Cuauhtémoc Celaya Corella
celayacorella@hotmail.com
El tema de la educación es un tema inacabado e inacabable, Inge. Se dice tanto sobre él, que la realidad es una, es la única puerta que permite cambiar las condiciones de una región, de un país. Naciones y gobiernos que le han invertido a la educación desde sus cimientos, son lo que logran en lapsos cortos cambiar las perspectivas de sus enfoques sociales y económicos, ubicándose como naciones progresistas y de total desarrollo.
En ellas, no importan los modelos económicos por los que transite el poder político, ni tampoco el modelo político que rija al poder económico. Mientras que en las naciones en donde la educación parece un obstáculo y se pierden los esfuerzos por la política pública que busca someter la libertad de la enseñanza y del aprendizaje, siguen ancladas en el subdesarrollo, denominándose economías emergentes, tercer mundo, países en desarrollo y otras formas, para no llamar a las cosas por su nombre.
México está en ese calificativo. Sólo se salvan algunas instituciones de nivel superior que están con mayor posición de miras, con más orden y con objetivos más claros sobre lo que debe de alcanzarse en el tema educativo.
Hace algunas semanas, en León, Guanajuato, se celebró la feria alemana denominada Hannover Messe, por primera vez fuera de Alemania, su sede, y la verdad, asombra y nos muestra nuestro tamaño contra el de las naciones que van adelante en materia de la llamada Ingeniería 4.0, después te platico Inge. de que trata eso.
Ahora quiero enfocarme a lo que llamo el gran archipiélago de la educación superior en nuestra ciudad. Te sonará raro que llame así a un tema trascendente para el desarrollo profesional del sector productivo, pero hay razones. Este archipiélago lo circundan corrientes de ignorancia y ausencia de conocimiento intelectual, conformando una educación profesional desarticulada, a pesar de tantas universidades e institutos en operación. Cada una es como una isla dentro de ese archipiélago.
Si conté bien, hay 18 entidades que entregan títulos profesionales en diferentes disciplinas, y todas viven la ausencia de una afiliación que les dé presencia en conjunto para que se presenten ante la comunidad culiacanense, como promotoras del desarrollo, y ante el sector productivo, como generadoras de verdaderos recursos humanos profesionales con eficiencia, actitud laboral y presencia profesional. Un verdadero semillero de los futuros empresarios.
No existen en ellas, centros de desarrollo de proyectos, tal vez la excepción pudiera ser el ITESM, la investigación es pobre y la sociedad poco se beneficia con ello. El nivel promedio no es alto, y su simulación como entidades de calidad educativa, es visible.
Algunas tienen programas de posgrado, en algunos casos para su autoconsumo y generar circunstancias que en una certificación cumplan con el requisito, pero hasta ahí, y en otras, porque ante la necesidad de generar utilidades, siendo empresas que venden el servicio educativo, cada estudiante representa una suculenta colegiatura.
Pero de la poca investigación que realizan, no se generan patentes que generen innovación tecnológica, y niveles de competencias en el conocimiento científico, y salvo el ITC, el trabajo de sus estudiantes resalta de la media de las otras instituciones.
Entre ellas no hay puentes que las unan, y la secretaría del ramo, pareciera que ese nivel no es de su interés, y si lo es la educación básica y la administración de los profesores.
Y no hay un rector que lidere un movimiento de acercamiento entre los responsables y generen un programa a mediano plazo para unir esfuerzos y mejorar por disciplinas, el estudio de la juventud sinaloense. La mayor isla es la UAS, seguida por UADO, los Tecnológicos, y demás instituciones.
Y si eso sucede en Culiacán, debe pasar en las otras ciudades del estado, con copia en ciudades de los estados de la zona noroeste del país. Se pierde la oportunidad de formar un polo común de la educación profesional. Y poco interesa a las esferas de gobierno y al sector productivo.
Escuché que el Gobernador de Guanajuato en la feria alemana se refirió a un bloque de cinco estados, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí, que están invirtiendo en la educación superior y generando progreso. Se han unido, y sin importar la política, inducen a inversionistas a que le apuesten a la zona y logran resultados.
Acá en cambio, hay una total indiferencia. Cada uno avanza, si es que avanza, sin importar el entorno y el beneficio posible. No contribuye la educación superior a generar ambientes y escenarios progresistas, e ir pasando de la economía tradicional de mediados del Siglo 20, al mundo de las ingenierías, agregando valor a lo que la naturaleza generosamente, con el trabajo humano, produce.
Mientras el archipiélago subsista y cada uno defienda lo suyo, seguirá Sinaloa presumiendo pequeñas batallas...y jugando béisbol, Inge.