Con la visita de Gibrán Ramírez Reyes a Sinaloa se abre la ventana para que en la entidad se cree una estructura sólida para Morena, algo que el partido nunca ha tenido en estas tierras.
Ramírez Reyes fue el más joven de los aspirantes a dirigir Morena, a nivel nacional, y visitó Sinaloa para reunirse con la militancia, reuniendo al músculo joven de Morena en Sinaloa.
El relevo generacional se deja venir, pero para hablar con sinceridad, en Sinaloa los cuadros propios del partido son pura gente joven.
Tras bambalinas hay talento que falta por asomarse, que en estos momentos están en puestos claves, pero al final de cuentas no es su voz o persona la que brilla, sino a quien están acompañando del partido, como parte de su trabajo, eventualmente saldrán a flote y esperemos que para entonces ya exista la siempre prometida estructura
“las prioridades” de la 4T
Ahora que retomamos los temas de los hospitales que serán inaugurados en octubre resurgieron las notas con los montos invertidos para construirlos.
Para que se dé una idea, la consulta popular para “enjuiciar a ex presidentes”, que no sirvió para nada costó más de 500 millones de pesos, 20 millones de pesos más de lo que se invirtió en 2018 para la construcción del nuevo Hospital Pediátrico de Sinaloa, un moderno edificio de cuatro pisos que incluye un área para atender niños quemados, y que dará un servicio regional en el noroeste del país.
O por ejemplo, la consulta costó al menos 100 millones de pesos menos que el nuevo Hospital General de Culiacán, otro gran y moderno edificio que atenderá a más pacientes que las antiguas instalaciones.
¿Cuántos centros de salud como el de Culiacán pudieron haberse construido con 500 millones de pesos, si éste costó 120 millones de pesos? Al menos cuatro, si la calculadora no se equivoca.
De ese tamaño fue el gasto del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador desperdiciado en papeletas que se quedaron y cuyo efecto vinculatorio en la ley era nulo, desde el principio, y por ello la Suprema Corte de Justicia tuvo que intervenir para cambiar la pregunta.
No sabemos si a Manuel Guillermo Chapman Moreno le está entrando la nostalgia de que ya tiene que dejar su cargo como Alcalde de Ahome o de plano no quiere irse sin reclamar a los que siente que no lo dejaron convertirse en el gran alcalde que soñó algún día.
El Presidente Municipal, cómo a él le gusta llamarse, se lanzó contra quienes, según él, le “hicieron la guerra” durante su administración, o sea los medios de comunicación y los ‘politiquillos’.
“Casi absolutamente todo lo que se ha dicho de su Presidente Municipal, en los principales medios de comunicación de Sinaloa, casi todo, es mentira”, dijo.
Suponemos que si todo lo que se ha publicado es mentira, quiere decir que su la larga lista de acusaciones, críticas y denuncias hechas en su contra son falsas.
El único consejo que le podemos enviar al Alcalde de Ahome es que mire a su alrededor y que si todo mundo dice que su trabajo pudo haber sido mucho mejor, algo le sabrá la gente.
Además, el polémico alcalde aseguró que durante las visitas del Gobernador lo ninguneaban los medios, algo que sonó muy acomplejado.
Posiblemente, el Alcalde aplique la del ex Presidente Vicente Fox, que alguna vez dijo, al final de su mandato, palabras más palabras menos, que podía decir cualquier tontera, al cabo que ya se iba.
El que parece que no tiene límites es el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez, pero para dejar en claro que es uno con el micrófono y otro en la vida real.
Resulta que mientras se la pasa hablando de su amor por el pueblo y mientras defiende a capa y espada a la Cuarta Transformación, donde la humildad y la austeridad son la base de un Gobierno, las actitudes de “El Químico” corren por otras veredas.
A la usanza de los antiguos monarcas, al Alcalde de Mazatlán sus asistentes le sostiene el paraguas en los eventos públicos y hasta le retiran el cubrebocas antes de pronunciar un discurso.
El fin de semana, el alcalde asistió a una visita de inspección de la Avenida Gaviotas, en Zona Dorada, para revisar físicamente los avances de la obra de remodelación que pretende entregarse a finales de año.
Mientras caminaba con las manos libres, una de sus asistentes caminaba junto a él, cubriéndolo de la llovizna de la mañana con un paraguas.
Unos minutos después, llegó el Gobernador, Quirino Ordaz Coppel, también con un paraguas, pero cargándolo él mismo.
Más tarde, Benítez Torres fue a la inauguración de la pavimentación de la Avenida Circunvalación, junto al Estero del Infiernillo, y antes de dar su discurso frente al micrófono, llamó la atención que una de sus asistentes se acercó personalmente a retirarle el cubrebocas, una acción contraria a las recomendaciones sanitarias contra el Covid-19.
En este último evento al Químico también le cargaron el paraguas, pero ahora por el sol.
Mitofsky ha vuelto a publicar los resultados de sus encuestas, donde evalúa la percepción de la ciudadanía en los estados de la República, para conocer las preferencias de la ciudadanía sobre los gobernadores.
El asunto es que Quirino Ordaz Coppel ha vuelto a aparecer como el segundo gobernador mejor calificado de México.
Que aparezca en esos niveles de calificación no sorprende, lo ha hecho prácticamente desde que se sentó en la silla, lo que sobresale es que otra vez le gana en las preferencias el Gobernador de Yucatán.
Mauricio Vila se ha convertido en el único Gobernador que puede presumir que sale por arriba de la calificación del sinaloense.
Lo que hay que reconocerle a Ordaz Coppel es que ha conseguido mantener el visto bueno de la ciudadanía desde que inició su administración, esperemos que se mantenga en la misma disposición hasta que finalice su mandato.
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