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"ÉTHOS"

"El final perfecto"

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    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf

     

    Todos cometemos errores en la vida, pero no todos los aceptamos o rectificamos de manera correcta. Algunos, incluso, somos tan soberbios que no aceptamos nuestra equivocación, factor que no nos permite ni la enmienda ni la superación.

    En lo que sí podemos estar todos de acuerdo es en que quisiéramos que el final de nuestra vida fuese perfecto, o el mejor posible; sin embargo, por más que elaboremos planes y hojas de ruta, no siempre el pretendido camino o derrotero estará asegurado.

    Tener un plan de vida es elemental, pero planear constantemente es esencial. El vocablo plan es un sustantivo pero planear es un verbo, subrayó el teórico de la creatividad, Tim Hurson, quien señaló que el plan de la misión Apolo 13 falló rotundamente, pero la planeación para traer a tierra con vida a sus tripulantes constituyó un éxito.

    Esta distinción entre plan y planear fue puesta de relieve mucho tiempo antes por el ex Presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, quien dijo: “Al prepararme para la batalla siempre compruebo que los planes son inútiles, pero planear es indispensable”.

    En efecto, es normal que surjan imprevistos por el camino. La actriz del programa Saturday Night Live, Gilda Radner, solía decir: “¡Siempre ocurre algo!”, y en su libro It’s Always Something, escribió:

    “Yo quería un final perfecto, así que me senté a escribir el libro con el final resuelto, aun antes de que hubiera final. Ahora he aprendido en carne propia que no riman todos los poemas y que algunos cuentos no tienen claros su final, medio y principio. Como mi vida, este libro es ambiguo; como mi vida, este libro trata de no saber, de tener que cambiar, de aprovechar el momento al máximo, sin saber qué sucederá después”.

    ¿Planeo el final perfecto?