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"Malecón de Mazatlán"

"La izquierda sin izquierda"

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MALECÓN
10/12/2019 20:14

    Generalmente, los primeros que asoman la cabeza en un gobierno de izquierda son los intelectuales.
    La tradición marca que los librepensadores, los artistas, los idealistas son los primeros que engrosan las filas de los movimientos de izquierda.
    Si hacemos memoria, los primeros mexicanos que se unieron al Ejército de la República en España fueron artistas; allá andaban Octavio Paz, Silvestre Revueltas, Carlos Pellicer, David Alfaro Siqueiros y Elena Garro.
    Claro, no peleaban en las trincheras, su trabajo era intelectual, escribían, pintaban, hacían música, y de alguna manera impulsaban a los otros 260 mexicanos que sí tomaron las armas y que lucharon en contra del dictador Francisco Franco.
    Durante el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México, cientos de artistas se unieron a su esfuerzo por apoyar las artes, abrir espacios culturales, reforzar lo que ya se hacía y enviarlo a las colonias para replicar su impacto.
    En Sinaloa, sin embargo, esto no sucede, los gobiernos de Morena parecen de izquierda solo por su discurso, pero están lejos de promover nada que se parezca remotamente a una ideología de izquierda.

     

    Municipios sin cultura
    Los tres principales municipios de Sinaloa adolecen del mismo problema: son gobernados por gobiernos municipales que dicen ser de izquierda, pero en materia de cultura son, acaso, gobiernos charlatanes.
    En Ahome, el Alcalde Guillermo “Billy” Chapman se da aires de intelectual, se avienta discursos de media hora, recordando sus paseos por las banquetas de París y presume de lector, pero es el primer alcalde que le niega recursos a la Feria del Libro de Los Mochis, quizá el evento cultural más importante del Municipio.
    En su lugar organizó sus propias caravanas culturales, remedos de eventos artísticos que se diluyeron en minipresentaciones de libros y lecturas de cuentos en las colonias, gastando el dinero que podían haber usado los profesionales del arte.
    En Culiacán es reconocida la falta de apoyo a la cultura desde el municipio, lo que tiene de arte la capital proviene del apoyo de Gobierno del Estado, y el Gobierno de Morena tampoco ha cambiado la pobre historia artística de los culichis.
    Mazatlán es la historia más triste en política cultural de los gobiernos de Morena en Sinaloa. El puerto es quizá el municipio que históricamente ha conseguido hacer más desde el municipio en materia de cultura.
    Su simbiosis entre Carnaval, Turismo y Cultura ha creado una potente oferta cultural que ha prevalecido en el tiempo, incluso a pesar de la administración actual.
    Sin embargo, el Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez y su equipo hacen todo lo posible por demeritar lo que ha costado años hacer, mientras un grupito hace negocio.

     

    Clientelismo cultural
    El gran fraude de la oferta cultural de los gobiernos morenistas de Sinaloa se sintetiza en el viejo lema populista: “Hay que llevar la cultura a las colonias”.
    La frase es muy atractiva y vende, pero nuestros gobiernos la convierten en un fraude al llevar unos bailables o un cuentacuentos a las colonias una vez al año.
    Eso para lo único que sirve es para derrochar los recursos públicos, es entretenimiento fugaz, en realidad lo que cambia el nivel cultural, o artístico para ser más precisos, de una sociedad son las estrategias integrales donde el arte llega de manera permanente a las colonias.
    ¿Cuánto costaría replicar, en lugares estratégicos, los centros de enseñanza artística de una ciudad sinaloense? En realidad casi nada, es una cuestión de voluntad y de aprovechamiento de muchos espacios municipales que están subutilizados en las colonias.
    Sin embargo, nuestros gobiernos de “izquierda” no sólo no cuentan con verdaderos artistas o expertos en cultura en sus filas, generalmente esos espacios están ocupados por políticos o gerentes que cuentan los pesos y centavos que se van a llevar a sus bolsillos.

     

    Le echan montón
    Una andanada de reclamos recibió ayer la titular de la Auditoría Superior del Estado, Emma Guadalupe Félix Rivera, quien compareció ayer ante los diputados locales.
    Los diputados señalaron la necesidad de auditorías más a fondo ante el reclamo social de mayor transparencia y rendición de cuentas para acabar con la corrupción.
    Y ahí señalaron los temas de los que aún no se tiene una respuesta como el destino de más de mil millones de pesos que no llegaron al Instituto de Pensiones del Estado de Sinaloa, irregularidades en la Secretaría de Seguridad Pública, del Issstesin y hasta la propiedad de la USE.
    Los reclamos fueron a cubetazos y la Auditora ya no sentía lo duro sino lo tupido.
    Marco Antonio Zazueta Zazueta, de Morena, fue de los más duros y criticó que si se quiere tener información de las cuentas públicas se tenga que presentar obligadamente una solicitud.
    Dijo que del trabajo realizado por la Auditora, expuso que los informes individuales no contienen la totalidad de los resultados de la auditoría.
    Tampoco aparecen en estos informes 3 mil 12 resultados de la revisión y fiscalización superior a la cuenta pública 2017, así como a los recursos públicos aplicados por las entidades de participación estatal y municipal.
    Acusó que a la fecha se desconocen los montos de multas impuestas a los servidores públicos, personas físicas y personas morales que hayan incurrido en corruptelas.
    O sea de lo toral en cuanto a combate a la corrupción no se sabe mucho.
    El petista, Marco Cesar Almaral Rodríguez, dijo que en la lucha contra la corrupción a nivel estatal no se hayan capturado “ni sardinas”, cuando a nivel federal ya se capturaron peces gordos.
    Otros si la cobijaron como la priista, Ana Cecilia Moreno Romero, quien consideró que la ASE está altamente profesionalizada y trabaja siempre en estricto apego a la ley y aplaudió que la auditora encabece un organismo sólido.
    La comparecencia duró más de cuatro horas, lo que se notaba en el rostro de la auditora, quien no vivió una de sus mejores tardes, no fue día de paseo, más bien la pasearon.