Editorial
En Inglaterra se han comenzado a aplicar las primeras dosis con personas de la tercera edad. En Estados Unidos ya el Gobierno federal ha dado autorización para que empiece a distribuirse y aplicarse y en México ya han presentado el plan que se seguirá para garantizar su cobertura.
Se trata de la vacuna contra el Covid-19, la enfermedad que ha causado millones de muertos y enfermos alrededor del mundo y cuya pandemia no se ha podido frenar.
Hay esperanza en que las vacunas, primero con Pfizer, puedan resolver esta crisis de salud que puso a los diferentes gobiernos del mundo en una situación complicada. Sería la manera de contener los contagios y reducir el impacto de la crisis.
Y es el mensaje que se ha querido escuchar: el de la vacuna que viene a salvar el mundo de la enfermedad que ha causado tantos estragos.
Pero hay otro mensaje, al que no se le ha querido dar tanta atención pero que es igual de importante: tener la vacuna no significa que los contagios se vayan a frenar, sobre todo cuando la estrategia a seguir es dar atención a los grupos más vulnerables.
Al igual que en otros países, en México se dará prioridad a trabajadores del Sector Salud que dan atención a los pacientes con Covid-19 y a las personas de la tercera edad.
Y a través de diferentes etapas, la vacunación, que será voluntaria, irá cubriendo los diferentes grupos de edad de la población.
Pero la vacuna no lo es todo ni eso significa que hay que echar las campanas al vuelo. El riesgo de contagiarse, enfermarse y tener que ser hospitalizado sigue siendo alto y podría afectar a cualquiera.
Por eso, las autoridades han hecho un llamado a la población a que en esta temporada decembrina, hay que evitar las fiestas y las celebraciones de la época se restrinjan al ámbito familiar.
La cautela se hace más necesaria que nunca. El mejor regalo que se puede hacer en esta temporada de fiestas es la salud y la forma de garantizarlo es cuidándose y cuidando a los demás. Sí, ya viene la vacuna, pero el Covid-19 aún no se ha ido.