De turistear, nada
Mazatlán está volátil, eso todos lo sabemos. La ciudad es funcional, no está la situación de inseguridad igual de complicada que Culiacán o Elota, pero el hecho es que en el puerto de todos modos cualquier detalle impacta más, quizá por la vocación turística.
Y precisamente en el turismo, aunque no se ve vacía la ciudad, sí se percibe mucho menos flujo de turistas que los meses antes de septiembre, las noches se sienten más escasas de paseantes, incluso en tráfico se nota, y la semillita del temor está ahí presente, como si la gente intuyera que aún nos podrían faltar por venir cuestiones más fuertes en inseguridad.
Y quizá por la misma vocación turística, la Alcaldesa Estrella Palacios se sintió optimista el fin de semana y, feliz de la vida, posteó en sus redes sociales una foto de ella con su esposo en una embarcación en el mar mazatleco.
Lo que tal vez ni ella ni su equipo esperaban es la crucifixión a la que la sometieron de inmediato en redes sociales, con comentarios cuestionando que mientras ella turisteaba, en Mazatlán estaba vigente la violencia.
Comentarios negativos que, por cierto, iban siendo borrados de la publicación en cuanto iban apareciendo, dejando sólo los positivos y las felicitaciones. Hasta que ayer optaron por mejor borrar de plano la publicación.
Y es que se entiende que la autoridad insista en querer dar una imagen de “aquí no pasa nada” y “andamos bien tranquilos y felices”, pero la realidad siempre termina por imponerse y el mazatleco común no se siente tranquilo respecto a la seguridad.
Ciertamente la Alcaldesa tiene todo el derecho a pasear con su familia en fin de semana y sus horas libres, pero pues ahorita lo que más cuenta es la sensibilidad hacia la situación que vive no nada más el municipio, sino todo el estado. Definitivamente, el horno no está para bollos, ni Mazatlán para el turistear de las autoridades.
Que ni busque escondite
Algo en lo que hemos insistido mucho recientemente es en resaltar la gran habilidad del Secretario de Seguridad Pública del Estado, Óscar Rentería Schazarino, para apegarse a las reglas del tradicional juego de “las escondidas”.
No lo decimos por ser gachos, sino porque desde que aterrizó en territorio sinaloense, hemos visto más veces al Secretario de Seguridad Pública de Culiacán, Sergio Antonio Leyva López, que a él, y eso no es precisamente un elogio para alguno de los dos.
La opacidad del Secretario alcanza tal nivel, que hemos tenido que cuestionarnos si realmente llegó un nuevo General al Gabinete estatal y no se trató de un efecto Mandela, y que en realidad Gerardo Mérida Sánchez sigue despachando en el Complejo de Seguridad en Aguaruto.
Es más, el hermetismo de Óscar Rentería llega al extremo de que nuestros reporteros han visto más veces al propio Gerardo Mérida que al nuevo mando de seguridad de Sinaloa, y eso que tiene casi tres semanas sin chamba en el estado.
Pero bueno, todo esto iba encaminado a que, al menos en teoría, está programada la primera aparición pública de Rentería Schazarino como funcionario estatal, o así lo dejó ver la Diputada María Teresa Guerra Ochoa, presidenta de la Junta de Coordinación Política.
Nuestra querida Tere Guerra dejó asentado que como parte de la glosa del Tercer Informe de Labores del Gobierno del Estado, deben ser las y los secretarios quienes acudan a rendir cuentas, por lo que esperamos ver al señor Schazarino el 22 de enero a las 11:00 horas en el Palacio Legislativo.
Claro, todo eso si no se le ocurre mandar a otra vocera, al Subsecretario de Seguridad, o a un maniquí que tenga una foto de su rostro pegada en la cabeza, como Homero Simpson cuando no quiere trabajar.
Por supuesto que está la posibilidad de que el Secretario simple y sencillamente desaire el llamado del Congreso, y como cuenta con el respaldo de Batman, pues no pase nada más que una entrega simbólica y secreta del documento con los resultados.
Rocha, el precio de la crisis
Tras ocupar los primeros lugares, el Gobernador Rubén Rocha Moya apareció en el último lugar del ranking de aprobación de gobernadores y gobernadoras de México, de acuerdo con una encuesta de Demoscopia Digital.
Esta encuesta señala que al cierre de 2024 el Gobernador de Sinaloa tuvo apenas el 23.8 por ciento de aprobación ciudadana.
Y aunque encuestas van y vienen, hace sentido pensar que los cuatro meses continuos de violencia le han hecho mella, y fuerte, a la popularidad del Gobernador, pues caer hasta ese puesto es alarmante, y es que la crisis de seguridad que se han asentado en la cotidianidad de la ciudadanía, nos cobra factura a diario.
La ola de violencia por la guerra entre los Guzmán y los Zambada ha alcanzado la rama económica y educativa, la turística y hasta el presupuesto que se ha encaminado a atender la situación de seguridad y aligerar el golpe para estas ramas.
Aún con todo este problema de proporciones históricas, buena parte de lo que llevó al Gobernador a este último lugar no es en sí su manejo de la crisis de seguridad, sino sus reiteradas y desafortunadas declaraciones de minimizar y hasta culpar a todos los factores externos en lugar de responsabilizarse.
Además de los inadecuados comentarios realizados por el propio Feliciano Castro Meléndrez, Secretario General de Gobierno, o el ex Secretario de Seguridad Pública Gerardo Mérida Sánchez, que seguramente es a lo que le saca Óscar Rentería Schazarino el nuevo Secretario de Seguridad de Sinaloa que no se ha presentado ante medios de comunicación desde que fue nombrado a mediados de de diciembre.
Que sea un llamado a la acción, la prudencia y la sensibilidad esta pésima imagen del Gobierno de Sinaloa ante la sociedad civil, pues en los últimos años no se había visto una caída tan baja de aprobación en un Mandatario estatal y eso no es bueno para nadie.
Malecón es columna institucional de esta casa editorial
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