"Agenda legislativa común, pausa necesaria. El Congreso, factor de pacificación política"
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Señal de civilidad política y tal vez el anticipo del trabajo parlamentario más dirigido a los intereses de Sinaloa que de los partidos, la presentación ayer de la Agenda Conjunta para el primer período ordinario de sesiones del tercer año de ejercicio constitucional de la 63 Legislatura local contribuye a la atmósfera de avenencia y estabilidad que se requerirá en los próximos meses para la elección constitucional intermedia. Un Congreso ríspido a la par de la jornada comicial que será más intensa que nunca trabarían el sistema institucional de funcionamiento del estado.
Fue apenas un simulacro de entendimiento entre fuerzas partidistas divergentes, sin embargo, destáquese el buen tono de la reunión y lo fundamental de los acuerdos alcanzados al seno de la Junta de Coordinación Política. Es el primer vislumbre de encuentros y desencuentros que le son consustanciales al Poder Legislativo para al final de cuentas decidir por aquello que sea de mayor beneficio para los sinaloenses.
¿Que es un exceso de ingenuidad creer en la suma de esfuerzos por Sinaloa en medio de la intensa lucha por el poder que se avecina? Al contrario, el Congreso tiene que ser la válvula de escape de todas las presiones políticas, económicas y sociales que se acumulen en el contexto local. Ahí es el lugar preciso para dialogar, discrepar, revisar, corregir y finalmente decidir. Mientras la conversación pública se torne compleja debido a las fobias y filias que saldrán a relucir en la encrucijada electoral, más la asamblea del pueblo debe operar como conciliador.
El documento firmado por los coordinadores de los grupos parlamentarios plantea que “con la máxima convergencia parlamentaria posible, fortaleciendo siempre la institucionalidad democrática del Congreso del Estado, continuaremos trabajando a favor de Sinaloa para construir un mejor presente y su futuro necesario”.
En realidad sí se nota la intención por ir juntos en temas torales. Aunque el catálogo de 18 acciones excluye la pertinencia de aprobar la Ley de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de Sinaloa, les da cabida a normatividades inaplazables para diferentes sectores e instituciones entre éstas las reformas a la Ley de Educación, Ley de Cambio Climático y Ley de Obras Públicas, todas éstas para octubre. En noviembre destacan las reformas a la Ley de Pensiones y la Ley de Hacienda Municipal, en lo referente ésta al impuesto predial urbano.
En diciembre está, por supuesto, la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos del Gobierno de Sinaloa, tema que por estrategia política tendrá que resolverse antes del día 15 con tal de que el tema de los recursos públicos que ejercerá Quirino Ordaz Coppel en 2021 no se cruce con el proceso electoral. En ese mes se abordará también lo relativo a la Ley de Amnistía y reforma laboral.
Y en enero, cuando concluye el primer período del último año de trabajos de la 63 Legislatura, la agenda incluye las leyes de Planeación del Desarrollo, Orgánica del Congreso del Estado y las reformas constitucionales para eliminar el veto de bolsillo y de los decretos de cuentas públicas, tema este último que derivará en posturas que colocarán a las bancadas del PRI y de Morena, más los aliados de cada una, en posiciones muy encontradas.
La agenda común, de acuerdo a lo que planteó la Diputada Graciela Domínguez Nava, presidenta de la Jucopo, tiene como propósitos impulsar el desarrollo económico, la generación de empleo y la competitividad de los principales sectores productivos; una educación de mayor calidad con inclusión; un marco laboral justo y una seguridad social que beneficie más a los trabajadores; una procuración y administración de justicia para la paz; contar con finanzas públicas más transparentes, sanas y ordenadas; un Sinaloa verdaderamente sustentable; una relación más equilibrada entre los poderes del Estado; y promover la inaplazable actualización del propio Congreso estatal.
Por lo pronto la bitácora legislativa común anuncia calma. El Diputado Sergio Jacobo, cabeza de la fracción parlamentaria del PRI, considera que es una muestra de que por encima de las diferencias políticas e ideológicas prevalece el diálogo y la búsqueda de consensos para lograr acuerdos en favor del bien común y el bienestar de todos los sinaloenses.
Bien. Lo que más requiere Sinaloa en la actual circunstancia difícil es que sus representantes populares ponderen lo esencial por arriba de lo trivial. Hay tiempos para el oposicionismo a ultranza y los hay para el planteamiento sereno de lo crucial. Da gusto ver a los legisladores unidos por lo que en verdad importa y ojalá que esa estampa de ecuanimidad y sensibilidad social perdure más de lo que muchos creen será efímero.
Reverso
Cuando ya casi rugen los cañones,
De la ofensiva electoral,
A Sinaloa no le cae mal,
Que el Congreso enfríe pasiones.
Pequeño problema
A ver cuántos de los actuales diputados le quedan a cada uno de los grupos parlamentarios para apegarse a este acuerdo legislativo una vez que se dé la desbandada para pretender los cargos de elección popular que se determinarán en la votación del 6 de junio del próximo año. Es posible que muchos no acaben de cumplir la agenda consensuada, unos por querer la reelección y otros por buscar el sueño de vivir unos meses asidos a la ubre presupuestal.