En un estado donde van 823 asesinatos en lo que va de este año, todos los sectores han sido tocados: maestros, abogados, médicos, mujeres y periodistas, además del robo de autos que se ha disparado, esperaríamos que en una reunión de alto nivel, encabezada por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, hubiera propuestas concretas, de mayor inversión, de inteligencia contra la delincuencia organizada.
Pero no, lo señores siguen analizando la situación... revisan los “giros negros” de la delincuencia, analizan y aplauden lo que el Gobierno estatal ha invertido, como si esas inversiones denotaran ya una baja en los índices de criminalidad.
Revisan los casos de alto impacto como el del periodista Javier Valdez, pero no ofrecen ningún avance en las investigaciones.
¿A qué vino Osorio Chong? A ofrecer nada, sólo palabras, un discurso vacío, tan hueco como las repeticiones del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, para quien la violencia en Sinaloa es un tema histórico.
No se quedaron ni a comer, vinieron, hablaron, analizaron y se fueron, no los fueran a asaltar.
Como dijeran en el rancho: no se ganaron ni el taco.
‘Calientan’ la visita
En pleno mensaje del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, sacaron las pancartas y dándole la espalda a los visitantes, exigieron justicia por el asesinato de Javier Valdez y exigieron avances de las investigaciones.
Los comunicadores exigieron que se abra el caso, que se termine con la secrecía de un crimen que ya ha sobrepasado el ámbito nacional.
Los periodistas mostraron las pancartas con la leyenda ‘Justicia Javier Valdez’ y se pronunciaron de nuevo porque el caso no quede en la impunidad.
Esta vez no hubo silencio, pero de nuevo sólo hubo palabrería barata como respuesta.
Dimes y diretes
El tema que ayer levantó polvadera en Mazatlán fue provocado por los señalamientos de los diputados locales sobre el Tianguis Turístico y la posibilidad de que su edición en Maza-tlán sea cancelada por motivos de seguridad.
La denuncia realizada, sobretodo por el panista Roberto “El Güero” Cruz, encendió los animos entre los hoteleros del puerto, quienes sintieron las declaraciones como una traición.
Vamos a analizar el pleito: por un lado los diputados tienen razón, mientras no se combata la inseguridad en Sinaloa cualquier evento se pone en peligro.
Pero también los hoteleros tienen razón en considerar que salir a decir semejante aseveración pone en peligro uno de los eventos más codiciados por el sector turístico.
Ampliación inminente
Es tal la importancia del Tianguis Turístico en Mazatlán, que Gobierno del Estado está dispuesto a construir una ampliación del edificio del Centro de Convenciones del puerto para contar con el espacio necesario para recibir a las empresas y gobiernos interesados en mostrar su oferta turística.
Cualquiera que haya estado en el Mazatlán International Center se habrá dado cuenta que es inmenso, sí, pero ni siquiera así tiene los espacios requeridos para albergar un evento de esta naturaleza.
El nuevo espacio albergaría exclusivamente los cientos de stands que se necesitan para los exponentes, mientras que los espacios actuales del recinto servirían para diversos eventos y sobre todo como área de negocios.
Para el público en general, este tipo de eventos es sólo espectáculo y exposiciones, pero en realidad lo más importante transcurre en pequeñas salas donde las empresas del ramo cierran negocios multimillonarios.
La ampliación costaría alrededor de 30 millones de pesos y sería cubierta por Gobierno del Estado, aunque no creemos que esto se pueda hacer realidad si no está detrás el apoyo del Gobierno Federal.
Por lo pronto se espera dar el banderazo de inicio a finales de mes, claro, con la presencia de la plana mayor de Turismo a nivel federal.
Espionaje desde el poder
La revelación del espionaje a los periodistas desde el Gobierno Federal no abona a la seguridad de los profesionales de la noticia.
También los activistas en derechos humanos y luchadores contra la corrupción se encuentran en la lista de los gobernantes.
Descubrir este tipo de actitudes desde el Gobierno Federal confirma algo que la mayoría de los mexicanos sospecha: las autoridades se comportan como un miembro más de la delincuencia organizada.
Resulta que en lugar de espiar a los delincuentes, nuestras autoridades gastan nuestros propios recursos en tratarnos como terroristas, porque resulta que el sistema utilizado para espiar a periodistas como Carmen Aristegui es un sofisticado software especializado en seguir a delincuentes peligrosos.
El caso es denigrante por donde se vea y lo peor es que en estados como Sinaloa se practica desde hace décadas.
Nuestros funcionarios deberían entender que sin activistas, periodistas o investigadores independientes no se construye una democracia sólida.