Arturo Santamaría Gómez
santamar24@hotmail.com
Brujas del Mar, un colectivo feminista veracruzano, quien escogió un nombre provocador y poético a la vez, tuvo el acierto de convocar a un Paro Nacional de Mujeres para protestar el 9 de marzo contra la brutal ola de violencia que se ha ido desatado en el País y la casi absoluta inoperancia de las instituciones públicas y privadas para impedirla.
La iniciativa es oportuna e importante, incluso histórica, y ya ha generado una reacción positiva de una amplia gama de personalidades, organizaciones e instituciones. Es oportuna porque brota en medio de la peor crisis de violencia feminicida en México y como la reacción inmediata a dos crímenes que terminaron por encender la pradera de la protesta: las muertes violentas de Ingrid Escamilla y la niña Fátima. Es importante, porque puede ser el inicio de una mayor organización de las mujeres mexicanas para defenderse de la violencia machista y emprender otras luchas que las encaminen a su empoderamiento. Es histórica por varias razones, pero ya lo es porque va a ser el primer Paro Nacional de Mujeres a lo largo de nuestra vida como nación.
Es muy cierto que el primer responsable en enfrentar los feminicidios es el Estado a través de sus diferentes organismos de seguridad y sus políticas de gobierno; sin embargo, otras instituciones públicas y privadas también lo son en cuanto que han permitido que el hostigamiento y acoso hacia ellas se dé en el seno de muchísimas de ellas. En efecto, cualquiera de nosotros, tanto hombres como mujeres, sabemos de cómo los directores de empresas u organismos sociales, educativos, políticos, deportivos, artísticos, etc., o simplemente jefes menores, profesores, entrenadores y demás, acosan cotidianamente a muchas mujeres. Es decir, el Estado no es único responsable y ni con todo su poder podría detener, o al menos disminuir sensiblemente, el acoso y la violencia contra las mujeres. La cual, por cierto, si hacemos caso a lo que nos dicen los institutos públicos de la defensoría de ellas, es más frecuente en el mismo seno familiar.
Es decir, en prácticamente cualquier organismo donde haya mujeres -de cualquier edad- y hombres, la posibilidad de que ellas padezcan algún tipo de acoso o violencia es alta.
A la convocatoria de Las Brujas del Mar se han sumado, primero, otras organizaciones feministas, y posteriormente un número creciente de organismos de todo tipo, incluyendo destacadamente universidades públicas y privadas, así como diferentes organismos empresariales y empresas en particular.
Esto, sin duda, es muy importante; pero será de mucha mayor trascendencia e impacto societario el que además del paro y las protestas se proceda a la organización permanente. Si a partir de esta coyuntura, y particularmente después del Paro, las mujeres no proceden a levantar estructuras en sus centros laborales, educativos, vecinales, deportivos, artísticos, y otros espacios de convergencia femenina la movilización y protesta tenderá a irse debilitando porque los grupos feministas por más aguerridos que sean no podrán sostener el movimiento. Es decir, sin sociedad civil feminista permanente y extendida, aun con todos sus matices y variantes, la lucha espontánea y temporal no podrá lograr mucho, por más visibilidad que hayan logrado en los últimos meses.
Habrá que tomar en cuenta que el llamado al Paro está teniendo eco porque se han sumado instituciones y empresas y no porque haya habido una movilidad desde las bases de cada corredor. Y se tendrá que reconocer, además, que el PAN y otras fuerzas políticas de oposición al gobierno lo que pretenden es confrontar y debilitar la 4T, y no apoyar a un movimiento feminista que tiene tesis y objetivos muy diferentes a los de un partido y corrientes ideológicas y políticas de derecha.
En esta movilización, sin embargo, hay un punto de acuerdo independientemente de las ideologías y las intenciones políticas: protestar y luchar contra la violencia machista de este momento; pero no ignoremos que muchas de las organizaciones que ahora apoyan a las mujeres rechazan radicalmente varios postulados básicos del feminismo, como son la defensa de los matrimonios del mismo sexo, el control de sus propios cuerpos, lo cual puede implicar el derecho a interrumpir el embarazo, la exigencia de compartir tareas domésticas a sus parejas masculinas, etc.
Esperemos que el Paro Nacional de Mujeres Mexicanas sea todo un éxito, llegue a ser el inicio de la creación de incontables organizaciones feministas y se convierta en el principio de respuestas más efectivas y contundentes del conjunto del Estado contra la violencia y la impunidad, el cual está constituido, es obvio, no solamente por el Gobierno federal sino también por los estatales y municipales, y los poderes Legislativo y Judicial.
Posdata
Y hablando de mujeres, Tatiana Clouthier aclara que no buscará la candidatura a Gobernadora en Sinaloa y que apoya a Imelda Castro. Y, por otro lado, vemos que la derrota política de Yeickol Polensky es un fuerte golpe a los sueños de “El Químico” Benítez Torres de ser el candidato de Morena para ocupar el Tercer Piso en 2021.
Por cierto, ¿por qué las universitarias de Sinaloa no han dicho:”nos sumamos al Paro”?