MALECÓN
18/12/2024 07:29
    Siguiendo la analogía de Miguel Calderón, este gran barco llamado Sinaloa lleva meses hundiéndose en una crisis de seguridad que, aunque los funcionarios del Estado quieran romantizar con la fortaleza y resiliencia de sus habitantes, el desgaste es demasiado, incluso, para un pueblo tan luchador.
    Una lancha de esperanza

    Aunque no nos duró demasiado la buena novedad, ya quedó al menos el el dato de que el 16 de diciembre no se registraron homicidios en Sinaloa, ni por registros periodísticos ni por las autoridades, justo cuando se cumplen 100 días de la frustrante espiral de violencia que vivimos.

    Cuán mal estamos y cuánto hemos sufrido como sociedad, que nos alegramos por algo que debería ser la regla, lo más frecuente, pero que para nuestra mala fortuna es un mero oasis.

    Una expresión que nos agradó en torno a esa jornada menos amarga, fue la del coordinador general del Consejo Estatal de Seguridad Pública, Miguel Calderón Quevedo.

    “Voy a hacer la analogía del Titanic, cuando se hunde el Titanic pues los sobrevivientes se agarraban de cualquier motivo de esperanza, igual estamos en Sinaloa. Este hecho extraordinario positivamente, sin duda que nos alienta”, dijo.

    Siguiendo la analogía de Miguel Calderón, este gran barco llamado Sinaloa lleva meses hundiéndose en una crisis de seguridad que, aunque los funcionarios del Estado quieran romantizar con la fortaleza y resiliencia de sus habitantes, el desgaste es demasiado, incluso, para un pueblo tan luchador.

    Yendo a lo cinematográfico, la referencia hecha por el coordinador es tan buena, como que el Gobernador de Sinaloa, al igual que el capitán de aquel majestuoso barco, minimizó sin ningún rigor el inmenso problema que le representa este iceberg llamado pugna del Cártel de Sinaloa.

    Sólo hay que recordar que no fue sino hasta el tercer día de enfrentamientos, asesinatos y bloqueos carreteros, que el Mandatario se atrevió a subir un video y admitir que la violencia se extendería “unos días”, y bueno, ya son 100.

    Evidentemente, esperamos, creemos y confiamos que el futuro de Sinaloa será mucho más reluciente que el de aquel coqueto joven que abordó a última hora el Titanic, o por lo menos el de la película.

    La pista y el gesto de hielo

    En medio de una crisis de inseguridad el Gobierno de Sinaloa decidió destinar recursos para la instalación de una pista de hielo que costó 3.7 millones de pesos, que bien pudieron destinarse a la atención de víctimas por la propia crisis.

    Y es que el año pasado la Comisión de Víctimas del Gobierno de Sinaloa cerró el año con un déficit millonario, pues al no ser una dependencia respetada por los funcionarios estatales o diputados locales no le dieron la altura y le asignaron recursos con los que difícilmente pudo operar.

    Y ahora, a tres meses de que arrancó una contingencia en materia de seguridad que ha trastocado los ámbitos académicos, económicos y de bienestar social, el trabajo de la Comisión de Víctimas es opaco pues no le conocemos ni siquiera la cara a quién está al frente de esta dependencia.

    En este marco el Gobierno de Sinaloa se atreve a imponer una licitación de una pista de hielo para que la ciudadanía se distraíga un rato, según el argumento oficial, pero la cosa es que bien se pudieron emplear estos recursos en trabajar el tema de la atención a las víctimas.

    No hay figura más burda que el pan y circo, pero de verdad que eso parece ser lo que intenta el Gobierno estatal.

    Mira que hasta sorprende el hecho de que el Gobierno de Culiacán fue más prudente y sacrificó eventos importantes por la emergencia de seguridad, como la celebración del aniversario de la ciudad y la Feria de Libro, para usar estos recursos a beneficio de las personas más afectadas por la crisis de seguridad.

    En este caso al Gobernador le viene un año difícil con deudas por pagar, programas que prometió con nuestros recursos por atender, y una crisis de seguridad con operativos que deben ser financiados.

    Y no, casi 4 millones no van a cambiar sustancialmente muchas cosas, pero sin duda le servirían bastante a miles de familia afectadas de una u otra manera por esta crisis.

