En tanto se inicia la construcción del Nuevo Acuario Mar de Cortés convendría ver qué está pasando en el actual Acuario, pues hay serias sospechas de que más que una caja chica se están yendo por lo grande, sobre todo en lo que tiene que ver con la taquilla.
Ex trabajadores denuncian despidos injustificados, sobre todo del personal con mayor experiencia para dar lugar a personas cercanas al Alcalde con licencia,
Fernando Pucheta, lo que ha derivado en el descuido de las especies al ingresar empleados sin capacitación.
Pero en lo administrativo, es una de las áreas donde se ve mayor desorden, sobre todo en la taquilla. Sí, justo donde están los dineros.
Jorge Gómez Llanos Chavarín, quien fue director en el trienio del panista
Carlos Felton, señaló que por lo mínimo se pueden sospechar malos manejos.
El ambiente se enrareció cuando al llegar la nueva administración ya no renovaron el contrato de la empresa que mantenía estrictos controles sobre el acceso y la emisión de boletos de entrada.
Los boletos anteriores contaban con folio, código de barras, tinta infalsificable, control de cortesías y papel especial, llevando una doble verificación de la contabilidad. Hoy, todos esos controles desaparecieron.
“Hemos llevado gente al Acuario: cuatro, cinco personas; y de las cinco, por ejemplo, tres no recibieron boleto y las otras dos lo recibieron con cantidad en ceros, como cortesía, son cosas que nos llaman muchísimo la atención”, alegó Gómez Llanos.
Los casos fueron expuestos ante el Consejo del Acuario, para que se abriera una investigación en el Órgano de Control Interno del municipio, a cargo de
Rafael Padilla Díaz.
Sin embargo, este funcionario indicó que no existe ningún expediente abierto por este motivo.
En tanto, sí reconoció otros seis expedientes en curso en esta paramunicipal: tres durante 2017 y el resto durante 2018.
Vale la pena una investigación no sólo administrativa, sino de cómo se llevará a cabo la transición con la llegada del nuevo Acuario Mar de Cortés.
Quirino hace
su luchita
El viernes se instaló el Comité Coordinador del Estado de Sinaloa del Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción y el invitado de lujo del evento fue
Quirino Ordaz Coppel, aunque no robó cámara como normalmente lo hace, decidió guardar silencio y dejó que hablaran los representantes de las dependencias que integran el comité.
Al final, y luego de una buena corretiza en el recinto legislativo, Ordaz Coppel atendió a los medios de comunicación por dos o tres minutos, ahí aprovechó para pararse el cuello y aseverar que desde que entró a la jugada, él siempre ha aportado su granito de arena para luchar contra la corrupción, desvíos de recursos, etcétera.
Ordaz Coppel también aseguró que en el actual proceso de
Ernesto Echeverría Aispuro también se están haciendo esfuerzos, y que el caso se está llevando conforme a la ley.
Al final del día, Ordaz Coppel seguramente dormirá tranquilo pensando que ha hecho lo debido para erradicar ese monstruo llamado corrupción, pero sería bueno que le preguntara a los ciudadanos, a ver si están muy de acuerdo con él.
Robos vs autoridades
Las redes sociales se han convertido en el método de denuncia más notorio, todos las siguen, para bien o para mal.
La gente aprovecha para mostrar su hartazgo de robos a casa habitación, a pesar de que las autoridades señalen que estos delitos van a la baja.
Los mazatlecos están cansados, denuncian la falta de vigilancia y patrullajes, el mal servicio del número de emergencias, el 911.
Estos robos no cesan, incluso las escuelas han sido víctimas. Tan sólo en Mazatlán, la SEPyC registró siete escuelas víctimas de los asaltantes, de 15 que se registraron en las últimas semanas en Sinaloa.
Y mientras las autoridades continúan con el mismo discurso, con números que nomás ellos creen.
La única opción
A pesar de la oposición que hay a nivel nacional, los militares seguirán en las calles, de acuerdo con el Presidente electo,
Andrés Manuel López Obrador.
El anuncio cayó como una bomba para los grupos de defensores de derechos humanos y la sociedad en general, sobre todo en aquellos que esperaban que AMLO regresara a los militares a los cuarteles, una de sus promesas de campaña.
A las fuerzas armadas se les considera, en muchos ámbitos, una de las causas de altos niveles de atropellos de las garantías individuales. Los casos como Tlatlaya y Ayotzinapa tienen tufo castrense.
La razón porque siguen en las calles es simple: nuestras policías hace tiempo que fueron abatidas y controladas por la delincuencia organizada.
La presencia de los militares en las calles, aunque da una certeza no convence a la mayoría.
Exponer al ejército al contacto con los carteles significa el enorme riesgo de perder la última frontera de la defensa ciudadana.