Era el único aspirante, se ha promovido en radio, prensa, televisión, redes sociales, está en plena campaña..., y cuatro de cada 10 panistas sinaloenses no lo ratificaron como su candidato a la Presidencia de México.
Así mero. Ayer fue la votación “democrática” del único nombre del PAN que busca la candidatura a la grande, pero Ricardo Anaya, aun sin portero, no goleó. Y además tuvo cuatro votos nulos.
“Si partiéramos de los parámetros de una elección constitucional, según las últimas referencias, una participación del 40 por ciento del padrón se considera exitosa”, justificó Gilberto Plata, coordinador de la Comisión de Procesos Internos del Partido Acción Nacional en Sinaloa.
La diferencia con una constitucional, le preciamos a este señor, es que se compite contra otros candidatos de otras opciones políticas.
Ayer, Anaya fue solo en una jornada del partido del cual, incluso, fue su líder nacional.
Definitivamente, mal augurio. A preparar el acarreo azul.
Menos pachanga y
más dinero a salud
Quizá las críticas sobre que el gobierno de Quirino Ordaz Coppel privilegia el gasto a eventos superficiales y obra pública, por encima de la salud, no andan tan erradas.
El problema del Hospital Pediátrico de Sinaloa es ejemplo de ello. Incluso, se agudizó el año pasado, el primero del Gobernador mazatleco.
Puede explicarse así: más servicios, demanda y nuevas responsabilidades pagadas del mismo presupuesto.
Para 2017, el HPS arrastraba ya una deuda de 85 millones de pesos, 35 de ellos acumulados el año pasado con proveedores.
El mismo 2017 tuvo un incremento en la demanda, de un 45.4 por ciento de camas con respecto al año anterior, por la apertura de la Unidad de Hemato Oncológica, así como un 10 por ciento de aumento en servicios diversos.
Así llegó a la imposibilidad de pagar la nómina de 4.5 millones de pesos al mes con sus propios recursos, pero también de dar servicios, como hospitalización, laboratorio y o los que se daban a pacientes que provenían de otros hospitales.
Y más chamba...,
pero sin presupuesto
Así pasó todo 2017. Alfredo Román, “El sordo”, Mesina no se daba cuenta, pero sí echó a andar un plan: la incorporación del HPS a la red Hospitalaria de los Servicios de Salud.
Es decir, de ser una institución descentralizada pasó a ser parte del estado. Fue una buena idea en una primera instancia.
El hospital dedicado a los niños y niñas tendría más certeza económica, pero no.
Con esa incorporación, el HPS tendría aun más demanda, dada la atención a pacientes con Seguro Popular que tiene que atender, pero el presupuesto fue el mismo. Más chamba por la misma lana.
Esa es la radiografía en el fondo de la polémica que recién hemos visto en torno al HPS.
El escándalo público pudo evitarse, pero no dudamos que el vacío de información generado por Mesina haya empeorado la situación.
Es de todos sabido que Mesina es uno de los secretarios más opacos del Gabinete de Quirino, quien el sábado tuvo que ir personalmente al Pediátrico para corregir él mismo la tormenta que el Secretario de Salud seguramente causó.
Cero y van dos...
Nuevamente el operativo de seguridad del Carnaval de Mazatlán y las autoridades de todos los niveles fueron vulneradas con el asesinato de un joven a unos metros del malecón, donde quedó muerto y otro más resultó herido.
El operativo que tanto se presumió, los más de 2 mil elementos de las fuerzas de seguridad y socorristas, quedó pulverizado.
La presencia de grupos armados por todo el municipio, a pesar de la estrategia policiaca, es una realidad.
Las autoridades quedan chicas ante el problema del armamentismo y en su desesperación culpan a la ciudadanía, por no reportar la presencia de personas sospechosas.
Y en este último caso, la excusa de la autoridad es que la víctima mortal tenía antecedentes penales, es decir, de entrada se le criminaliza y se justifica la tragedia. Es, pues, como si se lo mereciera.
Y por segunda vez, como ocurrió el jueves, el crimen quedó registrado en la videovigilancia desplegada en la ciudad por Carnaval.
Este nuevo ataque es una amenaza para todos. A cualquier hora y ante la fuerte presencia policiaca, los grupos criminales imponen la “ley de las balas” a sabiendas de que no pasará nada.
La prevención de nada ha servido, el Carnaval se ha manchado de sangre, aunque la gente en el malecón y en la zona carnavalera disfrute con euforia la fiesta.
La prueba del ácido
Listos para ir por la reelección se reportaron los alcaldes con licencia, Jesús Valdés Palazuelos, de Culiacán, y Fernando Pucheta Sánchez, en Mazatlán.
Los dos recibieron la aprobación del Partido Revolucionario Institucional y la bendición del “Tercer piso”.
La cargada es tan descarada que la elección se va a convertir en una prueba a favor o en contra del Gobernador Quirino Ordaz Coppel.