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@rodolfodiazf
Si bien la pandemia nos afecta a todos, lo cierto es que no de igual manera. Hay quienes sufren encarnizadamente el desempleo, reducción de sueldo y otras carencias acrecentadas por este virus, como recordó ayer en su mensaje durante la audiencia general el Papa Francisco.
“La pandemia ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo. Y el virus, si bien no hace excepciones entre las personas, ha encontrado, en su camino devastador, grandes desigualdades y discriminación. ¡Y las ha incrementado!”, expresó.
Bergoglio agregó: “Por tanto, la respuesta a la pandemia es doble. Por un lado, es indispensable encontrar la cura para un virus pequeño pero terrible, que pone de rodillas a todo el mundo. Por el otro, tenemos que curar un gran virus, el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de la marginación y de la falta de protección de los más débiles”.
Señaló que no se trata de oportunismo o de opciones políticas, partidistas o ideológicas, sino del corazón del Evangelio que hace una opción preferencial por los más pobres.
Especificó que vivimos una virulenta crisis y de las crisis nunca se sale igual cómo se llegó: “La pandemia es una crisis y de una crisis no se sale iguales: o salimos mejores o salimos peores. Nosotros debemos salir mejores, para mejorar las injusticias sociales y la degradación ambiental. Hoy tenemos una ocasión para construir algo diferente. Por ejemplo, podemos hacer crecer una economía de desarrollo integral de los pobres y no de asistencialismo… La fe, la esperanza y el amor necesariamente nos empujan hacia esta preferencia por los más necesitados, que va más allá de la pura necesaria asistencia”.
¿Mitigo o remedio las necesidades agravadas por la pandemia?