    De a peso el kilo
    de naranja

    Por ahí nos enteramos que el antes inexistente partido Movimiento Ciudadano, ahora se convirtió el más peleado después de que el prianismo acabara en el subsuelo en la jornada electoral en el mes de junio.

    Traído a la vida por un priista y su mano derecha, Sergio Torres y Elizabeth Montoya, el movimiento naranja pretende agarrar fuerza ahora con un nuevo líder o lideresa.

    Viendo el éxito no obtenido, y que lo dejaron solo (hay que decirlo), nos contó un pajarito que dice Pío, que el empresario y ex candidato a Diputado federal, Sergio Esquer Peiro, anda tocando las puertas que parecen correctas para dirigir Movimiento Ciudadano en Sinaloa, lo que no sabemos es si era un madruguete a su tocayo, y a la ex candidata al Senado, Fernanda Rivera, quien también anda tocando otras puertas aprovechando lo que hizo durante la campaña como abanderada naranja, y dicho sea de paso, les aseguró las curules a Sergio Torres y Ely Montoya.

    Veremos de a cuánto se ponen los naranjazos por esa dirigencia, porque da mucho frío vivir fuera del presupuesto, y tampoco se trata de andar tirando el dinero con partidos que ni revueltos levantan el evento, junta más gente un atropellado.

    Ni el PRI se atrevió a tanto

    De plano uno no sabe dónde tiene la cabeza la gente de la 4T. El sur de Sinaloa es una de las zonas más afectadas por el desplazamiento forzado por la violencia, y cuál es la respuesta: juguetes para los niños o al menos esa fue la solución de la Alcaldesa de Mazatlán, Estrella Palacios Domínguez, ante una manifestación que atendió forzada por las circunstancias.

    La Presidenta Municipal, o su equipo que la asesora, decidió que era buena idea regalarle juguetes a los niños de familias desplazadas, pensando tal vez que los infantes podrán vivir en los juguetes, porque en realidad lo que necesitan esas personas es una vivienda.

    Las autoridades no han conseguido que puedan regresar a sus comunidades de forma segura, y tampoco les dan garantía de una vida digna en un municipio que no es su hogar.

    Las familias dejaron sus hogares y pertenencias a causa de la violencia, por la seguridad que tampoco les brindó el Estado, y ahora en un gesto cuestionable por su desapego a la realidad recibieron esta dádiva disfrazada de “buena voluntad”.

    Ojo ahí, Alcaldesa.

    Una lancha de esperanza

    Aunque no nos duró demasiado la buena novedad, ya quedó al menos el el dato de que el 16 de diciembre no se registraron homicidios en Sinaloa, ni por registros periodísticos ni por las autoridades, justo cuando se cumplen 100 días de la frustrante espiral de violencia que vivimos.

    Cuán mal estamos y cuánto hemos sufrido como sociedad, que nos alegramos por algo que debería ser la regla, lo más frecuente, pero que para nuestra mala fortuna es un mero oasis.

    Una expresión que nos agradó en torno a esa jornada menos amarga, fue la del coordinador general del Consejo Estatal de Seguridad Pública, Miguel Calderón Quevedo.

    “Voy a hacer la analogía del Titanic, cuando se hunde el Titanic pues los sobrevivientes se agarraban de cualquier motivo de esperanza, igual estamos en Sinaloa. Este hecho extraordinario positivamente, sin duda que nos alienta”, dijo.

    Siguiendo la analogía de Miguel Calderón, este gran barco llamado Sinaloa lleva meses hundiéndose en una crisis de seguridad que, aunque los funcionarios del Estado quieran romantizar con la fortaleza y resiliencia de sus habitantes, el desgaste es demasiado, incluso, para un pueblo tan luchador.

    Yendo a lo cinematográfico, la referencia hecha por el coordinador es tan buena, como que el Gobernador de Sinaloa, al igual que el capitán de aquel majestuoso barco, minimizó sin ningún rigor el inmenso problema que le representa este iceberg llamado pugna del Cártel de Sinaloa.

    Sólo hay que recordar que no fue sino hasta el tercer día de enfrentamientos, asesinatos y bloqueos carreteros, que el Mandatario se atrevió a subir un video y admitir que la violencia se extendería “unos días”, y bueno, ya son 100.

    Evidentemente, esperamos, creemos y confiamos que el futuro de Sinaloa será mucho más reluciente que el de aquel coqueto joven que abordó a última hora el Titanic, o por lo menos el de la película.

