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"ÉTHOS"

"El camino de la filosofía"

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    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf

     

    La filosofía nació como un ejercicio para ayudar a pensar la propia vida, no para ensimismarse de manera egocéntrica ni reservar su estudio a educación universitaria, sino para propiciar el autoconocimiento que permitiera abrir el abanico al diálogo y la intersubjetividad.

    Sin embargo, como señalaron Robert Frodeman y Adam Briggle, en un artículo publicado el 15 abril de 2016 en la revista Letras Libres con el título “Cuando la filosofía perdió su camino”, a finales del Siglo 19 este disciplina se enclaustró académicamente y dejó de ser un referente social que se preguntara quiénes somos y cómo debemos vivir.

    Con esta escisión, afirmaron, se operó un divorcio entre el conocimiento y la virtud, pues se extravió “el otrora sentido común, según el cual los filósofos hemos de buscar la vida conforme al bien: que debiéramos, a pesar de nuestros fallos, ser ciudadanos y seres humanos ejemplares. Al convertirnos en especialistas, hemos perdido de vista el todo. Hoy, el objetivo de la filosofía es ser listo, no bueno. Este ha sido el meollo de nuestra perdición”.

    El profesor de Ética Juan Masiá, en su libro Fragilidad en esperanza, especificó que “la filosofía es, ante todo, método; lo indica la etimología griega de meth-odos: “vía y camino hacia una meta”. No se trata de método en el sentido técnico, como cuando hablamos de aprender a nadar o a pilotar. Tampoco es método en el sentido práctico de una receta para confeccionar algo. Ni siquiera es un método de procesar, archivar conocimientos u ordenarlos. Se dice de la filosofía que es método por ser precisamente camino, en el sentido más amplio y radical de la palabra. Es un camino por el pensamiento hacia la sabiduría, un camino de autoeducación”.

    ¿Considero la filosofía como camino de perfeccionamiento?