La elección de un aspirante a la Gubernatura deja muchos damnificados, pero también sirve para dar carpetazo a los errores pasados y revive a los “muertos políticos”, que solo esperan que haya un elegido para arrojarse a sus pies.
Eso es lo que está pasando allá por donde pasa el precandidato de Morena a la Gubernatura, Rubén Rocha Moya, al que acuden presurosos todos los morenistas que han quedado en el camino, despreciados por los alcaldes en turno o sacrificados en el camino.
Y mientras los alcaldes se dan el gusto de despedir o sacrificar a sus compañeros de partido o a los que los acompañaron en campaña, el nuevo aspirante no puede darse ese lujo, las campañas son tiempos de sumar, ya después en el poder nuestros políticos crucifican al que les da la gana.
El sábado, Rocha Moya visitó Mazatlán y ahí pudimos ver el poder que tiene un “elegido” para resucitar muertos.
En Mazatlán, el Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez prácticamente ha despedido, o le han renunciado, todos aquellos que lo acompañaron en campaña, le quedan un par de personas de su equipo original, y los corridos sacaron la cabeza cuando llegó al puerto Rocha Moya.
El renacido
Al primer evento como precandidato a la Gubernatura, de Rubén Rocha Moya, en Mazatlán, se presentaron la mayoría de los damnificados del Ayuntamiento, entre ellos destacaba David Torrentera, en algún momento uno de los hombres más cercanos al Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez, y hoy un paria morenista.
Hasta sus compañeros de partido lo ven con cierta compasión, todavía lo recuerdan con la arrogancia desmedida del que se sentía futuro alcalde del puerto, cuando “El Químico” soñaba con la Gubernatura.
Hoy, Torrentera se limita a pedir con insistencia una cita con Rocha Moya, pero nadie le abre la puerta. Por lo pronto él se viste de guinda, sube videos donde se declara morenista, pero se le olvida que carece de pedigrí, que no es puro, que llegó a la campaña del “tsunami” cuando ya estaba ganada.
De alguna manera comparte la suerte de su ex jefe, los dos sueñan con grandes puestos, pero la realidad es que andan con las manos vacías.
Los vengadores
A un lado de David Torrentera había una legión de personas que acudió a rendirle pleitesía a Rubén Rocha Moya, la mayoría de ellos no piden un puesto, ni sueñan con grandes cosas, los mueve una razón más poderosa: el desquite.
Ahí andaba Marsol Quiñonez, aquella desconocida que llegó a la dirección del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán y que renunció de manera dramática, denunciando un aparato de corrupción permitido por el Alcalde Luis Guillermo “El Químico” Benítez.
No andaba ahí, pero sabemos de buena fuente que Rocha Moya también tiene el apoyo de Óscar Blancarte, el otro director del mismo instituto, también devorado por el equipo que terminó echándose la cultura y el arte de Mazatlán al bolsillo.
Raúl Carvajal, ex director de Vivienda; Luis Antonio Aguilar Colado, ex director de Asuntos Jurídicos; y David Librado Díaz, ex jurídico del Ayuntamiento, todos elevados a la ubre de los recursos públicos y después echados del paraíso por “El Químico” han presentado sus respetos a Rocha Moya.
Todos esperan ver al alcalde mazatleco en el vertedero de la historia política sinaloense.
El villano
Luis Guillermo “El Químico” Benítez fue un buen hombre. Un ciudadano que soñó con llegar al poder para cambiarlo todo, pero nunca imaginó que el poder iba a terminar cambiandolo a él.
Hoy, “El Químico” ha sido suspendido de sus derechos por el partido que ayudó a fundar y al que le invirtió su tiempo, su vida y su dinero. No puede competir por ningún puesto, no mientras no consiga sacarse de encima las resoluciones de un tribunal donde fue acusado de violencia política de género.
Él confía en echar atrás la resolución y poder competir, por lo menos, por la reelección, pero nos aseguran que será muy difícil, debido a que lo esperan otras demandas, la mayoría de compañeros de partido y de funcionarios, recordemos que los morenistas son expertos en canibalizarse.
Según nuestros informantes, una demanda del orden penal en su contra fue presentada por un diputado petista, les prometemos investigar los detalles.
Por lo pronto, “El Químico” le ha bajado al ruido y parece que negocia una salida honrosa, aunque a estas alturas no vemos qué final honroso pueda tener alguien que se ha dedicado a construir enemigos.
Se rinde Juan Alfonso
Ayer era el día límite para que se inscribieran en el PRI los “simpatizantes”, aquellos aspirantes a la candidatura tricolor a la Gubernatura ajenos al partido.
El más notorio era Juan Alfonso Mejía López, el Secretario de Educación que llegó a soñar con liderar la alianza del PRI, PAN y PRD a la Gubernatura.
¿Qué pasará con él y sus aspiraciones políticas? Seguramente contenderá por la Alcaldía de Mazatlán o por una Diputación Federal, representando a la alianza, dos opciones que están al alcance de su mano y que podría pelear con dignidad, después del trabajo que ha desplegado en la secretaría.
Con esto se desvanece el temor de muchos priistas de que la candidatura tricolor a la Gubernatura no se entregará a un militante.
La carrera por la vacuna
El que viajará a la Ciudad de México en esta semana será el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, irá en busca de una gestión que nunca se imaginó que realizaría: a intentar encontrar un vendedor de vacunas en contra del Covid-19.
Resulta que después de semanas de promesas y permisos para que un Gobierno estatal pueda comprar las mentadas vacunas, todavía no se sabe quién o quienes puedan venderlas, todavía no hay un proveedor.
El Gobierno estatal ya tiene el dinero y varios empresarios listos para unirse a la compra, pero todavía no hay a quién comprarle.
Por lo pronto hay varias negociaciones iniciadas, esperemos que pronto encontremos un proveedor.