Editorial
Dice que está cerca, lo asegura, lo promete, el Presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que está a la vista, el cambio, el que prometió en campaña y que cada mañanera reafirma y vuelve a prometer.
Ayer, después de un año exacto de haber llegado a la Presidencia, el tabasqueño se subió a una tarima en el Zócalo de la Ciudad de México y aseguró, otra vez, que el cambio ya llegó, por lo menos él ya lo alcanza a ver.
Rodeado de alrededor de 100 mil personas, López Obrador vuelve a la carga, incesante, permanente, prometiendo, pidiendo calma y asegurando que ya estamos cerca, pero en un momento de su discurso feliz desliza que finalmente el cambio va a estar consolidado en unos meses, quizá en un año.
Así que tendremos que esperar otro año, para ver los resultados de un cambio que a ciencia cierta todavía no vemos por ningún lado: la economía sigue estancada, la democracia se construye a golpe de mayoriteo y la inseguridad continúa devorando a miles de mexicanos.
López Obrador pidió otros 12 meses para establecer las bases de lo que llamó “una nueva patria”, una que nadie podrá ya revertir, y se refirió de nuevo a sus enemigos, a los neoliberales, a los conservadores.
Y mientras hablaba el Presidente, hablaban las armas largas en Villa Unión, Coahuila, donde murieron cuatro policías y 17 presuntos delincuentes, en total 21 mexicanos que pierden la vida.
Y mientras seguía prometiendo el Presidente, desfilaban cientos de mexicanos en 18 estados, hartos de tantas promesas y pocos resultados.
Lo cierto es que el cambio continúa en los discursos, lo cierto es que ha pasado poco tiempo, también es cierto que los problemas son enormes, pero nos gustaría ganar una por todas las perdidas.
Se acaba 2019 y apenas sabremos si el cambio llegará en 2020 o si seguirá en las promesas del Presidente.
