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Atendiendo las indicaciones de los especialistas de la Secretaría de Salud de quedarse en casa por la contingencia, una enorme cantidad de personas le han dado un fin útil a su permanencia dentro del hogar, lo cual demuestra la creatividad y ganas de no ver como una crisis fatalista las recomendaciones que hace la autoridad de quedarse en casa; por el contrario, con una buena actitud, la inmensa mayoría de la población ha asumido el llamado, lo cual demuestra que los mexicanos son un pueblo civilizado y responsable.
El pueblo, con serenidad, ha tomado las indicaciones de los especialistas, las cuales han sido fundamentales para atenuar en el País los efectos letales de epidemia. Eso habla muy bien de la sociedad de este país, que sabe comportarse a la altura de las circunstancias. En lo sucesivo, cada vez va a ser más fácil para el Estado afrontar crisis del tipo que sea, por la solidaridad de su pueblo para afrontar contratiempos.
La sociedad en su conjunto sigue atendiendo con la mayor disciplina lo señalado por los especialistas, que coordinan la estrategia para mitigar los efectos de una pandemia que ha azotado a la humanidad entera. De acuerdo con estos especialistas, la curva de la pandemia está a punto empezar a ceder poco a poco. Las actividades normales, en algunas regiones del País, empezarán paulatinamente a tomar su ritmo normal en los rubros productivos y de servicios.
La contingencia del coronavirus, como lo hemos dicho reiteradamente, va a dejar importantes experiencias a los mexicanos en muchos sentidos, sobre todo en el aspecto de la disciplina. Una enorme cantidad de personas, de todos los estratos sociales, han actuado con responsabilidad. La sana distancia y el quédate en casa, establecidos por los directivos y especialistas de la Secretaría de Salud han sido tomados en cuenta y seguidos en lo posible por los mexicanos, resultando a la postre el medio más eficaz para contener la propagación del coronavirus. La responsabilidad mostrada por la ciudadanía -salvo los pintitos del arroz, que nunca faltan- propició que el País, hasta la fecha, cuente, en comparación con otros países, con menor incidencia letal a causa de la pandemia.
También la actitud responsable y el apoyo sin cortapisas del Poder Ejecutivo al Sector Salud tiene un alto valor, pues como gobierno honesto ha coadyuvado con diligencia en las tareas de paliar la crisis derivada de la epidemia, con responsabilidad y tino, algo nuevo dadas las experiencias del pasado en las contingencias, donde todo se resumía en una danza de millones de pesos, dispersos en un grupo de privilegiados, que se aprovechaban de las crisis sanitarias para hacer su agosto; teníamos, podría decirse, dos epidemias, porque aparte del delicado problema de salud, se padecía de una caterva de corruptos que se servían con la cuchara grande para beneficiarse del patrimonio nacional.
Hoy las cosas han cambiado y el Gobierno no ha incurrido en endeudar al País para atender la pandemia, salvaguardando el patrimonio de la Nación; eso tiene un enorme significado político e histórico para los ciudadanos, quienes comprueban un cambio en la forma y el fondo de gobernar. Este cuidado del patrimonio nacional, pensando en dejarles un México más próspero a las nuevas generaciones, es de mucha trascendencia, y conforme avance el tiempo se va a aquilatar en toda su dimensión.
Los médicos, los especialistas y las enfermeras han venido apoyando, con ejemplar temple, la atención de los enfermos, en ocasiones laborando jornadas extenuantes, dando muestras de un alto sentido de responsabilidad y profesionalismo. Los ciudadanos, al seguir las reglas básicas, están contribuyendo para llevar a buen término el control y atenuar los efectos del virus. La epidemia actual ha puesto a prueba la responsabilidad de este noble pueblo, su comportamiento ha hecho posible controlar en buena medida su letal propagación entre sus habitantes.
México se siente orgulloso de su Sector Salud -que deberá seguir fortaleciéndose en la ruta de garantizar la salud universal-, por su abnegación y entrega demostrada en todo en el desarrollo de la pandemia, una de las más agresivas llegadas al País en los últimos 100 años.