Así como leyó, Robespierre Lizárraga sigue aferrado a la silla de despacho de Rectoría de la UAS, ya que esquivó por quinta ocasión la audiencia para revisar y probablemente modificar las medidas cautelares en su proceso penal por abuso de autoridad.
De las cinco veces que se ha evadido de esta audiencia, la de ayer fue la que sintieron más cerca de realizarse y perder el control de la Universidad, tanto así que otra vez mostraron el cobre adentro de una sede judicial, dando cátedra de cómo no comportarse en un recinto así.
No sorprende que pierdan las casillas a la mínima que les impiden hacer y deshacer a su antojo, vea a Yamir Valdés, abogado general de la UAS. Tanto verbo frente a cámaras, pero no es capaz de acatar una orden de un Juez, que le pidió hasta cinco veces que se dejara de marrullerías por el bien del proceso.
O los propios Robespierre, Milton, Madueña y cía, que se aterraron al ver que fue en serio el Juez Carlos Alberto Herrera con llamar a abogados públicos para impedir que postergaran otra audiencia.
Pocas imágenes tan dantescas se han visto en salas judiciales como ayer, cuando al menos 10 miembros de la pandilla que maneja a la UAS rodearon a una defensora pública para interrogarla, y preguntaron tarugadas como dónde estudió la carrera, como si eso tuviera que ver con las mañosadas que hacen con la UAS.
Así como leyó, más de una decena de “universitarios” practicaron un interrogatorio en la sala. Ah, pero que no quieran interrogar a una funcionaria implicada en una investigación, porque van y bloquean la Fiscalía los señores.
Por mucha labia que muestren en su radiodifusora malversada y todos los boletines que arrojen, queda claro el tipo de personas que son y las corrientadas que son capaces de hacer con tal de mantener el estatus quo en favor de cierto químico en la UAS. Pero la justicia siempre llega, señores.
Durante la pasada sesión del Consejo Estatal de Seguridad Pública, la Coordinación General que encabeza Miguel Ángel Calderón pidió al Gobernador Rubén Rocha Moya que se refuerce a la Policía Estatal Preventiva y que se atienda la desaparición forzada.
En el mismo llamado, Calderón Quevedo recalcó que aunque existen delitos que han disminuido en el estado se deben atender importantes desafíos en materia de seguridad.
Desde el CESP se ha insistido, con una herramienta de análisis y seguimiento de metas, que el Gobierno estatal ponga atención en donde se debe.
Cosa muy diferente a que salga el otro señorón insípido de la Secretaría de Seguridad Pública estatal a tirar indirectas sin saber bien cómo está el rollo, muchísimo menos conocer de qué lado masca la iguana.
“Por ello, a usted señor Gobernador le solicitamos siga aumentando los sueldos y las prestaciones de la Policía estatal, así como el número de elementos al menos al doble de lo que hoy tenemos”, planteó Calderón.
Luego le dieron un llegue al tema que a todos los morenistas del país les duele: las desapariciones.
“Los innegables avances de los panteones forenses y el compromiso público que usted como Gobernador ha asumido con las madres buscadoras deberían complementarse este 2024 con la formalización de un plan de búsqueda y la instalación del Consejo Ciudadano de la Comisión de Búsqueda, que son obligaciones que contempla la ley y que están aún pendientes”, expuso.
Para ello se sugirió que se dote de capacidades mínimas indispensables a la Fiscalía General del Estado, porque actualmente los agentes del Ministerio Público enfrentan una alta carga de trabajo que les complica avanzar en el rezago de carpetas de investigación.
Cosas que a la raza encargada de Seguridad Pública en Sinaloa se los decimos casi a diario desde aquí, pero no les gusta pelar porque piensan que son críticas vacías.
Ojalá que se ponga al tirante y empiecen a hacer algo para corregir por lo menos estos dos rubros.
Sin percances mayores, por fortuna, concluyó una edición más del Carnaval de Mazatlán 2024.
Un Carnaval cada vez más masivo y tal vez menos de los mazatlecos, aunque quizá sea solo una percepción de los propios porteños, pero lo que es innegable es la ingente cantidad de turismo que este evento acarrea.
Numerosos percances viales, eso sí, y muchas aglomeraciones, sobre todo en Olas Altas, es lo que más prevaleció, amén del excesivo consumo de bebidas alcohólicas, lo cual era notorio desde temprana hora por toda la zona turística.
En fin, ya se sabe que es Carnaval, y su sello es el desenfreno, pero no estaría de más empezar a imponer protocolos de seguridad más estrictos, todo en aras de la prevención.
Así es, Mazatlán vivió seis días de fiesta, los mismos días en los que los choferes del transporte público de alquiler y de las plataformas privadas abusaron con las tarifas y nadie les puso freno.
Los taxistas, sobre todo lo de los ecotaxis verdes, andan sonriendo pues hicieron un carnaval de abuso de tarifas e incluso se dieron el lujo de escoger hacia qué zonas prestaban el servicio. Todo querían dejadas cercas, dejadas de 300 pesos de la zona de Carnaval a la López Mateos, de 430 a la zona de la Rafael Buelna, de 600 a Cerritos.
Pero los vecinos de la Juárez, Conchi, Jabalíes, Urías y El Venadillo, por mencionar algunas zonas, tuvieron que aguantar el desprecio de los choferes, pues a menos de que fueran de cuatro o más, y el precio era de 220 por persona.
Y mientras el carnaval de los abusos estaba a la orden del día, los inspectores de Vialidad y Transporte brillaron por su ausencia.
Veremos qué explicación darán las autoridades este miércoles a las 11:00 horas en la rueda de prensa para dar a conocer los resultados del operativo de seguridad, en la Sala de Cabildo mazatleco.
Pues fue ayer el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador quien confirmó otra visita a Sinaloa, específicamente a Mazatlán, para este próximo sábado 24 de febrero.
De hecho anunció que será en el puerto la conmemoración del Día de la Bandera que él encabezará.
También hará recorrido de supervisión a la zona del acueducto de la Presa Picachos.
Lo que habrá que ver es si el grupo político de la UAS cumple su amenaza de protestar en la próxima visita del Presidente, pues como es en sábado... quién sabe.