"Atisbos de la desesperación en Sinaloa. Emergencia económica, crisis en puerta"
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Estaba escrito que después de la celebración del Día de las Madres será difícil mantener a los sinaloenses en sus casas. De la misma manera en que los choferes del transporte urbano salieron a la calle ayer en Culiacán para solicitar apoyo económico que les permita sobrevivir, de aquí en adelante los sectores de la economía formal e informal sentirán en los aparejos la lumbre de la desesperación al acercarse a los dos meses la suspensión de actividades.
Muchos otros segmentos se han adelantado por riesgo propio a la decisión que seguramente esta semana tomarán los gobiernos federal y estatal para la reactivación gradual de las áreas productivas. Los músicos, por ejemplo, llevan dos semanas en la jornada de recaudar en la vía pública algunas monedas que les sirvan para resistir y lo mismo han vuelto a sus tareas rutinarias los vendedores ambulantes, los que laboran en oficios como albañilería, carpintería, plomería y mecánicos.
Sinaloa empieza a enfermarse de ansiedad y llegado el momento el desespero por librar el incierto encierro será más fuerte que el miedo a infectarse de Covid-19. Si las empresas comienzan a incumplir el pago de salarios o reducir las percepciones, lo cual está a punto de reventar, pocos se quedarán en estado de confinamiento domiciliario a esperar que cese la información en contrasentido que dificulta tener claridad de cómo están o vendrán las cosas.
Ese es otro virus que amenaza con causar estragos en el territorio sinaloense donde la ocupación lícita, e inclusive la que ofrece la alternativa criminal, van en decadencia a grandes pasos. La afectación económica será de miles de millones de pesos y las posibilidades inmediatas de recuperación son muy a largo plazo. En cuanto salgamos del aislamiento al que obliga el Sars Cov-2, estará plantado en el umbral de nuestras puertas el monstruo de la recesión.
De un momento a otro el Gobernador Quirino Ordaz Coppel anunciará el plan de reactivación de la economía estatal, ya sea antes o en cuanto el Presidente López Obrador haga lo propio en el contexto nacional. Irán primero las actividades de la construcción, producción para la exportación y el mercado interno, las ramas turística, restaurantera y de servicios, como áreas piloto de estrategias que continuarán con medidas de prevención y serán evaluadas para ampliar la reanudación a más sectores.
Aquellas tareas que signifiquen aglomeraciones, entre ellas el comercio, la educación, trámites en gobierno y eventos públicos deberán esperar a que la fase de mitigación del nuevo coronavirus se consolide, lo cual carece de plazos específicos y de acuerdo a proyecciones científicas podría ocurrir entre junio y septiembre del año en curso. Se trata de administrar el impacto en la economía porque al llegar encontrará a Sinaloa vulnerable por el severo golpe sufrido en la salud pública.
Sin existir estimaciones certeras sobre el daño que sufre el empleo con la correspondiente consecuencia en el ingreso familiar, se estima que de cada 10 hogares sinaloenses en 3 se manifiesta la pérdida de la fuente de trabajo y en 5 existe incertidumbre en cuanto a si se podrá regresar o no a laborar una vez que termine la cuarentena por coronavirus. En Mazatlán, como dato referencial, se da por hecho que alrededor de 15 mil trabajadores que en la mayoría corresponden al sector servicios se encuentran hoy desempleados.
En caso de que cierren empresas micro, pequeñas y medianas el Gobierno del Estado se verá obligado a crear paquetes de ayuda a los afectados por si la Federación insiste en no establecer el seguro de desempleo, con recursos públicos, que dé cobertura a quienes pierdan el trabajo por la contingencia sanitaria. Por lo pronto, crece el número de familias que carecen de lo indispensable para alimentarse y atender necesidades primordiales. Este tipo de desesperación se mostrará creciente en las siguientes semanas.
Ya los hogares, calles y comercios empiezan a mostrar el semblante de la crisis que sigue, que es la que deriva de la pérdida de los medios de subsistencia. No obstante la poca ayuda que comienza a fluir, en cuestión de horas emergerá del confinamiento más y más gente que requerirá del socorro gubernamental y en el último reducto de la desesperación crecerá el clamor de ayuda que se apodera poco a poquitos las esquinas, semáforos y toca a las puertas de las casas.
Y la sociedad sinaloense que se unió para librar las batallas contra el coronavirus ni siquiera tendrá tiempo para elaborar el parte de guerra. Por añadidura, todas las peleas, aun las que se ganan, contienen desafíos posteriores donde el ensamble de esfuerzos continúa siendo vital para recoger los despojos y levantar lo derrumbado. Las posguerras son en ocasiones más demandantes que las ofensivas anteriormente atendidas.
Reverso
Que este virus tenga piedad,
Y permita guardar energías,
Por si el hambre nos trae días,
Más duros que la enfermedad.
Sólo fue un mal rato
Y sí. Los presidentes municipales de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, y de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, estuvieron al nivel de los deseos de sus gobernados al poner arriba en la escala de prioridades la vida y salud de la población. Fueron sensibles al llamado para sostener el 10 de mayo las medidas propias de la contingencia de salud por el Covid-19 y ni los restaurantes ni los panteones se agregaron a los focos de contagio. Eso quiere su gente, alcaldes: verlos así, siempre con la investidura completa, palpando en las emociones y demandas ciudadanas. Pero a la próxima no asusten.