"El Culiacán que nos robaron hace un año. El Gobierno quiere olvido; los culichis no"
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Culiacán no puede seguir su vida como si nada hubiera ocurrido el 17 de octubre de 2019. Lo que se alteró, dañó y rompió quedó regado en la ciudad sin que alguien lo haya recogido hasta hoy para repararlo porque en la difícil tarea de sanación a la sociedad se le dejó sola, abandonada en el miedo y con la única certidumbre de que aquí la delincuencia es la que manda y bien puede imponer la anarquía cuando quiera volver por la vía libre que le ofrece la impunidad.
El sexto sentido de los culiacanenses continúa oyendo la ráfaga, sintiendo las tropeladas de carreras al refugio más cercano, sea o parezca seguro; viendo las columnas de humo que expelía una ciudad en guerra, descifrando los códigos de los radios Matra que no dejaron de sonar para esparcir el terror, releyendo los mensajes de WhatsApp que en tiempo real dieron cuenta del desgobierno. Aquí nadie volvió a estar tranquilo desde ese día.
Por más que el Gobierno pretenda forzar la implantación del olvido, los añicos de impotencia que la barbarie diseminó en el espacio público recalcan las acuarelas en tinta negra de aquel jueves cuando quizás entendimos que la desmemoria es también un acto suicida. Una vez que ocultas la verdad, las víctimas, las manos cómplices que ayudaron a jalar los gatillos, lo poco que queda y que sí se ve es la presencia terrorífica del hampa.
Lo más seguro es que ninguna autoridad federal, estatal o municipal responda a las preguntas que arrastra el viento de un lado a otro en la capital sinaloense. ¿Qué más sucedió detrás de la superficial versión oficial que da cuenta de que el capo detenido ese día fue dejado en libertad para salvaguardar la vida de militares y civiles en peligro? ¿Quién fue al final de cuentas el rehén de toda esa violencia: el Gobierno o el crimen? ¿Un año no ha sido suficiente para reintegrarle al Estado su función de garante de la legalidad?
Pero si el Presidente Andrés Manuel López Obrador o el Gobernador Quirino Ordaz nada tienen que agregar al respecto, a la sociedad sí le queda mucho que decir, hacer y resanar a favor de Culiacán que se quedó con el orgullo herido. Ayer, como botón de muestra, en el Foro Acuerdos por la Paz de las cenizas de la urbe que hace un año estuvo bajo fuego se rescataron propuestas que con el efecto balsámico ayudarían a aliviar las lastimaduras.
En este evento, convocado por Iniciativa Sinaloa, Global Initiative y Resilience Fund, moderado por el periodista Francisco Cuamea, participaron Rosy Jacobo Lara, de Construyendo Espacios para la Paz; Adrián López Ortiz, director de Noroeste; Iliana Padilla Reyes, investigadora de la UNAM; María Isabel Cruz, del colectivo Camino Rojo; Cristóbal Castañeda Camarillo, Secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Estado; y Ricardo Jenny del Rincón, coordinador del Consejo Estatal de Seguridad Pública.
Del foro emanó el Acuerdo de Paz para Culiacán en el cual organizaciones de la sociedad civil, ciudadanos y Gobierno de Sinaloa se comprometen a desarrollar un plan de trabajo que considera el fortalecimiento de programas de acompañamiento a jóvenes reincidentes en faltas administrativas o delitos menores, implementar el Servicio Profesional de Carrera en corporaciones policiales, aumentar el número de policías de carrera, depurar a elementos policiacos no aptos según control de confianza, mejorar el presupuesto para seguridad pública y monitorear los decomisos de armas.
Otra aportación al análisis del 17-10-19, día que aún no hemos descifrado del todo, es la que realizaron en coordinación el Noria Research Mexico and Central America Program, Mexico Violence Resource Project y la Revista Espejo, con contenidos periodísticos y académicos que según los participantes “no pretenden ofrecer una visión consensuada sobre el significado y las secuelas del 17 de octubre sino que la importancia y valor de esta serie proviene precisamente de las visiones individuales y de los panoramas complicados e incluso opuestos que presentan cuando se leen en conjunto”.
Finalmente, como parte de la campaña resiliente “Jueves Negro” y en bien de la memoria colectiva, el sábado a las 19:30 horas será presentado en el Jardín Evolutivo del Centro de Ciencias de Sinaloa el documental “El día que perdimos la ciudad” gracias a la colaboración de periodistas, creativos y activistas urbanos.
Es así como el corazón de Culiacán sigue latiendo. Palpita acelerado como cuando se tiene miedo, como cuando la incertidumbre sigue allí, agazapada. Un año después recuerda, sufre, teme. La ciudad ya no podrá vivir como si nada hubiera ocurrido el 17 de octubre de 2019.
Reverso
Qué días después vinieron,
De verdades dichas a medias,
De sueños que sí murieron,
De avisos de más tragedias.
La hora de Jesús Vizcarra
Ya se sabía que Jesús Vizcarra Calderón sorprendería, pero pocos esperaban que dejara boquiabiertos a los asistentes a la presentación del Plan Maestro del Campus Institucional Salud Digna, evento que concentró política, dinero y sociedad sinaloenses. Casi por nada muchos interpretaron el nuevo proyecto del empresario de la carne como la plataforma de lanzamiento de la aspiración a Gobernador, por más que JVC diga que no está en sus planes la candidatura y que su prioridad es ayudar a la gente. ¿Es un no definitivo o un no estratégico de quien podría encabezar una gran alianza electoral, inclusive entre el PRI y Morena?