"¡A celebrar en grande!"
En los últimos días, al igual que muchos de ustedes, he tenido la oportunidad de participar en “caravanas de celebración” de cumples, showers, graduaciones, etc. Debo confesar que, al principio, estas no eran de mi total agrado, mi mosquetero me llevaba a regañadientes, pero resultó una gran oportunidad para aplicar lo aprendido y predicado: Todo tiene un lado positivo, ¡descúbrelo!
Encontré muchas cosas positivas en la “incomodidad” de la actividad, puedo enumerar algunas de ellas de forma casi instantánea y validadas con el junior: salir de la rutina, lavar el carro, con trabajo colaborativo pensar cómo vamos a decorarlo, ver a los amigos aunque sea a distancia; y especialmente, disfrutar de la cara de sorpresa, alegría y satisfacción, del celebrado.
Me queda claro, y lo he comentado varias veces, que soy de las personas que pueden organizar una fiesta gigante para alguien más, pero cuando se trata de celebrarme a mí mismo, disfruto de la intimidad para agradecer, para hacer consciencia, para soñar. También me queda claro que mucha gente no me lo cree, porque asumen que mi actividad social es intencionada cuando muchas veces es parte de mi trabajo - el cual disfruto mucho-, pero gozo la paz y armonía de mi casa como pocos.
Quizás, desde mi juicio, estoy asumiendo mis comportamientos conforme avanza el confinamiento. En lo que nuestra actividad lo permite y conscientemente la respetamos, veo surgir este tipo de celebraciones y ya hasta me encuentro participando en ellas más activamente jajaja. Todo lo que pasa con un cambio de mirada.
También he participado activamente en el diseño y organización de celebraciones institucionales y empresariales, llevándome la curiosidad propia a indagar más el para qué las personas y las empresas celebran en grande su cumpleaños.
En las personas encontré que la mayoría de los investigadores concuerdan que su origen es de antes del año 3,000 a.C., considerando que fueron los egipcios los precursores de esta tradición, con la diferencia de que el año no era como lo conocemos, iniciaba su conteo desde que un faraón era coronado. Se pueden imaginar que este tipo de celebraciones tenía un toque místico y hasta ocultista, había que desterrar también los malos espíritus para que el celebrado pudiera gozar de larga y próspera vida. Así fueron evolucionando hasta las celebraciones que hoy conocemos.
¿Y desde cuándo se celebran los aniversarios en las empresas? La mejor respuesta la encontré en un comentario de Pablo Manzuoli, director de Marketing de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica, que afirma que siempre debemos celebrar aniversarios porque: “Son condensadores de ideas- fuerza que validan la cultura de la organización y permiten transmitir un mensaje de trayectoria hacia el futuro, ayudando a consolidar la identidad”.
Noroeste celebra esta semana su aniversario 47. En plena crisis por la pandemia en la que muchas empresas han sucumbido, esta organización lanza su campaña. La respuesta en redes de tantas personas que han colaborado en este logro, valida esa fuerza intencionada que menciona Manzuoli. Hay tantas historias y personas inmersas en esta celebración, que enumerar algunas sería atrevimiento puro para desafiar la memoria y la omisión.
Grandes eventos y momentos - de los que he sido protagonista importante en muchos de ellos- provocan suspiros, nostalgia, pero más aún reminiscencia pura y llena de gratitud por grandes seres humanos con los que he coincidido y que hoy tengo la fortuna de sumar mis amigos de la vida. En ese caminar con Noroeste por más de 30 años, hay grandes aprendizajes, grandes historias, pero sobre todo un orgullo rojo por todo lo recibido.
Sí, es cierto que las empresas celebran desde un principio mercadológico, pero cuando esa celebración toca a lo más importante de la organización, que son los seres humanos que la componen, la estrategia publicitaria queda sesgada a su mínima potencia y se ensanchan los valores de la empresa y los de sus integrantes en una coincidencia que da trascendencia. Basta recordar el compromiso social de Noroeste y las grandes oportunidades de juntos transformar las conversaciones y los comportamientos.
Y en este punto me anclo en mi columna: celebrar 47 años es la maravillosa oportunidad que tiene la organización para agradecer a la comunidad interna y externa el seguir soñando juntos. ¡Felicidades, Noroeste! De parte de alguien que te vio nacer desde la ventana de su casa.
Para mis lectores, les recuerdo que el próximo domingo 13 tenemos una gran cita con la más importante investigadora del bienestar en las organizaciones de habla hispana, la doctora Marisa Salanova, a través de mi Facebook a las 11:30 tiempo de Mazatlán, 19:30 tiempo de España.