El Senador Mario Zamora cosechó lo que sembró: la indignación de los sinaloenses, en una de las actuaciones más patéticas y ridículas que se recuerden en la Cámara Alta del Congreso de la Unión.

En un alarde de independencia y congruencia con sus representados, Zamora prometió que votaría en contra de la permanencia de los militares en las calles, pero finalmente se dobló y terminó siguiendo los dictados de la mayoría morenista.

Es cierto, había dejado una rendija para poder desdecirse, cuando aseguró que podría cambiar de opinión si se hacían cambios a la propuesta morenista, emanada del mismísimo Presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Pero nadie le creyó, Zamora nos tiene acostumbrados a decir una cosa y hacer otra, y los sinaloenses hace mucho que aprendieron a leer a sus políticos, así que le cobraron en las redes lo que no pueden decirle en la cara.

Lo menos que hicieron fue “disfrazarlo” de payaso, acusarlo de mentiroso y burlarse de sus falsas promesas.

Y lo peor es que algunos de sus compañeros priistas sí aguantaron la arremetida morenista y votaron en contra, mientras él entregaba su voto de manera dócil y sin atreverse a levantar la voz.

Ahora anda diciendo que no lo “doblaron”, mejor haría en quedarse callado. Hace tiempo que debería haber aprendido que en boca cerrada no entran moscas.

La verdad es que no se trata de estar a favor o en contra de que los militares ayuden en tareas de seguridad, lo triste es que este País no tenga otra opción.

Desde la llegada de la 4T al poder, la Federación desmanteló las corporaciones policiacas municipales y estatales al negarles presupuesto, dejando a los militares como la primera y la última trinchera en contra de la delincuencia organizada, dueña de enormes cantidades del territorio mexicano.

Con la promesa de que sería la Guardia Nacional la que se encargaría de enfrentar el fenómeno de la violencia, las policías fueron reducidas a la miseria, pero en el tramo final del sexenio ya no hay policías y a la Guardia Nacional no se le ve por ningún lado.

En resumen, los militares ahora se encargan de los negocios del Gobierno federal, controlan aduanas y puertos, y además a la Guardia Nacional, así que dejarlos en las calles es solo confirmar que son los dueños de la vida institucional del País.

Roguemos porque un día no se den cuenta que ya son dueños del País y decidan tomarlo para ellos.

Luis Guillermo Benítez Torres, Alcalde de Mazatlán, está viviendo horas complicadas al frente de la Comuna mazatleca, y de a poco va perdiendo adeptos dentro de Morena, si no es, que ya los ha perdido todos, y él lo sabe, es por eso ya duda si irá o no a Madrid..

El Edil ha salido en varias ocasiones fuera del País, desde Europa hasta Estados Unidos, y a varias ciudades de México, dizque a promocionar Mazatlán en materia turística, siempre las críticas por ello se le habían resbalado, al punto que en pleno huracán en Mazatlán, andaba de la mano en Texas con una mujer caminando por los malls de la ciudad norteamericana.

Ahora que ya se formalizó si viaje a España, ese “Químico” de hace años, sin lugar a dudas ya hubiera tenido sus maletas listas para irse a Madrid, digo, puede que se vaya, pero que de momento no lo haya asegurado, es claro que lo hace para mermar la crítica que en este momento hay en su contra y su administración.

El pasado viernes se le entregó a los diputados la revisión del tema de las luminarias, y sabe a la perfección que no es lo mejor estar fuera del País, cuando pudieran venir denuncias contra él y sus allegados que fraguaron esta compra que ya fue cancelada, pero se desconoce aún las consecuencias de ello.

Benítez Torres sabe que su imagen está desgastada, golpeada por los mismos ataques que ha recibido desde el Congreso del Estado, así como del Ejecutivo estatal, y que si bien no se ha revelado como Estrada Ferreiro, al que por menos el Legislativo se echó al plato, sabe a la perfección que no cuenta con el apoyo de este ente.

¿Qué pasará con “El Químico”? Pues no sabemos, lo que sí sabemos es que hay razones de sobra para que termine peor que Jesús Estrada Ferreiro, pero el Edil mazatleco ha torcido su brazo totalmente frente al Gobernador, tal vez eso es lo único que lo ha salvado, veremos si es suficiente, pero cuando vimos en la semanera que Rocha le dio la espalda, pues ya nada es seguro, de momento, a ver si se va o no a España ¿ustedes qué piensan, lo hará o no?

Aunque todavía falta mucho para el 2024 ya salieron los aprontados con propagandas políticas adelantadas en Culiacán.

Y es que en la vía pública de la ciudad aparecieron pintas con la leyenda ‘Que siga López, estamos Agusto’, esto haciendo referencia al Presidente Andrés Manuel López Obrador y el actual Secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, de quien dicen se está perfilando para la contienda a la presidencia del 2024.

Porque bueno, aquí en Sinaloa el ex dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda desde hace rato lo anda visitando y subiendo fotos con él, y pues ya dio a conocer que han realizado encuestas en las que ex Gobernador de Tabasco ha sumado puntos.

Ya veremos quién más aparece a nombrarse cómo posible candidato, ya que también de Claudia Sheinbaum, se dice que es una de las favoritas de AMLO para la contienda.

Aunque el uso del cubrebocas ya no es obligatorio en espacios abiertos y cerrados por disposición de las autoridades de salud del estado, hay muchas personas que lo siguen utilizando.

Esto es una buena señal, pues nos dice que dos años y medio de pandemia nos enseñaron que la salud es responsabilidad de uno mismo, es satisfactorio que más de la mitad de la población sigue con esta medida sanitaria por su propia voluntad.

Aunque en algunas instituciones y establecimientos lo siguen pidiendo, es el caso de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que el día de ayer emitió un comunicado donde anuncia que el personal administrativo, docentes y estudiantes lo seguirán usando de manera obligatoria hasta el mes de diciembre.

El uso de esta medida contra el Covid se dejará de usar de manera gradual conforme la población vaya recobrando la confianza y podamos ahora sí, volver a realizar actividades sociales con normalidad sin temor a contagiarse del Covid-19.