Editorial
Si algo estuvo ausente durante este año en la vida pública de México fueron las inversiones importantes del Gobierno federal que contribuyeran al crecimiento de la economía.
Y las consecuencias ahí están. En este año, los dos primeros trimestres tuvieron retroceso y para el tercero, la economía estuvo en ceros.
Mucho se dijo de la falta de la inversión pública del Gobierno federal, con pocos recursos liberados para obra pública, que tuvo como consecuencia que otros sectores de la economía fueran afectados.
Sin inversión pública del Gobierno federal, sectores como el de la construcción padecieron el poco flujo de recursos en la economía.
En su momento se le advirtió al Gobierno federal y luego hubo la promesa de que acelerarían la liberación de recursos federales para incentivar la obra pública y permitir así una derrama económica para todos los sectores involucrados.
Finalmente, este martes, el Gobierno federal y representantes del sector privado de México anunciaron la puesta en marcha del Plan Nacional de Infraestructura, con el que buscan impulsar 147 proyectos de infraestructura que requerirán una inversión de 859 mil millones de pesos.
Era la señal que se estaba esperando para el País, principalmente por parte de los empresarios, que querían señales de que habría inversión pública en el País.
Ahora que se ha hecho el anuncio, con proyectos a corto, mediano y largo plazo, se prevé que las condiciones económicas del País puedan mejorar a partir del siguiente año.
Mientras algunos analistas han advertido de la situación crítica por la que atraviesa México en materia económica, empresarios como Carlos Slim no se muestra preocupado, pues considera que al menos ha servido para sentar las bases de la política económica de México.
El 2019 ya ha sido un año perdido en materia económica. Ahora depende del Gobierno de México que a partir de 2020, la historia que se pueda contar sea diferente, con más proyectos e inversiones por echar a andar.