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"PUERTO VIEJO"

"Desgraciadamente..."

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    osunahi@hotmail.com

     

    Pisotear todos los frutos del pasado ha sido una constante del Presidente López Obrador y sus espejos en los distintos niveles de gobierno. En Mazatlán le ha tocado el turno a la paramunicipal encargada de la Unidad Deportiva Benito Juárez, misma que convirtió a los terregosos campos deportivos recibidos en un complejo público a la altura de los mejores en el país.

    En corto, la unidad deportiva multidisciplinaria será mutilada para ponerla al servicio del interés mercantil del futbol profesional que llega #ArreBatando. Punto y aparte.

    Me causa sorpresa que Andrés Manuel se duela de la conformación de un bloque opositor a su gobierno, lo cual no tiene nada de excepcional dentro de la práctica política, y a la cual, Andrés Manuel y su propio partido han recurrido y lo siguen haciendo de forma constante dentro del Poder Legislativo para alcanzar mayorías.

    Por otro lado, también me llama la atención su insistente planteamiento en el sentido de que su proyecto de gobierno no acepta medias tintas. O se está con él o se está en contra de él, encasillando a los suyos como liberales y a sus contras como conservadores, mochos traidores de la patria, siguiendo a pie juntillas el ejemplo de Benito Juárez, quién según los historiadores no oficiales, recurría al abuso en contra todo aquel que disentía de sus acciones.

    Desde mi silvestre criterio Andrés Manuel anda desesperado, ya que las cosas no le están saliendo bien y menos para esta circunstancia de la pandemia, imponderable que jamás se imaginó, y para el cual, no se ha visto que tenga la estrategia puntual para salir lo mejor librado posible, salvo el sacrificio operativo institucional, que al final del día, no le alcanzará para amortiguar la catastrófica caída de la economía.

    En el tema de la pandemia, andamos mal y de malas y lejos está la briosa potranca de ser amansada, tal y como lo ha dicho una y otra vez el Presidente López Obrador. La numerología de afectados es preocupante para todos en general, y especialmente para el Ejecutivo Federal, ya que va en camino de rebasar, y por mucho, las predicciones oficiales iniciales.

    Hoy el número de afectados y muertos desdicen las frívolas invitaciones a no tenerle miedo al mal, que hacia el Presidente de la República en los inicios del problema. En esto falló su liderazgo al no procurar crear conciencia de la gravedad sanitaria que se nos venía encima.

    Por otro lado, pesa en el ánimo de Andrés Manuel el evidente fracaso que su administración está teniendo en el tema de seguridad pública. El número de caídos y desaparecidos por las acciones de la delincuencia organizada es terrible. Las organizaciones criminales están demostrando que su poder y sus estrategias rebasan a los planteamientos insuficientes e inefectivos de las corporaciones policiacas y que la creación de la Guardia Nacional es un membrete más dentro de las fuerzas del gobierno, lo cual, tiene sin cuidado a los varones del mal.

    Entre la pandemia y la delincuencia organizada están escribiendo en nuestra historia, una etapa de dolor y muerte, lo cual, se adereza con una crisis económica que acarreará pérdida de patrimonios y miles de desempleados, traduciéndose todo esto en mayor pobreza, misma que no se puede remediar con ocasionales despensas y magras entregas de efectivo.

    La situación que estamos viviendo requiere de soluciones más audaces y solidarias con los emprendedores y con los empleados; acciones que vayan más allá del interés electorero.

    Me hubiera gustado ver que las cosas le salieran bien a Andrés Manuel, quien abrió las esperanzas de una nueva política social, con el propósito de rescatar del desespero a millones de paisanos sumidos en la pobreza, aparejando acciones efectivas para combatir la corrupción.

    Desgraciadamente las cosas no van por ese camino, lo cual, muy probablemente nos regrese a lo de antes, con gobernantes más preocupados por los índices de aprobación del mercado internacional que por los números rojos que reflejan la cruda estadística de la pobreza y prestos a incrementar su riqueza personal. ¡Buenos días!