"¿De qué sirvió el sacrificio de Colosio? LDC y AMLO: la cercanía y la distancia"
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A 26 años del magnicidio de Lomas Taurinas, Tijuana, la pregunta obligada es qué tanta cercanía o distancia hay entre el México que no puede esperar más a las exigencias de seguridad, dignidad y progreso, “hambriento y sediento de justicia”, que soñó Luis Donaldo Colosio Murrieta, y el modelo de nación sin corrupción, violencia, estancamiento económico que con el eje “por el bien de todos, primero los pobres” enarbola hoy el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Tratándose de dos propuestas ideológica y cronológicamente separadas, las de Colosio y López Obrador plantean muchos de los rezagos y agravios que cualquier candidato de equis partido expondría con tal de llegar al poder. Sin embargo, más allá de los lugares comunes estamos hablando de personajes de tendencias políticas opuestas pero imanes populares similares, cada quien en respuesta a determinados momentos de la desesperanza social.
Es interesante cotejar los dos idearios. Claro que entre el Partido Revolucionario Institucional, que cobijó la candidatura de LDC, y el Movimiento Regeneración Nacional que impulsó a AMLO a presidir hoy el Gobierno federal, existe un abismo en lo que respecta a estilos de ejercicio de la función pública y basta un elemento para considerar dispar la analogía: el PRI duró más de medio siglo en el poder y Morena lleva poco más de 15 meses y medio.
Aunque hay otras vías para valorar los indicios de empatía y antipatía. Colosio, en aquel discurso del 6 de marzo de 1994, 17 días antes de ser asesinado, dirigió su planteamiento político a los más vulnerables, “al México de los justos reclamos, de los antiguos agravios y de las nuevas demandas; el México de las esperanzas, el que exige respuestas, el que ya no puede esperar”.
Inclusive él planteó la segunda transformación de México, la posterior al movimiento de Revolución, con un cambio sin aventuras políticas, sin saltos al vacío, con responsabilidad, consolidando los avances reales que se han alcanzado y manteniendo lo propio: nuestros valores y nuestra cultura. “Debemos admitir que hoy necesitamos transformar la política para cumplirle a los mexicanos”, dijo hace 26 años.
Por su parte, López Obrador al protestar como jefe del Ejecutivo Federal asumió como propósito sexenal planteamientos coincidentes con los de Colosio. En el documento “Ejes principales del Proyecto de Nación 2018-2024, propone que ”queremos vivir en un México justo, democrático, soberano, pacífico y transparente”. Ofrece estado de legalidad donde resulta fundamental respetar la ley porque, considera, “si hay voluntad para aplicarla, se puede atacar la impunidad desde su raíz”.
El combate a la pobreza que es el programa emblemático de AMLO registra bastante proximidad con el planteamiento que en su momento hizo Colosio. López considera que el País no puede hacer frente al resto de sus desafíos con más de 50 por ciento de su población en situación de pobreza si no se establece como prioridad el cumplimiento efectivo de los derechos de la gran mayoría a la alimentación, la salud, la educación, el trabajo, la vivienda digna, la cultura y el deporte.
En ese mismo ámbito, Colosio deploró la existencia de comunidades indígenas que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; campesinos empobrecidos, endeudados, que no tienen las respuestas que merecen; de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan, y de jóvenes y mujeres que no tienen las oportunidades de educación, preparación y equidad.
La reforma republicana asomó también en la doctrina colosista antes de que fuera planteada por el lopezobradorismo. “Reformar el poder significa fortalecer y respetar las atribuciones del Congreso Federal, hacer del sistema de impartición de justicia una instancia independiente de la máxima respetabilidad y certidumbre entre las instituciones de la República, y llevar el gobierno a las comunidades, a través de un nuevo federalismo”.
En tal sentido, López Obrador ha implementado reformas para crear la Guardia Nacional, impedir que los servidores públicos tengan sueldos mayores al del Presidente, ponerle fin del fuero presidencial, considerar como delitos graves la corrupción, robo de combustible y fraude electoral, eliminar el Estado Mayor, y poner en marcha la nueva reforma educativa, entre otras.
En fin, dos décadas y media después es posible conocer los contrastes y armonías entre ambos personajes que alentaron la esperanza del cambio. Con la trágica circunstancia que le quitó a Colosio la oportunidad de llevar sus palabras a los hechos, y la gesta democrática que le otorgó a López Obrador la posibilidad de ser congruente con los postulados de la 4T, los dos proyectos de Nación dan pistas del México posible, aquel que podremos lograr solamente si los ciudadanos adoptamos lo más valioso de las ideas y sueños de estos políticos.
Reverso
Cada uno a su manera,
Siempre trajo en la cabeza,
Que el gobierno combatiera,
Todas las formas de pobreza.
Tributo desolado
Con una ceremonia propia de los tiempos del coronavirus, la Fundación Luis Donaldo Colosio le ofreció ayer un sencillo homenaje luctuoso al sonorense que un día antes de ser asesinado estuvo en Sinaloa, la tierra que figuraba en sus planes prioritarios en caso de haber llegado a la Presidencia. Sergio Jacobo Gutiérrez afirmó que en México y Sinaloa “todavía hay muchos ciudadanos con hambre y sed de justicia”. Aparte del presidente de la Fundación Colosio asistieron nada más el presidente y la secretaria del Comité Directivo Estatal del PRI, Jesús Valdés y Cinthia Valenzuela.