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@rodolfodiazf
Es frecuente escuchar las quejas de algunas personas sobre el derrotero de su vida. Sienten que no se merecen los incidentes y sinsabores que les suceden. Sostienen que deberían disfrutar de mejores momentos, sin caer en la cuenta de que lo fundamental es la actitud positiva con que vivan. Así, uno se convierte en víctima de las circunstancias y no en arquitecto de su propio destino, como señaló Amado Nervo.
Abundan los ejemplos de personas proactivas que, a pesar de soportar situaciones adversas, aferran vigorosamente el timón de su vida, como Zoe Koplowitz, quien es una corredora de maratón que padece esclerosis múltiple y diabetes, por lo que camina con muletas. Ha completado 25 maratones en Nueva York, arribando siempre en último lugar, experiencia que le permitió convertirse en oradora profesional y escribir el libro “El espíritu ganador: Lecciones de vida aprendidas en la última posición”.
Zoe manifestó que es un error pensar que sólo los corredores veloces pueden participar, puesto que “la carrera pertenece no sólo a los rápidos y fuertes, sino a los que se mantienen corriendo”. No hay nada particularmente especial en mí, salvo que soy un recordatorio de que nada en la vida es imposible”.
Con una metáfora, subrayó la importancia de asumir una actitud positiva: “Cuando naces, Dios te da un televisor con cien canales. Noventa y nueve tienen buenísimos programas. Uno solo tiene estática. Todos, sin excepción, tenemos ese canal de pura estática en nuestro aparato. Pero uno tiene la opción. Puedes sentarte frente a ese canal durante toda tu vida y mirar la estática, o puedes levantarte y cambiar el canal. Mi compromiso en esta vida es cambiar de canal con tanta frecuencia como sea posible”.
¿Cambio de canal o me refugio en la estática de las quejas?