mil millones de dólares, de los cuales se vencen 31.4 mil millones en los próximos cinco años; este 2020 se vencen 6.7 mil millones de dólares, mismos que tal vez se puedan refinanciar, pero con intereses mucho más altos. El solo costo de los intereses del total de la deuda ronda los 3 mil millones de dólares al año.
- Pemex no ha podido aumentar su producción de crudo y actualmente logra extraer alrededor de 1.7 millones de barriles diarios, de los cuales exporta más o menos 1.1 millones de barriles y el resto queda para la refinación de gasolinas.
Pero ahora, el precio del barril de la mezcla mexicana es de menos de 7 dólares, precio con el cual la empresa pierde, pues su costo de extracción es de 14 dólares, y más le conviene cerrar aquellos pozos que por su baja producción son incosteables.
Se han estimado Ingresos de Pemex en 2020, con un precio de 49 dólares el barril, pero hasta la fecha se están cayendo los ingresos más de 40 dólares por barril y aunque se tiene un seguro por disminución en el precio, éste no cubre toda la exportación, ni toda la baja en el precio, pues tiene límites superiores e inferiores.
- El Gobierno le ha inyectado dinero a Pemex y le ha disminuido el costo del impuesto por extracción y venta de crudo, pero en 2019, la empresa tuvo pérdidas por 658 mil 130 millones de pesos.
- Las tres calificadoras internacionales bajaron el grado de inversión este mes de abril, ubicando su papel en grado especulativo, pero, lo más grave es que esto en parte provocó también que se disminuyera la calificación de la deuda soberana, es decir, Pemex arrastra a México en el grado de inversión de su deuda pública. El Gobierno colocó estos días deuda soberana en el mercado internacional por 6 mil millones de dólares, pero a una tasa de 4 por ciento, que es muy caro.
- Las seis refinerías de Pemex que están operando al 35 por ciento de su capacidad, son plantas muy viejas y obsoletas que requieren altas inversiones en reconfiguración y mantenimiento, con el agravante de que sólo pueden procesar petróleo ligero, mientras que el crudo que se extrae en México es del tipo pesado, a grado tal que se ha tenido que importar petróleo para las refinerías. Además, cualquier reconfiguración o mantenimiento es costosísima y hay que hacerlo en seis refinerías. “La gran solución” del régimen es construir otra refinería, pero también cuesta más de 8 mil millones de dólares con resultados a cuatro o cinco años; sin embargo, a nivel internacional se cierran refinerías y ya no se están construyendo nuevas, pues la demanda de gasolinas en el mundo y en México, se ha desplomado. Actualmente se tienen 60 buques tanque en Veracruz y Colima, que no han podido descargar por falta de capacidad de almacenamiento.
- Todavía sigue el saqueo de combustible y gas, el llamado “huachicoleo” y los delincuentes hasta se atreven a utilizar los ductos abandonados por Pemex para almacenar el producto de sus robos, y ahora se agregan los barcos piratas que atacan y saquean barcos y plataformas marinas
- Finalmente, Pemex ha cancelado o diferido inversiones de empresas mexicanas y extranjeras, para la exploración y perforación de pozos en tierra y aguas someras y profundas, a pesar de que estos contratos aportan divisas de inmediato y cualquier descubrimiento queda en propiedad de Pemex; con esta actitud y la baja en las calificaciones, poca inversión privada se podrá lograr.
Como buenas noticias, la Comisión Nacional de Hidrocarburos avaló a Shell anticipar trabajos de exploración en aguas profundas, con una inversión de 14.7 millones de dólares y también aprobó la perforación de tres pozos a Repsol, Pemex y Pantera.