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"Malecón de Culiacán"

"Cuén y el cálculo del miedo"

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MALECÓN
22/03/2018

     
    Fue hasta el último minuto cuando Héctor Melesio Cuén Ojeda canceló su participación en el debate realizado ayer entre los candidatos al Senado, organizado por Radio Fórmula y su periodista Víctor Torres.
    Todavía hasta la tarde del lunes, el dirigente del Partido Sinaloense mantuvo en pie su participación en este encuentro de ideas, pero ayer por la mañana ya no apareció. Su silla quedó vacía.
    Aún no se conoce la versión oficial de su desaire, pero dado el contexto, pensamos que el revés que le dio el Senado sobre su iniciativa para que Sinaloa quede fuera del horario de verano, fue lo bastante fuerte como para bajarle el ánimo.
    Más allá de eso, parece que a Cuén le están cayendo cubetas de realidad helada. Su estrategia de aliarse con el PAN le está jugando en contra. Acción Nacional está dividido y hay panistas que no quieren trabajar para él.
    Y quizá ya se dio cuenta que, en lugar de usar al PAN para llegar al Senado, los dueños del partido albiazul, como Adolfo Rojo y Alejandro Higuera, usarán al PAS para sus propósitos. 
    El PRD y Movimiento Ciudadano no tienen nada que ofrecerle.
    Así que, con estos antecedentes, quizá se sintió vulnerable para el debate de Radio Fórmula.
    Lo cierto es que, antes de que inicien las campañas, la ausencia de Cuén lo desnudó.
    Nos preguntamos, ¿así será el resto de su campaña? ¿Sólo participará en escenarios a modo?
     
    A Quirino se le agotó la tolerancia
     
    Al Gobernador Quirino Ordaz Coppel, de la nada, se le agotó la tolerancia.
    Con los productores agrícolas, la política fracasó. 
    Ante la protesta, el ‘garrote’, la violencia.
    En materia agrícola, adolecen de falta de oficio político, tanto del estado, como de la Federación.
    Los productores salen a las calles porque quieren que les vaya mejor, pero el Gobierno no puede, o no quiere ayudar.
    El “garrote” no ayuda, sólo confronta, perjudica y termina siendo contraproducente.
    Es lamentable ver el uso de la fuerza pública contra un productor social. Varios policías contra uno solo.
    Además de sometido, hay un exceso de fuerza. Es lamentable ver cómo un agente pone una bota en el cuello de un agricultor que lo único que busca son mejores precios para sus cosechas, tener dinero para pagar sus créditos y sacar adelante a su familia.
    Es hora de que el Gobernador y el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, valoren el desempeño de las personas que tienen al frente de la política agrícola.
    Reprobados, sus representantes con lo que se vio ayer.
    El Gobernador lejos de atender a los productores, les mandó la fuerza pública.
     
    El General de la piel delgada
     
    No es la primera vez que el General de brigada Diplomado de Estado Mayor, Genaro Robles Casillas, pone su cara de pocos amigos para responder a preguntas tan sencillas como ¿por qué no han pagado ocho semanas de viáticos a elementos de la Policía Estatal o Ministerial?
    Sólo le falta chistar, patalear y hacer aspavientos en lugar de acuse de recibo, y luego contestar con frases como “yo no soy el del dinero” o “vayan y pregúntenles a ellos”.
    Lo criticamos porque, así como él, en su equipo hay mucha gente que no se ha ubicado que son funcionarios públicos, servidores de la sociedad, y que están ocupando un cargo en una de las áreas más sensibles de los gobiernos en general, como Seguridad Pública.
    No se trata de “nos quieren pegar” o me cae mal, sino que parece difícil que no puedan entender que los periodistas reciben comentarios, tips o de plano denuncias, y los encargados del equipo, o sea, ellos, los secretarios, son los que deben salir a dar la cara para responderlas o confirmarlas.
    Y cómo no quejarse, cómo no cuestionar, porque según ellos la gente no se da cuenta que siempre tienen una salida en las fallas más delicadas de su trabajo.
    A poco creen que no nos hemos dado cuenta que tienen años sin agarrar a algún asesino luego de cometer un ilícito, porque siempre es que no hay cámaras o si las hay no servían, o si servían estaban volteando para otro lado; que no llegaron a tiempo porque no hablaron al 911, que si hablaron y tardaron en llegar, es que no hay patrullas; que si estaban cerca, es que no hay tantos policías, que si se los toparon de frente, pero no le entraron, es que no traen equipamiento.
    Y así, más o menos, siempre va la seguidilla.
    Menos bilis y más resultado, mi General, más respuestas.
    Y si ya no quiere contestar preguntas, pues es muy sencillo: renuncie.
     
    Otra vez la violencia
     
    Las calles de Culiacán volvieron a teñirse de rojo, cuatro personas murieron en dos diferentes hechos.
    La violencia, esa herida que no logra cerrarse es uno de los peores estigmas que arrastra Sinaloa y cuya lucha parece que hace mucho tiempo fue abandonada por nuestras autoridades.
    Señores, hay mucho más que hacer que enfrentar a la violencia con más violencia.