Se acabó la fiesta, algo de agonía merodea, todo en 18 meses. ¿Agonía? Pero si conservan mayorías en el Legislativo y ejercen el poder con grosería desde el Ejecutivo. Si, agonía porque ya no significan lo que alardearon. Agonía por lo irreversible del proceso.
Significaron esperanza de mayor justicia social, eso es hoy simplemente imposible. El absurdo pleito con los empleadores e inversionistas y el colapso económico están arrojando al desempleo a millones. Mexicanos pobres que tendrán menos recursos, se empobrecerán más comenzando por los más pobres. En 2024 México será mucho más pobre y más injusto. Del colapso internacional no son responsables, si de la nula respuesta para apoyar las cadenas productivas, si de la ausencia de una reforma fiscal que hoy es ya poco viable. Más injusto, porque al final de la pandemia los niños que no tuvieron acceso a los equipos y señal, sufrirán un mayor rezago frente a los urbanos.
Significaron combate a la corrupción, pero hoy las múltiples corruptelas danzan alrededor del Presidente y su partido, ya es imposible defender su inocencia. Si sabe, muy mal y no sabe, peor. Significaron la intención de gobernar con la verdad y hoy las cadenas de mentiras los atan. Mintieron con los permisos del tren, la refinería y Santa Lucía. Mintieron con el abasto de medicamentos. Mintieron con los 500 mil millones de pesos que nunca existieron. Mintieron con las intenciones de los programas sociales que quisieron convertir en canales subterráneos de compra de voluntades. Mintieron al ofrecer millones de empleos sabiendo que es imposible. Mintieron al ocultar sus verdaderas intenciones de acabar con los órganos reguladores argumentando recortes por excesos. En 2020 es clara la falsedad. La montaña de mentiras es hoy un monumento al cinismo.
Y por si fuera poco desde hace meses mienten a diario con sus cifras sobre neumonías atípicas, contagiados y los muertos por Covid. Ofenden. Qué pena que la OMS reclame al gobierno mexicano por confundir. ¡Se enferman los ricos! El subsecretario de los reflectores va y viene y el Presidente remata con otra interpretación. Qué pena que no tengan al aplomo mínimo para usar cubrebocas y poner el ejemplo. Y ahora, con un semáforo confuso, vamos a una apertura irresponsable con posibles rebrotes y, por lo tanto, más sangría económica, más pobres. La única forma de recuperar la marcha es salir de la pandemia lo antes posible con el rigor que se requiera. México hoy ya está en los anales de los peores manejos sanitarios. Nuestro país tuvo cuadros de excelencia en el sector salud, hoy dan vergüenza. Por cierto, la mayor letalidad está entre los indígenas. Más injusticia.
Agonizan por que se vaciaron de contenido justiciero, afectando a los más vulnerables, niños con cáncer, mujeres en situación de violencia y trabajadoras, migrantes. Pisotearon a la CNDH y ahora a la Conapred. Qué vergüenza no saber de esa instancia de defensa de los vulnerables dentro de los vulnerables. Qué vergüenza porque su fundador, el gran Gilberto Rincón Gallardo, fue un verdadero pensador de izquierda, progresista y luchador incansable. Increíble, Gilberto recibió comprensión para su lucha de un presidente panista, Fox. D´Artigues, Tamés y Merino anteponen la dignidad, aunque ella es extraña al régimen.
Agonizan porque la violencia anda de fiesta igual que el huachicol, porque la población está desesperada y apenas comienza la caída. Agonizan porque apostaron todo al líder que ya no puede ir de gira sin que miles de ciudadanos le griten que se vaya. Dirá que son los fifís, pero en un país de predominio “clase mediero” son decenas de millones de fifís molestos y dispuestos a salir y gritarle. Agonizan porque el Presidente ya no se respeta a sí mismo y admite liberar a un narco. Agonizan porque el frente de gobernadores es algo serio y la Federación está de por medio.
Agonizan ellos y México sufre. Pero la añoranza de sensatez crece y es poderosa.
frheroles@prodigy.net.mx