"Congreso de Sinaloa: ¿y las víctimas qué? Salvar a AMLO, desamparar a ciudadanos"
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Sin el mínimo esfuerzo crítico o reclamo para que se conozca la verdad histórica de los sucesos violentos del 17 de octubre en Culiacán, el Congreso del Estado procede al blindaje político del Presidente Andrés Manuel López Obrador y al menosprecio legislativo hacia los ciudadanos que quieren garantías del Estado para que ninguna zona de Sinaloa esté, nunca más, en el infierno al que fue sometida la capital el llamado jueves negro. Los asambleístas, que representan al pueblo vulnerable, optaron por defender al poderoso Mandatario.
En el contexto del todo perturbado, el Poder Legislativo se exhibe desorientado y pierde de vista a los sinaloenses, que son la razón de ser del parlamentarismo democráticamente instalado. ¿Entendámoslos? Las balas que cantaron el dominio del narco han dejado a los Diputados igual de perplejos que al resto de la sociedad. Sí, López Obrador tomó la decisión correcta que cualquier comisario de pueblo hubiera asumido: salvar las vidas inocentes cuando estas son amenazadas por criminales.
La reflexión sobre el supuesto operativo fallido que convirtió a Culiacán en rehén de dos de los hijos de Joaquín Guzmán Loera se ha vuelto superficial y dolosa. Por sobredimensionar la decisión de soltar a un capo con tal de proteger a la población pacífica, luce descuidada la materia del debate que tiene que ver con los servidores públicos y malas tácticas policiacas que detonaron la bestialidad criminal en esta ciudad, tierra de nadie.
¿Y las víctimas, Diputados? No las ven ni las oyen. Más allá de dos líneas dedicadas a estas en el manifiesto que la Junta de Coordinación Política de la 63 Legislatura publicó ayer, el resto del documento ensalza la determinación que tomó el Mandatario mexicano pero ninguna letra se destina a desentrañar y condenar el origen del narcositio.
Dando por hecho que los coordinadores de todas las bancadas, antes feroces entre sí, suscribieron el pronunciamiento de la Jucopo, entonces habría que resolver un pacto legislativo para poner a salvo al Presidente y al Gobernador, sin tomarse la molestia los asambleístas de ir al rescate de los que continúan sufriendo las consecuencias de la mala decisión del Gabinete de Seguridad que López Obrador avaló.
Inclusive, la otrora fracción legislativa del PRI se convirtió en otro cordero manso atrapado en el trivial cerco de la propaganda oficial que busca posicionar al Presidente como salvador de almas buenas, sin que importen aquellos culiacanenses de bien que de distintas maneras perdieron la vida o vieron morir la confianza en las instituciones a cargo de la seguridad pública. En tal obcecación porque López Obrador salga bien librado pasa a último término la prioridad de ir al rescate de Sinaloa y su gente de ley.
“El Poder Legislativo de Sinaloa, en el marco del federalismo republicano, manifiesta su respaldo al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconociendo su visión para transitar a un estado de paz duradera que pone en el centro la vida de los seres humanos, superando las estrategias de muerte y violencia. El humanismo al mando de la política de Estado para el combate a la violencia e inseguridad”, expone una parte del manifiesto. Otro párrafo apoya y respalda a Quirino Ordaz Coppel “por sus contribuciones para restablecer la normalidad en Sinaloa, y en especial a Culiacán, destacando su disposición a coordinarse con el gobierno federal”.
Duele la posición del Legislativo debido a que pudo plantarse con otro discurso, más crítico y de cercanía milimétrica con los sinaloenses, debido a que es el Congreso de la tierra en que ocurrió el cerco delincuencial y en él descansa la esperanza para que acabe la práctica de solaparle las ineptitudes al Presidente en turno como diezmo partidista envuelto con el oropel de la sumisión. Gloria a ti, gran López; para el pueblo todos los suplicios.
Así cómo, pues. ¿Cómo reconstruir en Culiacán el estado de derecho y la fe en las instituciones? ¿Cómo sacarle al Gobierno federal la verdad del jueves negro? ¿Cómo lograr que la vida de los sinaloenses jamás vuelva a y tropezar con las turbas de la delincuencia que a unos los privan de la vida y a otros les matan la confianza de que esto cambie? ¿Cómo levantarnos de esta sin alguien que le tienda la mano al culichi común y corriente, al que no es Presidente?
La desmesura del culto presidencial es la vía menos adecuada. Alto, por favor al rito copiado al PRI. Detengamos, aunque sea por hoy, la conversación zalamera en torno al Presidente y percibamos el llanto de las familias de las víctimas y la indignación que masculla una ciudad herida. Entendamos el silencio que vino después del jueves bestial, porque si no sabemos oírlo nunca podremos tener en paz las conciencias.
Reverso
Le repiten al Presidente,
“Cuidar la vida fue acertado”,
Pero aquí quiere la gente,
Sentir al Congreso a su lado.
Culiacán valiente
Del 17-10-19 en Culiacán ya hablaron los políticos todo lo que quisieron. Ahora la voz la tendrán los culichis el domingo 27 de octubre con actividades de esencia ciudadana que demuestren la tenacidad de los pacíficos para construir, por encima de la narcoviolencia, aquella sociedad que bastante le aporta al mundo en productos del tesón lícito que compartimos generosos como mensaje de paz. La marcha del desagravio iniciará a las 4 de la tarde en el estacionamiento del estadio de Dorados de Sinaloa y culminará en la asta bandera monumental, con diversas acciones de activación cívica. Pueden participar todos los ciudadanos que amen a Culiacán, sin pretender sacar raja política o ser protagónicos.