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“Dicen que en la vida quien pierde el techo, gana las estrellas y es así. A veces pierdes lo que querías, pero conquistas lo que nunca imaginaste. No todo depende del tiempo, sino de la actitud con que se mira la vida.
El tiempo es como un río, nunca podrás tocar sus aguas dos veces, porque el agua que ya pasó ya nunca pasará de nuevo. Aprovecha cada minuto, segundo y hora de tu vida y recuerda: Nunca te fijes en la apariencia de las personas porque ésta cambia con el tiempo.
No busques a la persona perfecta, porque no existe. En cambio ama las imperfecciones de las personas, que eso es lo que las hace realmente únicas.
Busca por encima de todo, a alguien que sepa tu verdadero valor, que te quiera y acepte con todo y tus días grises.
La vida no es color de rosa, hay muchas escalas de grises que pintan el paisaje de tus días.
Ten cuatro amores y hazlos tuyos: Dios, la vida, la familia y los amigos.
DIOS, porque es el dueño de la vida y a Él le debes tu vida y el estar aquí.
LA VIDA, porque es corta y es la responsable de tus triunfos, logros y alegrías.
LA FAMILIA, porque es única y son los seres que más nos aman sobre la tierra.
Y, finalmente, LOS AMIGOS, porque son escasos, son ángeles que Dios y la vida colocan en nuestro camino para acompañarnos en este viaje.
Siempre recuerda dar un ABRAZO, una SONRISA, un BUENOS DÍAS, un TE QUIERO, un TE EXTRAÑO o un ME HACES FALTA. Son detalles que no cuestan nada pero llenan nuestra alma.
Que el año que comienza sea mejor para ti y tu familia, los enfermos, toda la humanidad y nuestra patria”.
Autor desconocido.
Cuchillazos
Un queridolector me dice: “Leí tu columna sobre los cuchillazos quirúrgicos. ¡Caramba, qué calvario el que has y estás pasando! Yo tengo 66 años, soy diabético, hipertenso y tengo sobrepeso y la única vez que me ha visitado el cuchillito hasta esta fecha fue cuando de chamaco de 10 años me hicieron la circuncisión. Así que no puedo opinar mucho, aunque a veces estas cosas se vienen en cascada. Pero aún así veo que tu travesía sí está dura y pesada. Espero la sobrelleves lo mejor posible porque contra el traje espacial que nos tocó, poco podemos hacer si no lo hicimos antes hasta donde fuera posible. Aun así ojalá tu resistencia siga siendo como hasta hoy.
“Te cuento esta anécdota familiar. Mi abuela materna sufrió a edad madura de múltiple esclerosis. Se pasó 40 años en silla de ruedas. Como es una enfermedad progresiva, todo se le fue disminuyendo. Quién sabe cuántos tratamientos experimentales le dieron al principio, porque esa enfermedad era y todavía sigue siendo una enfermedad desconocida (hoy mucho menos). A mi abuela le inyectaban calmantes 4 o 5 veces diarias. Cuando falleció la pobre, como siempre vivió sentada, su torso se inclinó y calcificó tanto, que su frente ya pegaba en sus rodillas. No podía pronunciar palabra. En fin, cuando falleció, para poder acomodarla en el féretro, le tuvieron que quebrar la columna para poder enderezarla. Pero lo que yo considero más triste todavía cuando falleció en 1982, es que hasta su último aliento su conciencia estuvo completa.
“En fin, mi estimado, dice un dicho que dolor de muchos, consuelo de tontos, pero lo que quiero decir es que aunque tú lo sabes hay otras personas que sufren o han sufrido más que uno y nos sirva de consuelo el traje de astronauta que nos tocó bien o mal pero no podemos hacer nada más que aguantar. Espero que ya no tengas que pasar por tanto cuchillo”.
Sé bien que, por desgracia, hay muchísima gente que la pasa muuuuuuucho peor, y no creas, agradezco mi buena suerte dentro de todo. Y lo digo muy en serio. ¿O ya se nos olvidó la ancestral advertencia bíblica de que éste es un “Valle de Lágrimas”?
