Martín Moreno
@_martinmoreno
SinEmbargo.MX
“Echeverría o el fascismo…”, era el grito del oficialismo durante el Gobierno echeverrista (1970-1976). Abierta y virulenta la pelea en contra de los empresarios mexicanos, principalmente los regiomontanos.
“No estamos en contra de la inversión extranjera ni de la generación de empleos…”, dice López Obrador, justo tras anunciar una medida populista en contra de la inversión: la cancelación de una importante obra con capital extranjero de la empresa Constellation Brands en Mexicali, que llevaba 900 millones de dólares ya invertidos, de un total de mil 400 millones de dólares. El Gobierno de AMLO se valió de un viejo truco ilegal y tramposo: una “consulta pública” amañada y sin el mínimo rigor ni validez legal.
Los empresarios -y millones de mexicanos que sí trabajan-, están furiosos con el Presidente de México.
¿Por qué?
Porque está llevando al País al socialismo.
Sí, como en Venezuela.
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“La historia suele repetirse, primero como tragedia; luego, como farsa”, reza la máxima de Marx.
Y parte de esta historia inicia con un paralelismo: la admiración que tanto Echeverría como López Obrador le tienen al Presidente socialista chileno, Salvador Allende. Sin embargo, tanto LEA como AMLO fueron diseñados por el PRI autoritario, forjados bajo el fuego del viejo sistema presidencialista y moldeados a la manera del priato como partido único, mientras Allende era un marxista convencido, un socialista consumado. Echeverría y López son agua y aceite comparados con Allende.
Hoy, en México, la historia del echeverrismo socializante que terminó con el desarrollo estabilizador mexicano; el que dinamitó a la economía; el que provocó un retraso brutal en el crecimiento nacional durante la “decena trágica” (gobiernos de LEA y López Portillo); la que satanizó a los empresarios, se vuelve a presentar. Y también la sufriremos, si ese intento de socializar a la economía nacional no es frenado a tiempo.
¿Hay dudas sobre las similitudes históricas entre Echeverría y López Obrador, incluido el enfrentamiento actual de AMLO y el sector empresarial y la falta de confianza recíproca?
Aquí, los hechos y las pruebas:
- Durante el Gobierno de Luis Echeverría, los empresarios detuvieron sus inversiones y llevaron sus capitales al extranjero. En el gobierno de AMLO, los empresarios prácticamente “están en huelga. Han detenido sus inversiones por ‘falta de confianza’ y porque ‘no les gusta la ideología de AMLO’. Así, la inversión privada total lleva cuatro trimestres en números negativos, básicamente desde que AMLO ganó la elección en 2018. Ciertamente, la inversión extranjera está creciendo a tasas más bajas que antes, pero no tan bajas como las de la inversión total. El último año del sexenio de Peña Nieto la inversión crecía al 6.4 por ciento (2.2 puntos más de lo que creció en 2019). Por su parte, la inversión total tuvo en 2019 su peor año en seis años”. (Expansión Política / Viridiana Ríos/24-Febrero/2020).
- “La crisis económica de 1976 destruyó los principales soportes del desarrollo estabilizador al devaluar la moneda (la peor devaluación desde 1954) …”, asegura Julio Labastida Martín del Campo en su Ensayo “La crisis y la tregua”, publicado en la revista Nexos. En el gobierno de AMLO, de igual forma que durante el echeverriato, los principales soportes del desarrollo han sido vulnerados: la confianza de los inversionistas se ha dinamitado; la inversión se ha desplomado; no se generan empleos; no se ha anunciado en 15 meses… ¡un solo programa de apoyos a las pequeñas y medianas empresas!; el impacto por la devaluación del peso mexicano (32 por ciento) ha sido mayor en comparación a otros países, debido a la debilidad de la economía nacional. Y todo ello ha sido provocado por las pésimas políticas económicas -por llamarlas de alguna manera- del gobierno de AMLO, que al llegar la crisis por el coronavirus y el desplome petrolero, ya nos había estallado en México.
