CIUDAD DE MÉXICO._ Cuando en las redes entrevistaron a Japhet Amador, y le preguntaron sobre el regreso a la Liga Mexicana del Pacífico de los Algodoneros de Guasave, no ocultó su entusiasmo diciendo que le gustaría volver al club en que debutó en la pelota otoño-invierno. Deseo cumplido.
El toletero del gran tonelaje, cedido a préstamo por los Charros de Jalisco, se unió a los nuevos Algodoneros, incluso circularon sus primeras imágenes enfundado en la franela del club de expansión.
Sin embargo, la viabilidad del primera base y designado aún depende de su recuperación de una lesión en el pie que requirió de una intervención quirúrgica, una vez terminado su compromiso en la Liga Mexicana y del “Vo.bo” de los Diablos Rojos.
Amador, quien en su reaparición en la LMB tras dos veranos en Japón, bateó .364 con 28 palos de vuelta entera y 115 impulsadas, se convierte en el primero de vuelta de aquella camada de carabineros que se marchó a Guadalajara, en 2014, y de la que permanecen el camarero José Manuel Rodríguez y el receptor Gabriel Gutiérrez.
Rodríguez y Gutiérrez, nativos de Guasave, serían los siguientes objetivos del gerente Francisco Lizárraga, pero por ahora eso se percibe lejano, porque a diferencia de Amador, que por una u otra razón se ha ausentado del elenco jalisciense, ambos elementos son pieza clave en el engranaje de los azules.
DAVID Ortiz regresó a su natal República Dominicana, seis meses después de que un hombre le disparó mientras departía con unos amigos en un centro nocturno de Santo Domingo, en horas de la madrugada.
El futuro Salón de la Fama en Cooperstown está de vuelta por dos motivos: su participación en un Juego de Leyendas y estar al pendiente del proceso que se instruyó a su agresor y cómplices, quienes lo habrían confundido.
Hipótesis apoyada por el propio Ortiz que ha dicho hasta el cansancio que no tiene enemigos y que por eso puede andar por cualquier parte sin temor, aunque ahora llegó con un equipo de seguridad.
EL otoño e invierno siguen siendo de mal fario para los beisbolistas dominicanos. El ya retirado Willis Otáñez, en su apogeo infaltable en LMB y LMP, sufrió la pena de la pérdida de su madre, en un accidente automovilístico.
De acuerdo a medios informativos del rumbo, la maestra Ángela Otáñez, murió luego que el vehículo conducido por un hermano del ex jugador se impactara sobre un muro de contención.
En principio se dijo que Willis Otáñez, quien en la Liga Mexicana jugó para 11 equipos, incluido los Rieleros de Aguascalientes, donde trabajó como coach, viajaba con ellos, pero el ex bigleaguer se encontraba en Estados Unidos.
OBSERVACIONES: Agobiado por una racha de cuatro salidas sin victoria, el habitualmente consistente abridor de Águilas de Mexicali, Javier Solano (2-5, 2.81), volvió por sus fueros, maniatando en 4 hits y una carrera a los Naranjeros de Hermosillo en el estadio Sonora.
En su primera actuación en la Mex Pac en dos años, el capitalino reclutado por los Algodoneros, Marco Antonio Quevedo, tiró poco más de tres innings en blanco (1h, 1k, 2b) contra los Venados de Mazatlán.
El ex lanzador zurdo Cecilio Ruiz, inducido en la galería de los inmortales de los Yaquis, al lado del ex jardinero Luis Carlos García, viajó de Tabasco a Ciudad Obregón por carretera, aproximadamente 2,796 kilómetros, debido a su temor por los aviones y que en sus años mozos evitó que se enganchara en el beisbol estadounidense.
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