    La pista y el gesto de hielo

    En medio de una crisis de inseguridad el Gobierno de Sinaloa decidió destinar recursos para la instalación de una pista de hielo que costó 3.7 millones de pesos, que bien pudieron destinarse a la atención de víctimas por la propia crisis.

    Y es que el año pasado la Comisión de Víctimas del Gobierno de Sinaloa cerró el año con un déficit millonario, pues al no ser una dependencia respetada por los funcionarios estatales o diputados locales no le dieron la altura y le asignaron recursos con los que difícilmente pudo operar.

    Y ahora, a tres meses de que arrancó una contingencia en materia de seguridad que ha trastocado los ámbitos académicos, económicos y de bienestar social, el trabajo de la Comisión de Víctimas es opaco pues no le conocemos ni siquiera la cara a quién está al frente de esta dependencia.

    En este marco el Gobierno de Sinaloa se atreve a imponer una licitación de una pista de hielo para que la ciudadanía se distraíga un rato, según el argumento oficial, pero la cosa es que bien se pudieron emplear estos recursos en trabajar el tema de la atención a las víctimas.

    No hay figura más burda que el pan y circo, pero de verdad que eso parece ser lo que intenta el Gobierno estatal.

    Mira que hasta sorprende el hecho de que el Gobierno de Culiacán fue más prudente y sacrificó eventos importantes por la emergencia de seguridad, como la celebración del aniversario de la ciudad y la Feria de Libro, para usar estos recursos a beneficio de las personas más afectadas por la crisis de seguridad.

    En este caso al Gobernador le viene un año difícil con deudas por pagar, programas que prometió con nuestros recursos por atender, y una crisis de seguridad con operativos que deben ser financiados.

    Y no, casi 4 millones no van a cambiar sustancialmente muchas cosas, pero sin duda le servirían bastante a miles de familia afectadas de una u otra manera por esta crisis.

    De a peso el kilo
    de naranja

    Por ahí nos enteramos que el antes inexistente partido Movimiento Ciudadano, ahora se convirtió el más peleado después de que el prianismo acabara en el subsuelo en la jornada electoral en el mes de junio.

    Traído a la vida por un priista y su mano derecha, Sergio Torres y Elizabeth Montoya, el movimiento naranja pretende agarrar fuerza ahora con un nuevo líder o lideresa.

    Viendo el éxito no obtenido, y que lo dejaron solo (hay que decirlo), nos contó un pajarito que dice Pío, que el empresario y ex candidato a Diputado federal, Sergio Esquer Peiro, anda tocando las puertas que parecen correctas para dirigir Movimiento Ciudadano en Sinaloa, lo que no sabemos es si era un madruguete a su tocayo, y a la ex candidata al Senado, Fernanda Rivera, quien también anda tocando otras puertas aprovechando lo que hizo durante la campaña como abanderada naranja, y dicho sea de paso, les aseguró las curules a Sergio Torres y Ely Montoya.

    Veremos de a cuánto se ponen los naranjazos por esa dirigencia, porque da mucho frío vivir fuera del presupuesto, y tampoco se trata de andar tirando el dinero con partidos que ni revueltos levantan el evento, junta más gente un atropellado.

    Ni el PRI se atrevió a tanto

    De plano uno no sabe dónde tiene la cabeza la gente de la 4T. El sur de Sinaloa es una de las zonas más afectadas por el desplazamiento forzado por la violencia, y cuál es la respuesta: juguetes para los niños o al menos esa fue la solución de la Alcaldesa de Mazatlán, Estrella Palacios Domínguez, ante una manifestación que atendió forzada por las circunstancias.

    La Presidenta Municipal, o su equipo que la asesora, decidió que era buena idea regalarle juguetes a los niños de familias desplazadas, pensando tal vez que los infantes podrán vivir en los juguetes, porque en realidad lo que necesitan esas personas es una vivienda.

    Las autoridades no han conseguido que puedan regresar a sus comunidades de forma segura, y tampoco les dan garantía de una vida digna en un municipio que no es su hogar.

    Las familias dejaron sus hogares y pertenencias a causa de la violencia, por la seguridad que tampoco les brindó el Estado, y ahora en un gesto cuestionable por su desapego a la realidad recibieron esta dádiva disfrazada de “buena voluntad”.

    Ojo ahí, Alcaldesa.