De ahora en adelante ya no hablaremos más del “romance” entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, sino del romance entre tres: el Presidente, Ordaz Coppel y el Gobernador electo, Rubén Rocha Moya, quien se ha sumado a los quereres del tabasqueño.
El simple hecho de que Rocha Moya se haya sumado a la visita presidencial cambió las cosas, ya que automáticamente se convirtió en uno más del grupo.
La primera lección del Gobernador electo fue advertir la importancia que tiene subirse a una camioneta durante casi tres horas con el Presidente, simplemente para darse cuenta que ahí es donde se gestionan las obras, donde se consiguen los apoyos y donde se arregla cualquier bronca con el Gobierno federal.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, siempre generoso con Sinaloa, aterrizó desde el jueves por la tarde en Sinaloa y el viernes por la mañana ya iba por tierra rumbo a Badiraguato.
Antes, en estos traslados, el Mandatario siempre iba acompañado del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, pero en esta ocasión se sumó el Gobernador electo, Rubén Rocha Moya.
La comitiva se trasladó a Badiraguato, desde donde se construye la carretera que unirá a Sinaloa con Durango.
Ahí, el Presidente pudo constatar los avances de la carretera de Badiraguato a Guadalupe y Calvo, municipio de Chihuahua.
La carretera se construye en lo alto de la sierra y comprende 50 kilómetros, 17.3 kilómetros que construyó el Gobierno de Sinaloa y el resto lo construye la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Aquí en Badiraguato, los mandatarios se subieron a un helicóptero, porque parte de la supervisión del Presidente comprendía un sobrevuelo de Tamazula a Canelas, en Durango, donde el Gobierno federal construye otra carretera que terminará beneficiando a Sinaloa.
Un día después, los tres mandatarios se trasladaron a San Ignacio, desde donde volaron a Tayoltita, Durango, donde se construye otra carretera que salvará una de las zonas serranas más agrestes de Sinaloa.
Ahí el Presidente pudo supervisar por aire una carretera mucho más ambiciosa, es de 103 kilómetros y se está construyendo en una zona tan compleja, que la mayor parte será terracería, debido a los altos costos que demanda.
De esos 103 kilómetros, solo 15 kilómetros son de asfalto, construidos en una primera etapa por el Gobierno de Sinaloa y el resto lo retomó el Gobierno federal.
Aquí lo importante de esta carretera es que permitirá que Sinaloa se conecte con Durango a través de Tayoltita a San Ignacio, sumándose a las otras dos vías, la de Tamazula a Culiacán y la tradicional de Durango a Mazatlán.
Quizá lo más importante que hay que destacar de estas obras es que si las hubiera construido solo el Gobierno del Estado hubieran tardado décadas en estar listas, pero con la ayuda del Gobierno federal podrían estar en operaciones a finales del 2022.
Las dos carreteras las inició Quirino Ordaz Coppel poco después de iniciar su administración y le tocará a Rubén Rocha Moya llevarlas a su culminación.
Sin duda esta visita fue de gran provecho para Rocha Moya, quien tuvo la oportunidad de subirse a la dinámica presidencial y ver cómo opera el Presidente desde una camioneta y con teléfono en mano.
Ojalá también haya aprovechado la lección de cómo vender una obra al Gobierno federal, porque el logro de Ordaz Coppel fue haber iniciado unas carreteras y haber convencido al Presidente de que le entrara y las hiciera suya.
Cuentan que en los discursos que pronunciaron en San Ignacio, los mandatarios se regalaron cebollazos al por mayor, y que los abrazos estuvieron al tres por uno.
Hoy por la mañana, alrededor de las 10:00 horas, se dará en Palacio de Gobierno un encuentro con características muy especiales.
Resulta que dos gobernadores se reunirán para recibir y escuchar a las madres de las jóvenes asesinadas en el municipio de Sanalona, el pasado 27 de enero.
El encuentro del Gobernador, Quirino Ordaz Coppel, y el Gobernador electo, Rubén Rocha Moya, con las madres de Ana Carolina y Andrea obedece a una promesa realizada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador a las familiares de las víctimas de un tiroteo desatado por presuntos policías estatales.
La promesa se realizó en Tamazula, donde el Presidente fue abordado por los familiares de las jóvenes asesinadas en circunstancias todavía poco claras, y donde le exigieron justicia.
Los gobernadores recibirán a los familiares de las jóvenes y les mostrarán los avances de la investigación que lleva la Fiscalía.
A pesar de que ayer domingo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no podía hablar de la Consulta Popular para enjuiciar a los ex presidentes, los días previos bien que anduvo promocionándola, hasta le echó un tirito al INE, acusándolo de no promover la consulta.
El caso es que la mentada consulta, aunque se llevó a cabo de una manera pacífica, fue muy desairada, lo que devino en memes y en más críticas de la oposición.
Claro que todo mundo quiere justicia, pero el señor Presidente tiene que entender que para hacer justicia no se necesita la consulta.
Los ex presidentes pueden ser sujetos de juicio, sin necesidad de tantos dimes y diretes, si López Obrador tiene pruebas contra alguno, pues adelante, la consulta no es la Santa Inquisición, ¿o sí?
El que visitará Sinaloa mañana martes será el director nacional del IMSS, Zoé Robledo.
El funcionario estará en Sinaloa para estudiar la posibilidad de que el IMSS se haga cargo de algunos de los hospitales nuevos que se han construido en el estado y que al Gobierno estatal le gustaría entregarlos a la federación.
El asunto parece de ganar, ganar, porque si el IMSS agarra alguno o varios de los hospitales crecería en instalaciones e infraestructura, y al mismo tiempo el Gobierno de Sinaloa se quitaría una carga económica muy fuerte.