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"Malecón de Mazatlán"

"Cuestión de estilo"

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MALECÓN
23/02/2020

    El sábado por la tarde, durante la coronación de la Reina del Carnaval de Mazatlán 2020, pudimos ver los estilos de dos políticos completamente diferentes, el Gobernador, Quirino Ordaz Coppel, y el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres.
    El Gobernador decidió llegar unos minutos antes a la coronación de la Reina, programada para iniciar a las 18:00 horas, y en lugar de dirigirse a la zona reservada para los invitados “especiales”, entró al estadio de beisbol, Teodoro Mariscal, por la zona donde estaba la gente con boletos gratis.
    Ordaz Coppel sorprendió a los asistentes que esperaban para coronar a Libia II y saludó, uno por uno, a todos los que se encontró en su camino.
    Por su parte, el Alcalde mazatleco se apersonó por la puerta de los “especiales” y esperó a ser anunciado en el sonido local, esperando el aplauso de los asistentes y lo que consiguió fue que la mitad de los que lo recibieron lo abuchearan.
    Afortunadamente para él, los responsables del sonido se arrancaron con el Corrido de Mazatlán y apagaron la rechifla que venía desde las butacas.
    Culto a la personalidad
    Llama la atención que el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres, tenga necesidad de alimentar el “culto a la personalidad”, al permitir que lo anuncien cuando entra a cualquier evento, con toda la parafernalia posible y siempre con el Corrido de Mazatlán por delante.
    Además, es evidente que los artistas que protagonizan los conciertos de las coronaciones se ven obligados a agradecer su contratación al Alcalde, algo que por lo menos se ve muy “pueblerino”, son ese tipo de cosas que se ven mal y que la gente termina silbando.
    Se suponía que los gobiernos de la 4T iban a terminar con ese tipo de exhibiciones de poder, es más, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha luchado en contra del “culto a la personalidad”, pero en Mazatlán parece política oficial.
    En todo caso, a los que se debería de presentar y agradecer la existencia del Carnaval y la contratación de los artistas es al pueblo y no a los políticos.
    Que recuerde “El Químico” que político que busca el aplauso termina recibiendo el abucheo.
    Barra libre
    Otra mala costumbre que sigue existiendo en las coronaciones del Carnaval es la llamada Zona VIP, donde el Ayuntamiento regala cientos de los mejores lugares a políticos y empresarios, los que irónicamente se encuentran en las mejores condiciones para pagar.
    Además de que entran gratis, los invitados a la Zona VIP gozan de barra libre, así como usted lo lee, todo lo que se quieran tomar: tequila y whisky a costo del erario, otra costumbrita que no se le ha ocurrido eliminar al gobierno del pueblo.
    Y para cerrar el cuadro, a los más destacados asistentes a la Zona VIP se les permite entrar a saludar a los artistas antes de que suban a cantar, mientras al pueblo: boletos gratis, pero lejos de los artistas.
    El desayuno
    El sábado por la mañana aterrizó en Culiacán el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Venía de paso, rumbo a Tamazula, Durango, ese pueblo que está más allá de nuestras fronteras, pero que respira, duerme y come puro Sinaloa.
    En el aeropuerto lo recibió el Gobernador, Quirino Ordaz Coppel, atendiendo a la hospitalidad que obliga a los gobernadores a recibir al Presidente, aunque vaya de pasada.
    Un saludo y un hasta luego hubieran sido suficientes, pero el Presidente le pidió al Gobernador sinaloense que se subiera a su camioneta y en el camino lo invitó a desayunar.
    Como el Presidente iba rumbo a Tamazula, Ordaz Coppel sugirió el Campestre La Herradura, un restaurante ubicado en la salida de esos rumbos. No hay quién le huya a una charla con un Presidente.
    Por cierto, ¿adivinen quién se aprontó en el restaurante para tomarse la foto?
    Adivinaron, el Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, famoso por colarse en las fotos… ajenas.
    La platicada
    Siempre es interesante enterarse qué platican un Presidente y un Gobernador, así que aquí les diremos lo que nos llegó hasta la redacción.
    Lo primero que nos enteramos es que la relación entre Andrés Manuel López Obrador y el Gobernador Quirino Ordaz Coppel sigue viento en popa, incluso mejor que la que tienen los ocurrentes alcaldes de Morena con el Presidente.
    El restaurante le encantó al Presidente, quien terminó eligiendo hígado encebollado del menú campirano que se ofrece. Para rematar, unos caballos bailadores con música de banda atrajeron su interés y lo mandaron feliz para Tamazula.
    Ordaz Coppel, que nomás iba a recibirlo en el Aeropuerto, terminó desayunando con el Presidente y después lo acompañó casi hasta Tamazula, bueno a la frontera con Durango, donde se despidieron con un abrazo.
    El desayuno y el recorrido rumbo a Tamazula sirvieron para que el Gobernador y el Presidente revisaran los proyectos pendientes en Sinaloa y señalaron algunos de los más importantes.
    La Presa Santa María, la reubicación de la estación de ferrocarril para Culiacán, la terminal de cruceros en Mazatlán, la carretera Badiraguato-Parral, la carretera San Ignacio-Tayoltita fueron los proyectos de infraestructura, todos apoyados por el Presidente y en camino de convertirse en realidad.
    El otro tema del que hablaron largamente los mandatarios fue el del maíz, un tema que siempre saca a colación Ordaz Coppel, tratando de dejarle claro a López Obrador que es de una importancia capital para Sinaloa.
    La pesca también tuvo un espacio en la charla entre Presidente y Gobernador, y aquí llama la atención que el Presidente insiste mucho que la estrategia para ayudar a los pescadores debe de ser directa.
    López Obrador quiere ayudar a los pescadores, pero quiere asegurarse de que la ayude les llegue directamente y no se quede en los bolsillos de los eternos líderes.
    Además de comprometerse a sacar adelante todos estos proyectos, el tabasqueño prometió realizar una gira por Sinaloa, para conocer a los protagonistas de cada uno de estos temas, algo que esperemos se realice pronto.