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"Malecón de Culiacán"

"AMLO y Quirino"

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MALECÓN
11/06/2019

    La visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador a Los Mochis sirvió, entre otras cosas, para reafirmar la relación que mantiene con el Gobernador Quirino Ordaz Coppel.
    Después del evento oficial, donde López Obrador entregó cientos de tarjetas de bienestar a adultos mayores, personas con discapacidad y jóvenes, los mandatarios tuvieron la oportunidad de comer juntos… y solos.
    La comida llama la atención porque deja en claro los nuevos tiempos presidenciales, sobre todo las formas. Y no es que le queramos hacerle publicidad, pero hasta el nombre del restaurante nos dice el compromiso por cambiar la historia de despilfarro por la austeridad.
    La comida fue en el restaurante de mariscos “El Gordo”, y nada de cientos de comensales, apenas el Gobernador y el Presidente.


    La lista de peticiones 
    De qué pueden platicar un Gobernador y un Presidente mientras comen mariscos. Antes de politiquería y  zalamerías, hoy de todas los proyectos que le hacen falta a Sinaloa.
    El Presidente tiene buen diente, probó el  pescado, los camarones, el callo de hacha, pero sobre todo el  marlín, su preferido.
    Y mientras comían, el Gobernador le sacó su lista de peticiones; hablaron de los proyectos que van caminando y de los que van apareciendo en el horizonte.
    Para el  norte del estadoQuirino Ordaz Coppel pidió el apoyo para seguir construyendo la  carretera Badiraguato-Parral, un proyecto que se encuentra en construcción.
    También, el Gober presentó el proyecto de un puente estratégico que uniría  Choix con Chihuahua, un sueño que tiene décadas esperando una oportunidad.
    Para el  centro del estado se le solicitó al Presidente apoyo para sacar la  vieja estación de ferrocarriles del centro de Culiacán, un proyecto que más que dinero necesita permisos de  Ferrocarriles Mexicanos, más batallosos que un cochi chiquito.
    También se le presentó al tabasqueño un proyecto para unir, por carretera,  San Ignacio con Tayoltita, un tramo que hoy se hace por aire y cuando el tiempo lo permite a través de los azarosos ríos y arroyos de la zona serrana.
    El proyecto es tan complejo que Ordaz Coppel le propuso que por lo menos sea de terracería, debido a los recursos que podría consumir un proyecto de esa envergadura.
    Para  el sur, el Gober solicitó ayuda para  construir la terminal de cruceros en Mazatlán y se prometió  terminar las presas Picachos y Santa María.

    La lista de AMLO

    Durante la comida entre Andrés Manuel López Obrador y Quirino Ordaz Coppel, el Presidente también solicitó información y formuló sus peticiones.
    Lo primero que preguntó el Presidente, y eso habla de sus preocupaciones, es por la  marcha económica de Sinaloa.
    Le interesa el tema económico, preguntó sobre  agricultura, pesca y turismo, y pidió a Ordaz Coppel poner énfasis en el tema.
    Además, López Obrador le pidió al Gobernador ayuda para sacar adelante la venta de  Playa Espíritu, el proyecto que visitó AMLO y que inmediatamente decidió vender para quitarse un peso de encima.

    Protestas
    Los que también se aparecieron durante la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador a Los Mochis fueron los grupos que protestan por algunos de los temas que producen polémica en Sinaloa.
    Uno de los grupos que lo abordó en el aeropuerto fue el que rechaza la construcción de la  planta de amoniaco en Topolobampo.
    López Obrador los atendió y aunque ya había hecho público su apoyo a la construcción de la planta, les prometió mandar hacer un estudio para evaluar ventajas y desventajas de la planta, y así poder tomar una decisión.   
    Otro grupo que se apersonó durante la visita fue el que exige la desaparición de las llamadas “cuotas liga”, que se cobran a los agricultores.
    Al final, AMLO atendió a todos y prometió regresar a Sinaloa.

    Tijuana pierde fuelle
    Antes de  Los Mochis, el Presidente Andrés Manuel López Obrador  estuvo en  Tijuana , donde encabezó el evento que estaba programado para defender la dignidad de México y terminó convertido en un acto para apoyar la amistad con Estados Unidos.
    La verdad es que el evento perdió fuelle desde que se supo que la comitiva mexicana y la estadounidense habían alcanzado un acuerdo para evitar la amenaza del  Presidente de EU, Donald Trump , de imponer un 5 por ciento de impuestos a todos los productos mexicanos, con un aumento mensual de otro 5 por ciento, hasta llegar a un 25 por ciento, lo cual pondría en jaque a la economía del país.
    Todo porque Trump piensa que México no hace lo necesario para impedir el cruce de migrantes centroamericanos a través de nuestro territorio, y que terminan en tierra estadounidense.
    Incluso algunos gobernadores terminaron cancelando el viaje de último momento, alegando que su presencia ya no era tan importante y se excusaron con la necesidad de atender urgencias locales.
    Pero aún así asistieron 24 gobernadores y un océano de diputados, senadores, alcaldes y todo tipo de funcionarios, lo que permitió conseguir el ambiente de júbilo y apoyo que quería la Presidencia. 
    El acuerdo es completamente aplaudible, a pesar de que pareciera que México se le rindió a Trump, pero definitivamente hubiera sido un mejor evento si nuestros políticos hubieran ido a rasgarse las vestiduras, ya sabemos cómo les encanta el drama. 
    Los especialistas aseguran que el acuerdo no está tan mal, que la delegación mexicana liderada por Marcelo Ebrard hizo lo suyo y además se prometió lo que se tenía que prometer: detener la migración hacia Estados Unidos, que cómo sabemos eso va a estar en chino.
    Del otro lado se encuentran los derechos humanos, una cuestión bastante criticada por la ilegalidad en la que dicen los conocedores está cayendo México.
    Realmente el tema migratorio no es fácil, es por lo menos complejo y sin solución a la vista. 
    Pero en el acuerdo se trataron otros temas como el de la trata de personas, redes de prostitución y hasta el narcotráfico, temas de gran interés para todos.