rfonseca@noroeste.com
rodifo54@hotmail.com
El 11 de septiembre es una fecha que se grabó con fuego en la memoria de la humanidad. Por mucho tiempo se recordó por el golpe de estado en Chile, cuando en 1973 el dictador Augusto Pinochet usurpó el poder a Salvador Allende. Fue un día de luto mundial para la democracia.
Tiempo después, un acontecimiento local desarrollado en Culiacán se hilvanó también a esa fecha. No era un acontecimiento para celebrar ni festejar, pero son sucesos que se registran en la memoria del pueblo debido a los nexos, repercusiones y consecuencias que conllevan.
El 11 de septiembre de 2004 se suscitó un tiroteo en la plaza conocida como Cinépolis, en el que falleció Rodolfo Carrillo Fuentes, hermano del “Señor de los Cielos”, junto con su esposa, y en el que, por desgracia, murió también un humilde cuidacarros. Lo relevante fue que el escolta de Rodolfo Carrillo era nada menos que Pedro Pérez López, un comandante de la Policía Ministerial del Estado, a cargo de Chuy Toño, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, recientemente fallecido.
Sin embargo, los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York, vinieron a borrar estos vestigios debido a las peliculescas escenas que fueron transmitidas en vivo por los medios televisivos, cuando se desmoronaron las torres gemelas ante la incredulidad y estupefacción del mundo entero.
No obstante, y discúlpenme por recurrir a mi historia personal, para mí el 11 de septiembre es una fecha gozosa memorable porque es el día en que nació mi querida esposa.
No me pregunten cuántos cumple porque es bastante joven y le falta mucho para llegar al momento en que el peso de las velas supere al del pastel. Como dijo André Maurois, “nunca una dama supera los cuarenta años”.
¿Celebro aniversarios y cumpleaños?