- “Grupos minoritarios suscitan todavía anacrónicas querellas e intentan socavar la autoridad de las instituciones. Aspiran a predominar atenidos a su poder económico. Suponen aún que las transacciones en la cúspide pueden reemplazar las verdaderas soluciones y perpetuar, para ellos, una era de facilidad y de abundancia. Ignoran el curso de la historia y pretenden, estérilmente, detenerla… Nuestro pueblo ha sabido desmentir a los vendepatrias y a los renegados”, dijo LEA en su Quinto Informe de Gobierno, en pleno enfrentamiento con el sector empresarial. En su gobierno, AMLO ha arremetido contra los empresarios: “México necesita de verdaderos empresarios, no de influyentistas…”. Aún más: le ha pedido al empresariado mexicano “moderar sus ganancias”, acusándolos, de paso, de “vulgares ambiciosos”.
- “Se entusiasmaron mucho esos grupos (minoritarios) cuando ocurrió el golpe de Estado (1973) en la república hermana de Chile”, soltó Echeverría en ese Informe. Durante el gobierno de AMLO, algunos de sus principales voceros -Epigmenio Ibarra y Rafael Barajas, alias “El Fisgón”, principalmente-, han alimentado y divulgado la idea de que hay una especie de “golpismo” en contra de López Obrador, lo cual ha proclamado públicamente el propio Presidente de manera vaga y sin sustento alguno: “Hay que tener cuidado porque el conservadurismo, la derecha es muy hipócrita. A veces promueven estos movimientos en contra de los movimientos progresistas. No olviden lo que hicieron con las cacerolas en Chile para preparar el golpe de Estado en contra de Salvador Allende”.
- El pasado 13 de febrero, en Palacio Nacional, AMLO le “pasó la charola” a los empresarios más poderosos del País para que compraran “cachitos” de lotería para la rifa del avión presidencial. Ni la forma ni los modos les gustaron a los barones del dinero. Al salir de Palacio, el regiomontano Carlos Bremer dijo con ironía: “Hasta en las esquinas vamos a estar vendiendo cachitos…”.
- El lunes pasado, López Obrador justificó la cancelación de la inversión por mil 400 millones de dólares en Mexicali por parte de Constellation Brands, bajo el siguiente sofisma: “No se trata de crecer por crecer”. La respuesta llegó desde Monterrey. En un video, el respetado e influyente empresario Gilberto Lozano -ex ejecutivo de FEMSA, Grupo ALFA y ex presidente del equipo de futbol Rayados de Monterrey-, criticó de manera frontal a AMLO, a quien le espetó: “Andrés López, te veo inepto, te veo incapaz, te veo cínico y te veo traidor”. Y desde la noche del domingo pasado, día de la consulta en Mexicali, la Coparmex llamó a desconocer sus resultados.
- “Sentimos que vamos por buen camino y que trabajando juntos vamos a ir eliminando uno a uno los obstáculos a la inversión privada”, señaló el Secretario de Hacienda vía Twitter, acompañado en foto de Alfonso Romo, el enlace de AMLO con el sector privado. “Hoy por hoy, el Gobierno de México está siendo la principal fuerza destructiva de la economía mexicana”, advirtió, por la misma vía, el presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos.
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El enfrentamiento entre Luis Echeverría y los empresarios alcanzó su punto más grave con el asesinato de don Eugenio Garza Sada. Durante su velorio, el entonces Presidente de México fue corrido bajo los gritos de ¡asesino, asesino!, por el clima de confrontación que había generado con su discurso y el entorno enrarecido impulsado desde Los Pinos. “¡Vámonos”!, ordenó LEA furioso al EMP, y salió entre abucheos.
Hoy por hoy, la historia con AMLO se repite: un Presidente que con un discurso divisionista, arremete contra empresarios e impulsa consultas ilegales para cancelar inversiones, con fines estrictamente políticos y bajo una ideología socializante.
Ayer, LEA: hoy, AMLO
López Obrador, al estilo de Echeverría: a cazar empresarios.
Cuarenta y siete años después, ¿quién será ahora el muerto?