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"OBSERVATORIO"

"Chapulines políticos diezman Sinaloa. Plaga que hace de 2021 año perdido"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com


    Con la solicitud de licencia para separarse de la diputación local, al priista Faustino Hernández Álvarez le tocó el martes abrir la puerta por la que saldrán varios legisladores en los próximos días, así como harán lo propio alcaldes y servidores públicos de distintos niveles que dejan truncas sus responsabilidades para aspirar a nuevos puestos de elección popular. Como no hay ley ni sociedad que se los impida, quienes se van causan un daño a las instituciones de las cuales desertan y ese perjuicio mínimamente es la inestabilidad.

    Se prevé que enseguida se despeguen de sus puestos los alcaldes de Ahome, Manuel Guillermo Chapman Moreno y quizás el de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, en caso de ganar la demanda para que le restituyan sus derechos políticos, así como la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Graciela Domínguez Nava y más de dos terceras partes de los integrantes de la 63 Legislatura.

    Otras separaciones previsibles son las de las diputadas Angélica Díaz, que sería postulada a la Presidencia Municipal de Culiacán; Guadalupe Iribe Gascón, aspirante a Alcaldesa de Badiraguato; Ana Cecilia Moreno, pretensa al municipio de Sinaloa, y Mónica López Hernández, posible candidata en Guasave. Y la lista sigue con Merary Villegas dejando la diputación federal para plantearse suceder en el cargo a Jesús Estrada Ferreiro, Alcalde de Culiacán.

    En el aparato administrativo estatal se prevén desprendimientos como el de Javier Lizárraga Mercado, actual Secretario de Desarrollo Económico, que es mencionado como candidato a Alcalde de Mazatlán por la alianza que integran el PRI, PAN y PRD y corre fuerte el rumor de que Ricardo Madrid Pérez dejará la Sedesol estatal para buscar una diputación federal.

    No alcanzaría este espacio para el inventario de los trapecistas del poder que intentarán unos dar saltos con red de protección y otros sabiendo que van a saltos al vacío. Aunque muchos estarían regresando en junio a los cargos que dejan a medias, por no lograr que los ciudadanos le renueven los votos de confianza. Volverán, sin duda, tratando de exprimir hasta la última gota la ubre presupuestal.

    Lo que ya es inevitable es que habrá al menos un semestre de desequilibrios en el Congreso del Estado, ayuntamientos y dependencia del Ejecutivo estatal al confluir dos transiciones con las correspondientes alteraciones. La primera etapa de turbulencias políticas es la que está en marcha debido a servidores públicos “chapulines” que se irán dejando pendientes por resolver al dominar en ellos la ambición de extender los jugosos emolumentos que reciben, no la vocación de servicio ni la voluntad por construir progreso comunitario. Al abandonar las encomiendas puestas en sus manos traicionan a electores que les concedieron privilegiadas oportunidades.

    Pero también vendrá demasiado pronto, en octubre y noviembre próximos, la instalación de los nuevos gobiernos y del Congreso abriéndole pauta al flemático acoplamiento, etapa de aprendizaje le llaman, de los que el sufragio habilite como funcionarios y representantes populares. Es decir, 2021 ya es un año perdido en cuestión de decisiones de gran calado para Sinaloa pues los días apenas alcanzarán para que de febrero a junio se impregnen de poder los suplentes de los saltimbanquis políticos, y de octubre a diciembre se instalen en las sillas los recién llegados gobernantes.

    Ojalá estuviéramos hablando de renuncias, licencias o reacomodos que contribuyeran a fortalecer el servicio civil de carrera. De ciudadanos que con tal de corresponder a la confianza social se preparan para hacer de mejor manera la tarea en bien de la gente y por ello quieren prolongarse en el quehacer público. Cómo le sería útil a Sinaloa una casta política con experiencia, profesionales de convicciones juradas, que al hacer bien su trabajo reciban el refrendo social para continuar en sus cargos.

    Pero no. La improvisación en la política es la maldición de nuestro tiempo. Innumerables personajes accedieron a importantes posiciones del servicio público por obra de la desesperación cívica que quiso finiquitar tantas décadas de malos gobiernos y para colmo de males esos beneficiarios súbitos ya no se quieren desprender de lo que el albur les proveyó. Sin acabar la tarea que les asignó el voto providencial quieren más, van por más.

    La puerta ya está abierta. En las próximas horas saldrán en desbandada en el enésimo intento por saltar de un cargo a otro, de partido a partido, de ambición a ambición, solamente porque se sienten los imprescindibles de un sistema político que no ha querido ponerles límites a las tentaciones caciquiles.

     

    Reverso

    Saltan y saltan sin pudor,

    Retozando de hueso en hueso,

    A ver en cuál roen mejor,

    En el Gobierno o el Congreso.

     

    La dama amonestada

    A la Secretaria de Transparencia y Rendición de Cuentas, María Guadalupe Yan Rubio, le tocó recibir ayer, al comparecer ante el Congreso del Estado, la fuerte recriminación ciudadana a través de los diputados de Morena, porque la percepción en los sinaloenses es que la corrupción no se está combatiendo con toda la voluntad e instrumentos legales del Estado. De hecho es la integrante del Gabinete de Quirino Ordaz Coppel a la que más peor le ha ido en las actividades de glosa del Cuarto Informe del Gobernador. El legislador Marco Antonio Zazueta la acusó de indolencia y franca complicidad ante conocidos hechos de corrupción.