El primer debate entre los candidatos a la Presidencia de la República dejó varias cosas claras, la primera es que todo mundo tiene por seguro que Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, es el gran favorito a ganar la elección.
Si esto fuera una carrera parejera, los otros cuatro candidatos intentan impedirle que llegue a la meta de todas las maneras posibles: haciendo equipo, metiendo el codo, el pie, la mano, lo que se pueda.
Anoche el debate se convirtió en una cena de negros donde la consigna era; tírenle al líder de Morena.
“El Peje” lo sabía, se defendió como “gato panza arriba”, se hizo loco cuando le convino y también atacó cuando lo consideró necesario.
Otra cosa que quedó clara es que ninguno de los cinco candidatos tiene propuestas claras para resolver nuestros problemas, a todos les queda muy claro que la inseguridad y la corrupción son nuestros principales problemas, pero ninguno de ellos tiene propuestas claras para resolverlos.
Como se esperaba, los independientes le dieron un aire de frescura al debate, Jaime Rodríguez “El Bronco” y Margarita Zavala sumaron, aunque difícilmente levantarán el número de electores que los apoya.
Antonio Meade, candidato de la Coalición Todos por México, lo intentó, pero sus participaciones son un fiel reflejo de las encuestas, nomás no levanta, el gris es su color y difícilmente conecta con el gran público,
A Ricardo Anaya se ve que le gustan los debates, fue uno de los más activos, agarró de piñata a López Obrador, pero sufrió los ataques por las acusaciones que lo han frenado en las encuestas.
Largo y tedioso al final, el debate nos permitió escuchar a los cinco candidatos a la Presidencia, pero no nos trajo las propuestas que esperábamos.
El temor
“Tengo miedo”, dice el spot que ha lanzado el equipo del candidato presidencial, José Antonio Meade, contra su contrincante Andrés Manuel López Obrador.
Y es que el hecho de que el tabasqueño, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, vaya de puntero en las encuestas ha puesto nervioso a más de uno.
Si bien, es cierto que las encuestas no definen una elección lo cierto es que obliga a los equipos de los diferentes candidatos a dar giros en sus estrategias.
Es bien sabido que de ganar el “Peje” se cimbrarían los esquemas del sistema político mexicano, ya el elector determinará libremente si es lo que quiere o no.
El sábado el empresario, Enrique Coppel Luken, señaló que le gustaría que sería favorable una unión entre José Antonio Meade Kuribreña y Ricardo Anaya Cortés, contra Andrés Manuel López Obrador.
“A nosotros nos gustaría, creo que tienen ideas, tanto esos dos, más acordes a lo que puede ser bueno para el País”, dijo el empresario sinaloense.
Pues bien, Rubén Rocha Moya, candidato al Senador por la misma coalición de López Obrador, dijo que ni sumándose Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña ganarían al tabasqueño, en las elecciones del 1 de julio para la Presidencia de la República.
De paso, Rocha Moya calificó las declaraciones de Coppel Luken de intolerantes e inmaduras.
Los dos personajes en sus posturas, pero le pusieron sabor al fin de semana.
¿Fin a la impunidad...
digo a la inmunidad?
Históricamente, el tema del fuero constitucional del que gozan los servidores públicos para en la mayoría de las ocasiones evadir la acción de la justicia ha sido polémico.
Para muchos, dicho privilegio era ya insostenible por los niveles de corrupción que alcanza el uso del poder público, otros dirían que eliminar el fuero es llevar la justicia a una “cacería de brujas”.
Pues tan histórica la discusión del tema como histórica la aprobación por parte de la Cámara de Diputados federal para eliminar el fuero constitucional, incluso para el Presidente de la República.
¿Qué quiere decir esto? que ya sin el proceso de desafuero, largo e infructuoso en el que se metían todo tipo de movimientos políticos, ahora todos los servidores públicos pueden ser juzgados como cualquier hijo de vecino.
La información cita que el pleno de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó, con 370 votos a favor y cero en contra, la reforma constitucional con el que se elimina el fuero del que gozaban los servidores públicos.
La reforma incluye la derogación del Artículo 108 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que impide juzgar al Presidente de la República, salvo por traición a la Patria o delitos graves.
Los legisladores federales agregaron al Artículo 111 de la Constitución, que para proceder penalmente contra el Presidente y otros servidores públicos bastará con la denuncia debidamente presentada y ratificada ante la autoridad correspondiente.
¿Y qué sigue?, su ratificación en el Senado y su aprobación por al menos 17 de las 32 legislaturas locales.
