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"OBSERVATORIO"

"Con PRI o Morena, el dilema del PAS. Al filo de la navaja, sin más opciones"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

    Entre la espada de aliarse con el PRI y la pared para replegarse con Morena, el Partido Sinaloense se encuentra a la expectativa, midiendo el terreno, de cara a la elección de Gobernador de Sinaloa que se realizará en 353 días y en la cual ya está decidido que no irá con candidato propio. Con la ventaja de poder plantearse como factor que inclinaría el comportamiento del voto hacia un lado u otro, aprovechará para acrecentar el poder y relanzarse a un proyecto político de más largo plazo.

    Tal posición que parece envidiable es a la vez el punto incómodo para el PAS al significar la encrucijada de ser condescendiente con lo federal, salvándose del cadalso que le prepara la Cuarta Transformación, o refugiarse en la burbuja de poder local que al menos hasta ahora se muestra condescendiente con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien necesita le ofrenden presas de caza. Tremendo dilema cuando todas las alternativas significan suplicios.

    Excepto que decida dar un viraje brusco en las semanas próximas, el dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, no se ve en las boletas de la votación para Gobernador. Sí da por hecho que obtendría importantes posiciones en el Congreso, alcaldías y administración pública estatal si negocia con habilidad acompañar a un candidato de otro partido, sin determinar a estas alturas a cuál.

    Tiene algo de razón Cuén. Dígase lo que se diga, ningún candidato o partido en su sano juicio despreciaría los votos que el PAS pueda darle. En la elección de Gobernador de 2016 se convirtió en la segunda fuerza política al obtener 249 mil 652 sufragios y en los comicios de 2018 bajó a 79 mil 625 votos, volviendo al cuarto lugar de la preferencia electoral estatal.
    Los partidos que preparan dos grandes bloques electorales, el Revolucionario Institucional a la cabeza de uno y Movimiento Regeneración Nacional al frente de otro, hablan en voz baja de la carga negativa que les significará aliarse al PAS, aunque al mismo tiempo consideran que ese lastre es soportable al evaluar los votos que puede aportarles. Prefieren evitar leer las cláusulas del pacto que vienen en letras chiquitas.

    Cuén Ojeda sabe también que un paso en falso acabaría con el partido que ha construido a lo largo de ocho años y que sea cual sea el aliado la confianza a ciegas resulta inadmisible. Si opta por asociarse con el PRI, Morena le echaría encima todo el aparato de la 4T para doblarlo (A Enrique Alfaro le bastaron 24 horas para retractarse en la acusación de que López Obrador estaba detrás de los disturbios en Jalisco); en caso contrario, aliarse con Morena le reduce la probabilidad de obtener espacios de gobierno ya que en la negociación dominarían otro tipo de prebendas.

    También posee mucho de alucinación creer que en la alianza electoral con Morena o con el PRI le van a servir al PAS en viandas de plata los cargos públicos disponibles. Sí tendría regidurías, una o dos diputaciones locales, alcaldías de menor peso como las de Sinaloa, Cosalá y tal vez Salvador Alvarado, pero no entraría Culiacán ni Mazatlán a la concertacesión. La capital de Sinaloa es la joya de la corona de quien gane la votación de Gobernador.

    En los dos campos de batalla electoral en que se dará la sucesión cada partido pone grandes condiciones. Si el cabildeo hubiera sido hace tres años cuando el PAS tenía el certificado de segundo partido con más votos, sin duda se llevaría una parte importante del botín político. Por hoy es un damnificado más del tsunami amloísta del 1 de julio de 2018 y dicha etiqueta lo vuelve mercancía ordinaria en el escaparate 2021.

    Está, aparte, el factor Universidad Autónoma de Sinaloa, la institución educativa donde el PAS anida a placer. Después de sufrir un 2020 con severas restricciones presupuestales, que serán más duras en la presente crisis sanitaria y económica por coronavirus, en 2021 la sobrevivencia universitaria dependerá de cómo colabora la UAS con los objetivos de consolidación política de la Cuarta Transformación. En cuanto el Partido Sinaloense ponga un pie en el PRI se activarán mecanismos federales de fiscalización y sanción contra el gobierno de facto de la casa de estudios.

    No se olvide que la UAS va incluida en la vertiente de riesgo que se abre con el inicio acelerado de la sucesión sinaloense. Por desgracia la Secretaría de Educación, la Unidad de Inteligencia Financiera y el mismo AMLO ven a partido y universidad como paquete combo ya sea para llevarlo a la mesa para repartírselo o como bocado en estado de descomposición que debe irse a la cubeta del machigüe.

    Por estas razones, Cuén Ojeda irá con pies de plomo al proceso electoral en puerta. El hecho de declinar a encabezar él una candidatura da visos de inteligencia y con amplio margen asertivo dese por hecho que reservará para último momento, ya cuando tenga seguridad plena de quién puede ganar la elección, la decisión de a cuál de las dos alianzas se irá el PAS.

     

    Reverso

    Donde sea que el PAS vaya,
    No le espera cosa buena:
    Le hace el feo Morena,
    Y el PRI también lo soslaya.

     

    Mira quién habla

    Después de que se perdió durante varios días y no usó la mano dura para obligar a la gente a acatar las medidas de prevención, ahora aparece el Alcalde JOesús Estrada Ferreiro con su fórmula prodigiosa de dejar de vender cerveza, obligar a la población a quedarse en casa y generalizar el uso de cubrebocas para acabar el 15 días con el coronavirus en Culiacán. ¿No llega tarde a proponer soluciones mágicas? Mejor debería sentarse con los cabecillas de sectores económicos y comerciantes informales que sienten que en dos semanas se acabarán sus medios de sustento mientras el gobierno federal, estatal y municipal sigue chiflando en la loma.