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"MALECÓN DE MAZATLÁN"

"Los más golpeados"

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MALECÓN
16/06/2020

    La ola de nuevos contagios no cede en Sinaloa y en algunos municipios se están quedando sin camas para atender a los pacientes con Covid-19, como en Guasave.

    Las 62 camas que tenía habilitadas el Hospital General de Zona 32 del IMSS ya son insuficientes y tuvieron que habilitar nuevos espacios.
    El problema es tan grave que en este municipio se están quedando sin el personal suficiente, ya que unos se han contagiado y ya hay fallecidos.
    Víctor Javier Garza Bustamante, delegado sindical de la subsección 6, Sección 44, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, lamentó que los trabajadores siguen luchando contra el virus en condiciones muy difíciles, cansados y estresados.
    Culiacán, Mazatlán y Ahome presentan una problemática muy parecida, y en Villa Unión las demandas del personal médico son cotidianas.
    En algunas clínicas de la capital sinaloense han sufrido una baja de personal ya sea por contagios, por estrés o porque simplemente doctores, enfermeras y enfermeros deciden dejar sus lugares de trabajo ante el miedo de contagiarse.
    Y en esas condiciones nos alistamos para regresar a la “nueva normalidad”.

     

    Reapertura y caos
    “Hay que recuperar la libertad sin miedo”, dijo el Presidente Andrés Manuel López Obrador y los sinaloenses acataron la máxima de “El Peje” como si fuera una orden y colmaron las calles a pie o caminando.
    El Centro de Culiacán ayer fue como un día sin pandemia y en el malecón de Mazatlán comenzaron a aparecer pequeños grupos de personas recorriendo el paseo, pero el Centro del puerto volvió ayer a la “normalidad” con el tráfico vehicular.
    Pero a muchos comercios les duró poco el gusto porque las autoridades inmediatamente los fueron a cerrar en Culiacán.

     

    ¿Quién se anima?
    Se supone que hoy comienza el retorno a la “nueva normalidad”, pero hasta ayer ninguna autoridad se animó a dar el grito de inicio.
    Finalmente fue Edna Fong, líder de Coparmex, la que habló sobre los acuerdos con las autoridades y arrojó un poco de luz sobre lo que vamos a vivir en estos días.
    La empresaria informó que se había pactado la reactivación de algunos giros, de acuerdo a una reunión sostenido entre empresarios y las secretarías de Economía y Salud.
    La reapertura será gradual, a partir de hoy martes que podrán abrir negocios como papelerías, negocios de pinturas, lavados con desinfección al interior del vehículo, estéticas, solo con citas y con servicio a domicilio, llanteras, vulcanizadoras, negocios de venta e instalación de acumuladores, materiales para la construcción, refaccionarias, talleres (carrocería y pintura, herrería, torno, carpintería, automotriz).
    Y será el otro martes 23 de junio, cuando con horario de lunes a viernes de 10:00 a 16:00 horas, se permitirá la venta de ropa en general, calzado, bisutería, cosméticos.

     

    La tortura de los bancos
    Los bancos protegen a sus trabajadores y los envían a su casa, dejando apenas unos cuantos empleados para atender a la clientela. En la mayoría de las sucursales apenas funciona una caja. Todo en nombre de la pandemia.
    ¿Pero quién defiende a los usuarios? Apostados afuera de las sucursales, manteniendo la sana distancia en largas filas que se tuestan al sol.
    El servicio en los bancos es vergonzoso, claro, todo en nombre de la pandemia.
    No importa la edad, jóvenes y viejos, todos se ven obligados a esperar horas bajo el sol de Sinaloa para ser atendidos, casi de manera ridícula se les toma la temperatura, se les obliga a lavarse la manos en gel, se les ordena que esperen. Las órdenes vienen de adentro, del aire acondicionado.
    Con el calorón de la calle más de uno suma los 37 grados centígrados necesarios para que lo rechacen, para que le recomienden que vaya a un hospital, claro, después de varias horas de espera.
    Todo en nombre de la pandemia.

     

    El todopoderoso
    Ricardo Salinas Pliego está muy molesto con el Gobierno federal, su rabia, apenas contenida, ayer se desbordó a través de las redes sociales, y aunque no lo mencionó sus mensajes llevaban un destinatario: el Presidente, Andrés Manuel López Obrador.
    El dueño de TVAzteca está muy enojado por la forma en que el Gobierno federal está manejando la guerra en contra de la pandemia, específicamente por la decisión de poner en cuarentena al País entero.
    El segundo hombre más rico de México considera que cada mexicano debe de ser libre de tomar sus decisiones y no está de acuerdo en que el Gobierno imponga sus decisiones, indicaciones que finalmente cerraron sus tiendas y le han provocado pérdidas millonarias.
    No es la primera vez que Salinas Pliego levanta la voz en contra del Gobierno del tabasqueño y la pandemia no es lo único que lo mantiene enojado, resulta que mantiene siete juicios en contra de Hacienda, por la simple y sencilla razón de que le quieren cobrar impuestos.
    Y la cantidad no es cualquier cosa, estamos hablando de 32 mil millones de pesos. Y nos cuentan que la resolución de los juicios está a punto de salir.
    Así que Salinas Pliego está enojado, suponemos que finalmente tendrá que pagar los impuestos que antes nadie pagaba en este País, mucho menos los hombres más poderosos.

     

    El problema del beisbol
    En Mazatlán se está fermentando un problema, olvidado por el estruendo de la pandemia y el aislamiento de la pandemia.
    Sin espectáculos masivos nadie, o muy pocos, recuerdan que el estadio de beisbol continúa “embargado” por el Ayuntamiento al equipo Venados.
    Hace poco, el Ayuntamiento salió a decir que otorgará todos los permisos necesarios para que se realice ahí la anunciada Serie del Caribe 2021, sin embargo, nadie ha podido explicar quién se hará responsable de las condiciones del campo de beisbol.
    Sin los cuidados de un experto el campo de cualquier estadio sufre y sin campo no se puede jugar, a menos de que regresáramos a los juegos del barrio, donde no importa terminar con una lesión en el tobillo.
    Recordemos que al campo del estadio se le invirtieron millones de pesos, solo para conseguir las especificaciones de las Grandes Ligas, pero hoy por hoy, el campo permanece en el olvido y podría provocar un gran dolor de cabeza el día que se quiera volver a jugar.