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"Malecón"

"Comienza la fiesta"

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MALECÓN
01/11/2018

    Este centinela odia decir “se los dije”, pero en esta ocasión no hay forma de evitarlo. Lo que sucedió en el primer día de operaciones del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán quedará para los anales de las crónicas de los peores arranques de una administración municipal en Mazatlán.
    Los empleados del instituto fueron testigos de despidos, contrataciones que se disolvieron en la nada, un director que comenzó sin poder alguno y para acabarla con un mandato irregular, ya que no pasó por los procedimientos legales correspondientes.
    Pero vamos por partes, todo comenzó hace unos meses cuando el todavía Alcalde electo,  Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres, anunció que cambiaría a los responsables del instituto encargado de organizar, entre otras cosas, el Carnaval.
    “El Químico” nunca dio un argumento válido para realizar el cambio de una de las áreas más prestigiosas de la administración municipal mazatleca, y también una de las más delicadas.
     
    El elegido
    Para dirigir el destino de la cultura, que incluye la organización de la fiesta grande de los mazatlecos, Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres eligió al cineasta  Óscar Blancarte, a pesar de que públicamente manifestó en varias ocasiones que a él no se le daba lo de andar administrando cosas.
    Además, Blancarte convalece de una enfermedad, una situación delicada para un puesto que conlleva una responsabilidad enorme.
    Con la idea de mantener su propuesta, “El Químico” decidió separar las responsabilidades, rodeando a Blancarte de un equipo de personas que le ayuden a sacar adelante los compromisos, sin embargo, los ayudantes terminaron encima de Blancarte.
         
    Decisión irregular
    Lo primero que hay que analizar es que la elección del director del Instituto de Cultura no es una decisión solamente de un alcalde.
    El proceso comienza con la constitución de un consejo que agrupa, además del Alcalde, a representantes de las fracciones de regidores, asociaciones ligadas al arte, Obras Públicas, Planeación, cámaras empresariales, etc…
    Una vez que está constituido el consejo, el Alcalde propone candidatos, pero es el consejo el que decide. Todo esto está reglamentado por un decreto municipal del 2005, de tiempos del Alcalde  Alejandro Higuera Osuna
    Explicado esto tenemos a un director del instituto que opera de manera irregular.
    El equipo que duró un día
    Incluso antes de que fuera presentado por “El Químico”, como el futuro director del Instituto de Cultura, Óscar Blancarte se paseaba por el puerto explicando su propuesta para mejorar la oferta artística en el puerto.
    En varias ocasiones presentó a la Reina del Carnaval de 1986,  Laila Rodríguez Bosh, y a la Reina del Carnaval de 1995,  Lissy Bernal, como dos de sus colaboradoras más cercanas.
    Blancarte pensaba apoyarse en ellas para organizar la gran fiesta y para operar su comunicación institucional invitó a la periodista  Adriana Torres, con una larga trayectoria en la organización de eventos culturales.
    A las tres les duró el trabajo un día, o menos, apenas se presentaron en las oficinas del instituto y fueron informadas que no las necesitaban por ahí.
    Las reinas, siempre más sensibles, salieron inmediatamente del lugar, pero la periodista exigió que la despidiera Blancarte, él mismo que la había invitado.
    Nunca la recibió.
     
    Blancarte sin poder
    A favor de Óscar Blancarte podemos decir pocas cosas, salvo que ni siquiera él estaba enterado que le entregaban una oficina sin poder.
    Resulta que el verdadero poder se encuentra en manos de los que deberían ser sus subalternos, como  Linda “La Peque” Chang, supuesta sobrina del Alcalde, Luis Guillermo “El Químico” Benítez.
    Los empleados del instituto, acostumbrados a mejores épocas, también señalan a  José Luis Tostado como otro de los que acumula poder en el instituto. Incluso aseguran que fusionó áreas administrativas y de finanzas, lo que le permitirá controlar los dineros que pasan por el instituto.
    En los medios de comunicación ubican a  Irving Campos, el que llegó a ocupar un puesto que ya había entregado Óscar Blancarte.
    Tanto Tostado como Campos, son señalados como de extracción feltonista. 
      
    Receta del desastre
    Lo que sucede en las oficinas de la Dirección de Cultura termina impactando en el resto de las áreas del Instituto de Cultura, una de las más complejas y vulnerables del puerto.
    Ayer, los empleados de la Escuela Municipal de Artes escuchaban los ecos de la locura que ocurría el primer día de trabajo de la nueva administración.
    Los artistas son muy sensibles a los cambios, y no se diga a los problemas, así que la receta para el desastre está servida.
    También se observa la llegada de muchos familiares del entorno de “El Químico”, estaremos atentos, desde el paso por el PRI por el Ayuntamiento no se veía un terremoto de esta magnitud en el área de la cultura mazatleca.