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"OPINIÓN"

"Despegue"

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    lqteran@yahoo.com.mx

     

    Iniciamos un nuevo año con los mejores deseos, que nuestros semejantes sean colmados de dicha y felicidad todos los días del año. Para el país también el augurio de que sea un año de despegue pujante, hacemos votos porque los planes de transformación se consoliden y el desarrollo empiece una ascendente espiral indetenible, para bien de toda la sociedad.

    No dudamos que nuestros buenos deseos se cumplan al pie de la letra este año que apenas comienza; existen un sin fin de factores, en muchos sentidos indicativos de que las cosas marcharán en ese tenor; se puede decir se cabalga en caballo de hacienda, el panorama es halagador por donde se le analice, las expectativas son esperanzadoras.

    Con base a lo anterior, contamos con elementos afianzándose desbrozando el camino emprendido por el guía de la Nación. Hay un plan y se han dado pasos concretos para lograr abatir la corrupción, que ha sido un flagelo en los gobiernos privatizadores nos hundieron, alentando el desprestigio de nuestras instituciones a nivel internacional. También ha comenzado el abatimiento de los elevadísimos índices de pobreza y se empieza a liberar a grupos enteros sumidos en pobreza extrema. Como lo hemos venido señalando en esta columna, esta es la rémora más profunda dejada por el neoliberalismo, un número de pobres en una proporción catastrófica para cualquier gobierno del signo que sea, no es nada fácil abatir ese tremendo rezago de millones de conciudadanos que sobrevive con una dieta paupérrima.

    Reducir la desigualdad social en el país de que se trate es una tarea titánica, en ese tobogán metieron al país los gobernantes prianistas, una casta de filibusteros que tomaron el ejercicio de gobernar como un coto privado, permitiendo a unos cuantos medrar a costa de todos, incrementando la pobreza a límites inimaginados. En sus planes de despojar a la Nación, los neoliberales llegaron al extremo de debilitar instituciones del Estado tan sólidas y tan productivas como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, conspiraron contra la educación pública y gratuita, y debilitaron las instituciones de salud; fueron más de tres décadas de saqueo de la Nación, sin ningún miramiento.

    Hoy el gobierno del cambio trata de sacar el barco a flote, se han tomado medidas inteligentes que brotan a la vista de los ciudadanos, medidas que se vienen tomando para mejorar la situación de los pobres, quienes confían en el gobierno en la actual etapa política del país. Los resultados de este año nuevo van a marcar la pauta para el futuro, se palpa en el ambiente político. También se nota un fuerte rechazo ciudadano a los partidos políticos tradicionales de derecha, los cuales -auguramos desde ahora- en las elecciones del 2021 van a sufrir una debacle, porque en la mentalidad de los ciudadanos hay la percepción clara de su nefasto paso por las instituciones de la República; van a recibir, como dice la gente muy atinadamente, una sopa de su propio chocolate.

    Son demasiados audaces, o cínicos, esos políticos tradicionales al atreverse a solicitar el voto ciudadano, después de los espantosos latrocinios que cometieron desde el gobierno con inaudita impunidad; llegando al extremo de reformar la Constitución no para el bien común, sino para medrar a sus anchas con los bienes públicos, usufructuando los bienes amparados por la propia Carta Magna como su patrimonio privado. Esa es la mentalidad neoliberal, por eso su afinidad con el latrocinio y el despojo.

    La actuación de los gobernantes del presente tienen una mentalidad distinta, diametralmente. Se viene dignificando la actuación de la función pública, con nuevas reglas éticas y de honradez, tratando de exterminar la corrupción y la impunidad en el país; eso tiene un significado de mucha trascendencia para el país en su conjunto.

    Una nueva camada de políticos jóvenes está apareciendo en el escenario nacional, asumiendo tareas del gobierno, con una nueva mística, con una claridad a la hora de criticar los poderes fácticos, cuya inercia se resiste al cambio. También con un nuevo estilo en su trato con los ciudadanos.

    La obra que se viene contrayendo desde el gobierno tiene un hondo significado, la sociedad de menos a más va a empezar a notar su trascendencia, con rotundos resultados.