César Peña Sánchez/ APRO
El PRI nació en México como partido político el 4 de marzo de 1928. La economía de México no bien salía de los efectos de la Revolución Mexicana.
La paridad del peso mexicano respecto del dólar norteamericano era de dos a uno; es decir, el dólar norteamericano costaba dos pesos.
Lo extraño es que jamás el peso mexicano, no digamos que haya alcanzado alguna vez al dólar, sino que se ha ido alejando, no tanto paulatinamente, sino a veces nuestro peso ha sufrido una vejación desproporcionada frente a la moneda norteamericana.
Para no hacerla muy larga, vamos a situarnos en 1970, cuando el dólar costaba 12.50 pesos mexicanos.
Y de ahí en adelante, los siguientes presidentes de la República llámese Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, hundieron nuestra moneda en el fango con un fuerte deseo de que no saliera jamás.
Las devaluaciones se encadenaron una tras otra y el mundo económico de México perdió la brújula muchas veces; las finanzas nacionales se volvieron un desastre continuo.
Como lo dijimos, hasta 1970 y por un lapso de 22 años antes, la inflación en México se mantuvo estable, dentro del desarrollo estabilizador, que más tarde se llamó milagro mexicano.
De un rango de 3 a 5 por ciento anual, generalmente igual y quizás, en alguno de aquellos años anteriores, antes de 1970, hasta menor que la de Estados Unidos; por lo mismo el tipo de cambio del peso contra el dólar, también se mantuvo estable y como ya se dijo a razón de 12.50 pesos por dólar, considerándose al peso como moneda fuerte, incluso para intercambio internacional.
Con el presidente Luis Echeverría, comenzó el florido populismo desenfrenado, fenómeno que se acentuó con José López Portillo, en menor grado con Miguel de la Madrid Hurtado y se revive con la Administración Pública de Carlos Salinas de Gortari.
Para fines de 1993 la inflación creció 293.27 veces más en México que en Estados Unidos; o sea un 29327 por ciento y para fines del 2003 creció 920.72 veces equivalente a un 92072 por ciento más de lo que creció en Estados Unidos.
El significado es simple, durante más de 30 años la inflación en México estuvo sin control, mientras que nuestro vecino EU la mantuvo dentro del límite razonable de ahí por lógica, se dieron las devaluaciones de nuestra moneda con respecto al dólar.
La cotización de 12.50 pesos que había durado 22 años, hasta mediados de 1976, se dio la primera devaluación importante y precisamente fue al final del término del régimen de Luis Echeverría.
Durante los siguientes 6 años, en el periodo de José López Portillo, la moneda se puso a flotar, manteniéndose la paridad entre 22 y 25 pesos por dólar.
Sin embargo, en 1982, debido a un fuerte desequilibrio de las finanzas públicas, caídas del precio del petróleo, inflación fuera de control, excesivo endeudamiento externo, aumento de las tasas de interés internacionales, derroche del gasto público, estatización y petrolización de la economía, fuga de capitales, etcétera, la moneda nacional se hizo trizas.
El gobierno se queda con las arcas vacías, sin reservas y se produce la más fuerte devaluación brusca, que jamás se haya dado en México, 500 por ciento, pasando el tipo de cambio de 25 hasta 150 pesos por dólar en un lapso muy corto.
Aquel anuncio populista de José López Portillo de que debíamos prepararnos para administrar la abundancia, fue igual a lo que dijo en Guadalajara, que defendería al peso como un perro. Nuevamente el populismo estaba presente, rebasando toda la verdad.
De aquí en adelante la economía mexicana entra una prolongada crisis, de la cual hasta estas fechas la estamos sufriendo puesto, que en ellas se fincaron muchos conceptos de compromisos económicos nacionales como el Fobaproa, los peridiegas, la fuerte elevación de los bonos que aunque ya no estaban en circulación, dejaron una onda cicatriz en las finanzas nacionales.
Miguel de la Madrid heredó toda una cauda de gravísimos problemas que nunca se afrontaron con decisión, en ese lapso de lo contrario de lo que pudiera pensarse, se dieron los más altos índices de inflación anual, de 105.7 por ciento en 1986 y 159.20 por ciento en 1987 y aparte del deslizamiento permanente del tipo de cambio, ajuste que se aplicó diariamente o devaluación diaria, produjo otro ajuste devaluatorio en 1986.
Durante el periodo de Carlos Salinas de Gortari se modificaron radicalmente las políticas económicas, pasando a primer término la lucha contra la inflación y el saneamiento y privatización de la economía nacional.
La inflación había bajado de 3 dígitos en 1987 a un solo dígito previsto para el año de 1993; la inflación fue de 8.01 por ciento al final del año 1993 y el deslizamiento del tipo de cambio del peso frente al dólar se había disminuido de manera sustancial.
El periodo presidencial de Salinas de Gortari no solamente fue de continuada devaluación sino fue de gravísimos escándalos, por robos casi permanente del dinero de la nación, de continuos asesinatos y en general fue una época negra de la cual los mexicanos sentimos una inmensa repugnancia.
Al comenzar enero de 1994, se produce el levantamiento militar zapatista en el territorio chiapaneco.
Se produce también el oprobioso asesinato del Licenciado Luis Donaldo Colosio, endilgado a Mario Aburto.
Es decir, fue un periodo, el de Salinas de Gortari, tétrico para la tranquilidad nacional.
Con todos los datos anteriores más la resistencia a una nueva devaluación, cuyos tentáculos ya estaban tocando la puerta, se resistió el Gobierno de Salinas de Gortari a llevarla a cabo, la cual los economistas la evaluaban en un 40 por ciento; porque el monto de los bonos nacionales era ya muy elevado y tampoco se podían liquidar, porque las reservas monetarias habían venido a menos.
La situación fue inaguantable, el consejo de devaluación se hizo a un lado porque estaban presentes las elecciones presidenciales de Ernesto Zedillo Ponce de León pero el coletazo no se hizo esperar, llegó y llegó con fuerza inaudita.
Entonces se le llamó "El error de diciembre" y para liquidar los fuertes compromisos económicos que tenía México con otros países como con los propios mexicanos, tuvo que recurrir nuevamente a los Estados Unidos, para pedirle un elevado préstamo; esta vez con garantía prendaría de la producción petrolera, facturada a favor de nuestros acreedores.
Qué raro frente a esta hipoteca de la riqueza de la producción petrolera, se olvidó que el petróleo era nuestro, los partidos políticos no dijeron esta boca es mía. Sencillamente no se dieron por aludidos y le dieron la espalda a la nación.
Hoy se quejan amargamente los señores gobernadores de los estados de los recortes económicos porque no hay bonanza petrolera.
Esta se acabó, los partidos políticos se la acabaron, no la repusieron, a pesar de esto uno de los muy buenos presidentes y que le hizo gran beneficio al País fue Vicente Fox quien al recibir la economía nacional debía cumplir con todos los compromisos contraídos por los priistas.
Era tan agobiante la deuda que al Gobierno de Fox de cada peso que entraba al país, solamente podía disponer de 13 centavos; el resto 87 centavos, estaban severamente comprometidos con las deudas que los gobiernos del PRI habían contraído.