La Guardia Nacional arrancó, y lo que muchos temían, con un punto negro: los exámenes de control de confianza.
Este mecanismo es indispensable para la salud operativa de cualquier cuerpo policiaco y un elemento fundamental para conseguir la confianza de la ciudadanía.
Los desorbitantes índices de criminalidad en el País han hecho que se arranque apenas con el 5 por ciento de elementos acreditados.
La apuesta por reducir la inseguridad en la nación se puede ver mermada si no hay la confianza en esta policía.
Que el 95 por ciento se encuentre reprobado, sea el factor que sea, le “echa gasolina al incendio”.
Un parto largo y doloroso
No cabe duda que el crear una corporación de seguridad a nivel nacional es un trabajo titánico, pero parece que la apuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador no acaba de cuajar.
Desde el anuncio de su creación y el procedimiento legal por el que tuvo que pasar no ha sido suficiente para legitimizar su creación, siguen brotando dudas y discrepancias durante la construcción de un verdadero marco legal.
El medio de comunicación Animal Político dio a conocer ayer que de los 80 mil elementos de la Guardia Nacional, que según el Mandatario de la 4T se encuentran desplegados en el País, sólo 5 por ciento de ellos cuenta con los exámenes de control de confianza aprobados.
El broncón es mayúsculo porque de plano todos los demás agentes no deberían estar en la corporación, ni siquiera deberían de operar como elementos activos, de acuerdo a la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la Guardia Nacional.
Pero la nueva corporación de seguridad nacional se ha defendido señalando la necesidad de aplicar un esquema modificado de control de confianza porque el número de elementos a evaluar es considerable, por la transferencia de miles de policías militares y navales que carecen de esta evaluación, y a los que se está tratando de evaluar lo antes posible.
En resumen, son muchos para evaluarlos a la antigua usanza y defiende que no hay ninguna irregularidad en los exámenes “exprés” que ellos están realizando.
No, ninguno, sólo se están la ley entre las patas.
¿Cuántos guardias hay?
De acuerdo con la información de Animal Político, ni el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ni el resto de las autoridades se han puesto de acuerdo en cuántos elementos tiene actualmente desplegados la Guardia Nacional a todo lo largo y ancho del país.
Andrés Manuel López Obrador sostuvo el 8 de agosto que son aproximadamente 80 mil, pero el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, dijo que el despliegue inicial sería de 52 mil elementos.
Y el mismo Durazo había dicho que del estado inicial de la Guardia, 35 mil elementos serían transferidos de la Policía Militar, 8 mil de la Policía Naval y el resto de la Policía Federal.
Que alguien nos explique porque ya nos hicieron bolas.
Pesca en aguas turbias
La pesca nacional está en crisis y parece que el escenario no está por cambiar para este sector primario, estratégico para la seguridad alimentaria.
El tema no es nuevo, la pesca tiene décadas convertida en el patio trasero de la economía mexicana y la Cuarta Transformación parece que no tiene la fórmula adecuada para revertir los daños a la economía de miles de familias.
El recorte al presupuesto del 2019 afectó en gran medida su funcionalidad y acrecentó el panorama incierto.
Las organizaciones pesqueras nacionales y de acuacultores han decidido tomar acciones, pero en el corto tiempo que falta para iniciar las capturas, pero no se ve por donde se pueda poner orden.
El problema es muy complejo y de enormes dimensiones, la cantidad de personas que participan en la pesca mexicana ha crecido exponencialmente, mientras el número de especies ha mermado en la misma proporción.
Y el problema es que por más subsidios y ayudas que pueda ofrecer el gobierno, la verdad es que nadie puede incrementar el número y la cantidad de especies marinas a explotar.
El panorama se complica si añadimos la pesca ilegal y sin control que opera en prácticamente todo el País y los altos precios de los insumos que afectan a esta actividad.
Proyectos en espera
La obra que sería el símbolo de la administración del Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, un metrobús para la capital sinaloense, parece que está a punto de ser una realidad.
Al menos así se dio a conocer ayer por el Gobierno del Estado como resultado de una reunión que sostuvo el Mandatario estatal, Quirino Ordaz Coppel, con el actual Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez
Y no sólo eso, también se hablaron de otros proyectos que son prioritarios de este Gobierno estatal y que también ya estarían aprobados, como la base militar en Escuinapa y la modernización de la terminal de la API.
De acuerdo al comunicado del Gobierno de Quirino Ordaz Coppel, en el encuentro celebrado en Palacio Nacional se aprovechó para gestionar que se acelere la liberación de recursos para obras hidráulicas, por la urgencia de éstas.
Incluso se pusieron en la mesa obras pendientes que tienen que ver con salud y educación.
Los proyectos ya están aprobados para Sinaloa, el problema es el de siempre, que los recursos nomás no llegan.
De hecho, una de las razones para que Ordaz Coppel se apersonara en la Ciudad de México fue para preguntar por las fechas para la liberación de los recursos.
Otro de los proyectos que se espera que arranquen en cualquier momento es la carretera que unirá San Ignacio, Sinaloa, y Tayoltita, Durango, un viejo sueño de los habitantes de esa zona y uno de los objetivos de Ordaz Coppel.
Por lo pronto, el Secretario de Hacienda ya palomeó los principales proyectos que le presentó el Gobernador sinaloense, ahora solo falta que nos mande los recursos para que se hagan realidad.
Si nos lo piden hasta una veladora le encendemos a San Arturo Herrera Gutiérrez.