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"OPINIÓN"

"Brindo por lo más obvio"

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    El tiempo —igual que la lluvia, el huracán, el sol o la muerte— pasa sin preocuparse por los estragos que ocasiona, pues tiene en común con las demás fuerzas (que por cierto han sido divinizadas por las viejas civilizaciones) la indiferencia; es el golpe indistinto, el manotazo que no hace excepciones: estemos o no estemos le da lo mismo; no parece que dirija su saña contra nadie, les somos totalmente anodinos. En poco tiempo, otro año se habrá ido para siempre, 2019 será un hatillo de días que ya no son, que ya no servirán para vivir en sus minutos. Días en los que no podremos volver a citarnos. Ya nadie dirá: “Nos veremos el 4 de septiembre de 2019 a las tres de la tarde”. 2019 será un año de meses secos y semanas intransitables. Tan imposible como 2013 o 1982.

    Para cada quien, en este año que se acaba, quedarán encerradas algunas fechas memorables: el nacimiento de un hijo, la muerte de un padre, el hombre o la mujer de quienes nos despedimos para siempre, una ciudad que visitamos por primera vez y a la que quizá no volveremos nunca, la conquista de un grado académico, una cirugía, el comienzo de una amistad, una tarde tristísima, una aventura en un crucero, un accidente de tránsito, un libro publicado... qué sé yo. A un año le caben tantas cosas en la vida de cada quien...
    A un año puede caberle de todo; pero también puede ocurrir que a un año le quepan pocas cosas, porque hay personas para quienes el año que se va resulta ser, simple y secamente, un año más, un año como lo fue el pasado y el antepasado y el que viene, pues hay aquellos —y ay de aquellos— para quienes los años son como un sello que se estampa marcando la misma irremediable imagen de un periplo estéril.
    2019 es irremediable, como todo año que se convierte en un membrete para catalogarse.
    Pero viene 2020 donde todo está por verse. Esto no significa, por supuesto, que durante el año que viene todo se pueda; pero sí, al menos, que no es imposible. Somos un año más antiguos todos. Todos tenemos un año más o un año menos según se vea. Y la vida sigue. Esto es lo único verdaderamente celebrable. Brindo, pues, con todos los que siguen, por lo más obvio: que aquí estamos, ya que no puedo hacerlo con quienes tuvieron el mal gusto de desertar del tiempo y quedarse para siempre atorados en 2019. ¡Salud!

     

    Twitter @oscardelaborbol
    Sinembargo.MX